Estaba con vida por alguna razón para más felicidad sin ninguna herida letal que le diera problemas, seguía detrás de los escombros cubriéndose de la ráfaga de balas que se dirigían hacia ella como lluvia torrencial pero al pasar los minutos estas de pronto pararon, con precaución asomo la cabeza logrando presenciar como el almirante terminaba de derrotar a aquella máquina. El hombre era genial con sus movimientos, su forma de lucha y su precisión, no lo admitiría abiertamente pero con forme la misión seguía su curso y como más tiempo pasaba con él, comenzaba a admirarlo cogiéndole algo de respeto.

Viendo que no había más peligro en el perímetro se levantó llevando consigo el rifle que justo ahora notaba que era ligeramente pesado pero no tanto como para no aguantarlo, a paso lento cuidando que al robot no le diera por revivir de la nada se acercó a Titus -almirante, está usted bien?- pregunto una vez llegando a donde este se encontraba, el había hecho todo al final de cuentas al menos debía preguntar su estado -gracias por esto- agrego extendiendo el arma a su dueño original, por ahora no la necesitaba y seguramente él le daría un mejor uso.

Con una rápida mirada curioseo el lugar, saco de nuevo su abandonada pad para tomar algunas notas -podríamos dar un rápido recorrido por aquí y recolectar algo de información, si está de acuerdo claro- termino por decir regresando la vista al lugar. Tenía mucha suerte o de plano era buena en lo que hacia, creía mas en la primera opción era pura suerte que le diera al robot primeramente le había sorprendido totalmente aunque le alegraba haber sido de utilidad, por ahora ya sin el robot sería más fácil recorrer el lugar.

Atlas había logrado vencer al robot de un par de cortes limpios, con la ayuda de la estudiante, que si bien era su primera vez en un combate real, de no ser por su ayuda, el almirante no habría podido vencer al androide y habrían salido gravemente heridos. Ahora tendrían un momento para poder reponer el aliento – Estoy bien – Dice Atlas mientras recibe de vuelta la funda de su espada, colocando la Muramasa de vuelta al interior y luego asegurándola a su costado – Lo hiciste bien Nashira – Le da una palmadita en la espalda y empieza a escanear el área – Es una buena idea, habrá que ver que cosa útil podemos sacar de aquí – Empieza a revisar los restos del robot para ver que podrían salvar, quizás podrían sacar alguna información del mismo.

Luego de ahí, revisaba con sus sensores que la estudiante no tuviese ninguna herida encima - ¿No te ha pasado nada? – No perdió mucho tiempo y continúo revisando el área. Si encontraba algún monitor o similar, intentaría desencriptarlo con el fin de sacar toda disponible. No tenían mucho tiempo para investigar, pero cualquier cosa útil que pudiesen sacar sería bienvenida para poder lanzar abajo toda esa base. Pero no podía dejar de pensar en que era esa risa que escuchaban antes, no debería haber nadie mas en esa zona, al menos no alguien con la actitud necesaria para estarse riendo.

Mentiría al decir que no se sentía orgullosa de lo que acababa de logar y más cuando Atlas de cierto modo la felicito dándole una palmadita en la espada, sin quererlo se formó una leve sonrisa -estoy bien, no me ha pasado nada- respondió y siguió sus pasos curioseando el lugar, aunque no encontró mucho a decir verdad sin embargo hizo un par de apuntes de cosas que le llamaban la atención.

Primeramente, no le dio importancia a la risa pues pensó era cosa de su imaginación, es decir quien está en una base abandonada de saber cuánto tiempo atrás; pero pensándolo bien porque no habría alguien? Si hace unos minutos el robot los ataco de la nada, aun así pensó era cosa de su imaginación y lo dejo pasar hasta que en cierto momento la risa aumentaba hasta el punto de esta cerca, demasiado para su gusto.

Cuando logro ver al androide casi le da un paro cardiaco pues esta parecía un fantasma, a pesar de que no creía en esas cosas les tenia cierto respeto y porque no, hasta miedo. Se escondió mejor tras el muro del generador, indicándole a Atlas que no hiciera ruido y apuntando al nuevo individuo que aparecía en el área. En este caso preferiría más que fuera un fantasma después de enfrentar el robot se esperaba muchas cosas nada agradables.

Se dio la vuelta para ver al almirante -¿qué hacemos? - pregunto rápidamente en su cabeza pensando en la mejor opción la cual no garantizaba salieran ilesos pero al menos en una pieza -podríamos rodearle por atrás y salir por la otra compuerta- hablo lo más bajito que pudo pero audible al almirante, todo para que el androide no se percatara de su presencia. Estaba lejos pero no demasiado, podrían llegar y en el mejor de los casos evitar un enfrentamiento. Nashira saco apenas la cabeza observándola “no parece tan fuerte como el robot… sin embargo, no puedo guiarme solo por eso” para su suerte A.L.I.CE. miraba a otro lado, comento que podían aprovechar.

