Damian Giacometti no había pisado el terreno "salvaje" de Eden desde que dejara la Academia años ha. Se podía decir que aquel no era su campo, pues estaba mucho más acostumbrado a moverse dentro de su máquina, el EVA01. Había hecho decenas de exploraciones como la que ahora se traía entre manos... pero vestido con su EVA01 y no con aquel traje de marine que tan extraño se le antojaba. Aun con todo, él era un profesional y allá donde fuera daba el 100% de su capacidad.

Más aún si tenía a su lado al famoso Atlas Titus, el Almirante de la Flota, y quería quedar bien delante de él.

Damian había aterrizado hacía pocos días en Eden con el Pandora en una misión de escolta. Ya en tierra había oído mencionar la aparición de cierta base misteriosa y que se buscaban voluntarios para su exploración. El peliazul no le habría prestado más atención - menos aún cuando escuchó que iban a acudir una mezcla de estudiantes de la Academia, mercenarios y militares - pero entonces a su fino oído llegó un único nombre: Atlas Titus. Era mucho lo que se decía de aquel hombre, y con que la mitad fuera cierto Damian pensaba que merecía la pena conocerlo. Y esta parecía una oportunidad estupenda porque podía matar dos pájaros de un tiro: conocer al Almirante y molestar todavía un poco más a su encantador becario, Drusco Levi.

Fue una pequeña decepción no caer en el mismo grupo que su muchacho, pero se le pasó rápido al percatarse de que sí iría en aquella aventurilla de poca monta con su objetivo principal - y una mocosa que esperaba no fuera demasiado molesta. Damian estaba bastante seguro de que todo aquel despliegue de tropas en una base a todas luces abandonada era una soberana pérdida de tiempo, pero se guardó su opinión y se tomó todo aquello con optimismo.

-Como poco se podrá salvar toda esta chatarra para reciclar.- murmuró más para sí que para sus compañeros mientras observaba la fortaleza en ruinas con ojo crítico. Se había colgado el rifle de asalto a la espalda y el casco de la armadura al cinto. El viento en la cara era una de las pocas cosas por las que merecía la pena bajar del espacio.- Bien, ya que vamos a trabajar juntos hagámoslo bien. Me presento, Capitán Damian Giacometti de la nave Pandora.

El peliazul se había puesto en firmes y hecho el saludo militar de rigor, pero mirando a Titus. De hecho poco más que una mirada había dedicado a la jovencita que los acompañaba. Sólo verla con la pad ya lo obligaba a morderse la lengua para no preguntarle si había a acompañar sus "notitas con dibujitos".

Apenas le llego la lista con las personas que irían con ella a la excursión hizo bolita el papel y lo tiro por ahí, no tenía idea de quien eran y tampoco se pondría a buscar, que las lenguas dicen mucho por desgracia siempre eran mentira con un toque de verdad; Nashira había aprendido a observar más que nada, estaba segura que en algún momento les conocería evidentemente eso tenía que pasar, en ese momento ya vería si eran tan geniales como las historias que llego a escuchar.

No tenía mucho que llego a la academia puede que cuatro meses, quizás dos quien sabe perdió la cuenta y no se pondría a contar por algo tan irrelevante como lo era eso; lo interesante fue cuando empezaron con los rumores de nuevas o mejor dicho bases misteriosas que eran de la era de la piedra, cabe decir que no le apetecía en lo absoluto ir a la excursión pero bueno cuando prácticamente los de la academia te inscriben es vas porque vas, porque lo digo yo y punto, así que aquí estaba ahora caminando en un nuevo territorio con las provisiones además con todo eso parecía refrigerador andante.

-bien.. aquí estamos- murmuro acomodo su pad, nunca fue de tomar apuntes y si sobrevivía en sus clases era gracias a la atención que ponía que tampoco era mucha pero lo suficiente para sacarla de clases extra, mientras pasara no tenia ningún problema aunque eso no le hacía gracia a su abuelo pero él no estaba aquí “Damian capitan de la que...” pensó casi al instante olvidando hasta su apellido, como todos hablaban de sus rangos pues que mejor que sonar interesante -Carinae Nashira, estudiante de la academia de Eden, un placer- Eso no fue tan interesante como lo pensó en su mente pero bueno algo era algo, acomodo las provisiones en la mochila que llevaba no es que fuera débil pero su condición física no era precisamente una de las diez maravillas.

Atlas no siempre encontraba sorpresas, había visto cada cosa extraña en los últimos años que estuvo sirviendo en la armada que pensó que lo había visto todo, sin embargo que una base desconocida estuviese en los territorios salvajes le causo cierta preocupación. La única manera que eso estuviese ahí sin que Kosmov lo supiera, es que fuese muy antiguo, porque de lo contrario seria un fallo de seguridad colosal que una construcción pasara inadvertida en la propia superficie de Edén. El descubrimiento de dicha base vino de parte de la academia, quienes estaban haciendo un pequeño viaje de campo. Dada la importancia y posibles peligros de ese descubrimiento, Atlas fue en persona hasta dicha construcción junto con las distintas escoltas, uno que otro científico y un mercenario, no le daba demasiada buena espina que gente que no formara parte de la armada estuviese ahí. En fin, solo le tocaba que todo funcionase como debe y se coordino con los demás para separar a los demás en varios grupos.

Quien conformaba el grupo de Atlas era una niña, estudiante como los demás menores que estaban en la entrada, y un miembro del cuerpo. Los datos indicaban que se trataba del capitan Damian Giacometti, la niña según los archivos era Nashira. Secundando las presentaciones de ambos, Atlas hace lo mismo – Un gusto, soy el almirante de flota Atlas Titus, estaré junto con el capitán Giacometti encargado de tu seguridad – Le extiende la mano a la niña en señal de saludo. Todo eso mientras examinaba el exterior de la base con la vista, buscando un lugar para poder ingresar en el interior. No paso mucho tiempo hasta que encontrara el lugar, avanzando hacia adelante mientras le hace señas a los demás para que le sigan – Por aquí – Avanzaba por las ruinas hasta una abertura en el muro. Al ingresar nota un espacio bastante amplio con muchas plataformas sobre el suelo.

El almirante se mantenía alerta en todo momento – Nano-visión – Sus ojos se tornaron de color azul celeste y comenzó a escanear toda la habitación – Este sitio parece que lleva sin actividad muchísimo tiempo – Empieza a moverse por el interior, manteniendo la mano izquierda en la empuñadura de su espada, el dedo cerca del gatillo para un desenfunde rápido – Capitán, manténgase alerta, no queremos encontrarnos con algún imprevisto con la guardia baja – Nota una terminal algo mas lejos de la entrada, aproximándose para examinarla – Veamos si aquí se puede sacar algo o al menos restablecer la energía – Coloca la mano diestra sobre el teclado de la consola, empezando a dar comandos mientras que buscaba piratearla para cumplir su objetivo.

Damian se quedó observando a la muchacha, Nashira, y alzó una ceja. ¿Un alto cargo y un capitán de nave sólo para vigilar a una cría? Pues una de dos: o ella era mucho más de lo que parecía o alguien en Kosmov realmente pensaba que aquella base abandonada era un peligro considerable. Aparentemente lo que era a ojos del peliazul era un amasijo de chatarra.

Damian siguió al gigantesco Titus a través de la abertura en el muro, dejando que la muchacha pasara entre ellos y cerrando la formación. Mientras el almirante escaneaba el terreno – y Damian confirmaba el primer rumor: era un ciborg – Damian avanzó unos pasos por la explanada observando todo a su alrededor. Tras varios minutos de inactividad dio una leve patada a un resto de metal, que tintineó por el suelo y acabó hundiéndose en aquel viscoso brebaje que rellenaba los huecos entre las plataformas que conformaban aquel nivel.

-Este sitio es un estercolero…- murmuró el capitán mientras observaba con gesto cínico el líquido refrigerante. Observó también que Titus restablecía la energía de la zona pero al parecer poco más podían hacer desde allí: no había datos de interés. Damian observó las plataformas superiores y calculó que fácilmente podrían subir hasta allí… pero la chica no. Aunque eso tenía fácil solución.- Chica, no toques nada e intenta no meter un pie en ese líquido, pero a ver si consigues llegar hasta la zona de subida al piso superior. Voy a asegurar el perímetro aquí abajo y luego te subiré en volandas si lo deseas.- le prometió con un guiño burlón y una sonrisa de sinvergüenza bien entrenado.

Tonterías aparte, Titus le había pedido que se mantuviera alerta y eso era lo que iba a hacer. Puede que fuera un geta y que todo aquello le pareciera una pérdida de tiempo, pero si tenía que hacerlo lo haría bien. Ahora que había luz en la zona Damian se acercó, arma en ristre, a una de las paredes sembradas de musgo y recorrió el perímetro mientras revisaba en busca de… ¿de qué? No lo sabía, pero si aparecía algo interesante ahí estaría para descubrirlo.

Con la presentación del último se sintió pequeñita pues si ambos parecían ser personas importantes , aparte de que con esas armas se miraban un poco intimidantes desde su punto de vista y ella a su lado era un simple estudiante, más aun de recién ingreso pero todo eso la motivaba a querer estar a su altura quizás ser capitán como Giacometti o usar alguna nave de combate.

Asintió ante la idea de tener seguridad, de hecho lo agradecía porque realmente no sabía que podía encontrar afuera, más aún porque era la primera vez que salía en una excursión de este tipo. -Gracias, estoy a su cuidado- estaba consciente de que en un momento o en otro se encontrarían con obstáculos quizás hasta con creaturas extrañas por lo viejo de las instalaciones, Nashira no tenía la habilidad para darle combate pero al menos no podría su pellejo en peligro se aseguraría de estar siempre cerca de alguno de los dos.