Atlas estaba bastante cansado, no por un agotamiento físico, sino más que nada por pensar en las implicaciones que algo como ese edificio se encuentre oculto para los demás habitantes del planeta. Si la información que tenía era válida, esas instalaciones podrían ser un peligro, lo primero que haría apenas pudiesen establecer comunicaciones con el exterior seria mandar a que vuelen ese lugar por los aires. Por momentos tendría que olvidarse de sus planes, y concentrarse en las cosas que logro averiguar, solamente un mapa que completaba el que ya tenían, llevaba a una especie de hangar pero no daba detalles de que podría haber ahí. Por otro lado estaba el cadáver del autómata, podría tener algún recurso útil así que el Cyborg se acerco para ver que podía sacar de ahí.

No podía recuperar mucho, salvo el arma del propio robot, así que simplemente la tomo de sus manos y comenzó a analizarla. Era un armamento pesado con munición perforante, útil para dañar a enemigos protegidos, pensó en unas cosas y miro hacia la estudiante. El arma era demasiado pesada para que ella pudiese usarla correctamente, se podría arrancar el hombro con el culatazo y seguramente se termine rompiendo la espalda al caer, una situación algo complicada, pero que quizás tuviese alguna manera de solucionar el asunto. Era sencillo, le saco un par de piezas al robot, unos tubos y algo de cable, usando su Muramasa corta los tubos para colocar un soporte en V similar al usado por los rifles de francotirador y corta piezas de la culata del arma, de modo que se clave contra el suelo en lugar de apoyarse en el hombro. Tendría poca precisión pero al menos no dejaría a la chica sin extremidades.

No tuvo tiempo de probarla porque empezó a escuchar una risa acercándose, había perdido tiempo arreglando el arma y no se dio cuenta hasta que prácticamente tenían a la dueña de esa risa encima. Afortunadamente, estaban ocultos por una estructura propia de la sala, así que Atlas sujetaba el arma en su espalda, mientras miraba con atención a la recién llegada. Se traba de la IA responsable de la masacre en esa base hace ya tantos años – Tienes razón, lo mejor será intentar escabullirnos – El almirante podría salir por si mismo usando su camuflaje, pero no iba a dejar a esa niña ahí contra un robot asesino, así que se movió con la chica por uno de los costados del generador, para irse por la salida al otro extremo de la base.

Con cada paso que aquella chica, androide, niña o fuera lo que fuera le ponía los nervios de punta, en cualquier momento los miraría lo presentía pero quería creer que no era así. Avanzo unos pasos tan cerca de la entrada pero a la vez tan lejos cuando escucho la voz de androide -sabe que estamos aquí…- dijo más para sí misma que para el almirante, alzo la cabeza y fue ahí donde la vio, se le helo la sangre cuando cambio de color eso no era algo bueno.

Se quitó del lugar cubriéndose para que ningún tipo de escombro le callera encima, lo logro pero ahora la salida estada bloqueada, sudo frio y se giró al almirante. ¿Que se suponía que harían? Nashira se arrepentía de haberle regresado el arma pero bien sabía que él le daría un mejor uso que ella. Como su instinto lo gritaba permaneció a un lado de Titus, abrazando con cierta fuerza su pad y aunque no lo admitiera le temblaban la piernas pero así fuera lo último que hiciera no lo demostraría.

Como su mente se quedo en blanco en aquel momento hizo lo primero que se le ocurrió, más que nada movida por su instinto de supervivencia y por alguna lección de vida que su abuelo le había dado -cariño… estas aquí- tragándose el miedo prácticamente salto encima del androide abrazándola, dándole además un casto beso en los labios, de una u otra manera recibiría algún daño así que en situaciones extremas, soluciones igual de extremas.

Se alejó un poco aun rodeándole el cuello con sus brazos, solo lo suficiente para poderla ver a los ojos -estábamos jugando a que él era el malo y nosotros los buenos- le sonrió levemente acariciando su mejilla -si quieres jugar tienes que ser de los buenos como nosotros y ayudar a derrotar al malo-

Escabullirse y evitar una confrontación directa era la prioridad, para garantizar la seguridad de la estudiante. Sin embargo no pudo cumplir esa tarea, mientras se movían, fueron detectados por la androide asesina, quien haciendo gala de un enorme poder de fuego derribo la única salida que tenían. En realidad no era la única, pero la alternativa estaba detrás de la nueva enemiga, quien según los datos que poseía Atlas, coincida perfectamente con la androide que fabricaron en esa base bastante tiempo atrás. Había que trazar un plan, si era necesario el Cyborg actuaria como señuelo, así Nashira tendría tiempo para escapar por su cuenta. Era cosa de calcular cuánto tiempo podría, hasta que paso algo increíble si es que se le podría decir así.

En todo el tiempo que el almirante estuvo de servicio, había visto desde monstruosidades colosales, desastres naturales e incluso actos verdaderamente estúpidos. Era muy difícil sorprender al Cyborg a esas alturas, pero la estudiante de verdad estuvo a otro nivel. Casi como si estuviese recién salida del psiquiátrico, se lanza hacia la androide con total alevosía como si fuese su amante. El almirante se había quedado estupefacto ante tal despliegue de idiotez y estupidez, pensando que Nashira tenía muertas las neuronas. No solo se había puesto en peligro, sino además en una posición en era imposible ayudarla sin ponerla en peligro.