Con las señales de Atlas ella se movía estando a una corta distancia del mismo, camino detrás de el casi como una niña pisando casi donde él lo hacía. Ingreso al lugar donde casi al instante comenzó a escribir las cosas que veía incluso hizo unos dibujos que a pesar de no ser unas obras de arte se podían entender -se nota…- respondió al comentario de almirante Titus aunque no fue para que le escuchara. Desde una distancia prudente junto al capitán observaba atenta lo que uno de sus compañeros hacía, le parecía interesante como intentaba acceder a la consola.

-¿qué es esto?- pregunto a ambos al ver el líquido viscoso, si algo había aprendido es que materiales así nunca debían de ser tocados más que con aparatos especiales. Observaba las plataformas superiores... como rayos se suponía que llegaría hasta allá poco después le llego la respuesta, ante el comentario se giró a ver al capitán -no necesito de su ayuda…- acto seguido se acercó más al almirante que le daba más confianza.

El almirante empieza mover los distintos comandos de la terminal, no encuentra nada relevante salvo una cosa, que la zona tenia algo de energía. De repente toda la zona se ilumino, y los ojos del Cyborg se tuvieron que adaptar rápidamente a la nueva luz del interior. No paso mucho antes de que Atlas comenzara a revisar el entorno, comparando los datos de los archivos con lo que podía captar con su Nano-visión, capto bastante su atención la substancia viscosa que cubría mucho de la sala. Comparo los componentes químicos detectados, era refrigerante, pero estaba extrañamente descompuesto, ese químico no emitía vapores, así que muy probablemente el paso del tiempo junto con cosas en descomposición dentro podría causar ese efecto – ¡Alto! – Exclama al ver a la estudiante agacharse al charco, le da un rápido pero suave tirón del hombro para alejarla del sitio y ponerla de pie – Esa cosa si la respiras mucho rato sufrirás los mismos efectos que con un sedante muy fuerte, para nuestra suerte no sube dicho gas así que mientras no te pongas a su nivel no deberíamos estar en problemas – Aunque Atlas hablaba en plural, sabía que quien de verdad corría peligro era la chica, pues tanto el capitán como él, estaban a salvo de gases tóxicos.

El capitán quería explorar el área y se puso a investigar, Atlas por su parte, vio también lógico intentar averiguar más sobre esa instalación. Lo primero que hizo fue subir a la plataforma de arriba, para así tener una visión más clara de todo el entorno. No había mucho que ver al respecto, por la estructura y el fluido en el suelo en grandes secciones de la sala, se trataba del área de refrigeración. Seguramente cuando estuviese a pleno rendimiento este lugar sería sumamente frío, quizás hubiese sido necesario usar algún tipo de traje para poder trabajar aquí cómodamente, aunque bueno, todo eran conjeturas de Atlas – Capitán, cuando terminemos aquí deberíamos retirarnos por el pasillo, no creo que encontremos demasiado pero no hace falta permanecer más de lo necesario – Atlas así como era almirante de la flota, era también un agente de reconocimiento, y aunque podrían encontrar cosas relevantes ahí, no seria suficiente para determinar la condición total de la instalación, debían conseguir mas información.

Se acomodó la mochila ya que cuando Titus le jalo para evitar aquel accidente que les pudo a ver costado el cargar con ella como un costal. Se mantuvo curioseando evitando tocar otra cosa que no fuera su pad, el lugar seguía poniéndole los pelos de punta.

Al final había quedado por su cuenta mientras el capitán registraba el lugar por el otro lado el almirante decidió subir a la siguiente plataforma, Nashira por su parte se quedó registrando la consola muchas cosas no las entendía pero las apuntaba de igual forma aunque sus apuntes eran más que nada dibujos con pequeñas notas, también escribió sobre la capa de musgo que en su opinión podría ser interesante saberlo, como era que podía alimentarse de aquel químico.

El sonido de la alarma que se activo a saber porque cosa le saco un susto donde no pudo evitar dar un salto, en seguida se dio cuenta de las torretas que apuntaban hacia su ser una cosa que no era pero para nada buena -que rayos es eso!- exclamo pero no se iba a quedar a ver, pero claro que no. Prácticamente corrió hacia donde estaba el almirante quien la subió a la plataforma, por un momento se sintió como un cachorro llevado por su madre del pellejo.

Sin pensarlo se echó a correr, no importaba para donde fuera o que hiciera de ambas formas corría peligro, o peleaba y la dejaban como como coladera llena de puros agujeritos o corría por el pasillo y con suerte llegar a la cabina que estaba al final de este, lo dicho la situación no era para nada favorable pero en esos momentos tenía que intentar mantener la calma -mierda- dijo y siguió con su carrera de 100 metros planos por el pasillo, en una situación desesperada había que tomar la decisión que más posibilidades tenia de resultar aun cuando estas fueran un 0.01% . Corrió como nunca en su vida, asegurándose de no tirar nada de lo que traía, en ese momento agradecía tener buena condición física.