Un planeta desértico lleno de alimañas y quien sabe que cosas mas, ese era el sitio donde se encontraba la mercenaria pero ¿por qué estaba ahí? La respuesta a esa interrogante era muy sencilla. Días atrás un grupo de estrafalarios con mucho dinero pusieron precio a la cabeza de una persona, era un simple desgraciado que logro hacer enojar tanto a esa gente por un asunto de evasión de impuesto que subieron ofrecieron una recompensa ridículamente alta. Normalmente Yun no se molestaría en cazar a alguien así, sin importar cual fuese el dinero por su recompensa, pero en esa ocasión había sido algo distinto, pues unos mafiosos un poco raros la contrataron por una cantidad de dinero superior a su recompensa, lo único que necesitaban era su cabeza y siguiendo su política de terminar un trabajo hasta el final se embarco en ese viaje.

Días rastreando a ese imbécil la trajeron al planeta, no había muchos vehículos para moverse salvo algunas naves con cierta capacidad de levitación, no era mucho pero eran básicamente todo terrenos. Según pudo averiguar en una ciudad cercana, a su objetivo lo estaban ocultado uno o varios mercenarios, eso seria un toque interesante de no ser porque eran aficionados ocultándose ellos mismos, no le costo para nada de trabajo seguirles el rastro hasta una taberna de mala muerte. Ella se encontraba en una colina no muy lejos de la taberna, su indumentaria era la típica que siempre usaba, una camisa negra sin mangas y su pantalón marrón, aunque en esta ocasión tenia una capa para cubrirse de las tormentas de arena. Fuera ya de su vestimenta tenia sus guantes metálicos de color morado y botas idénticas tanto en material como en color, sus herramientas de combate.

Desde la colina inspecciono el interior de la taberna con unos binoculares especiales, no parecía haber nada raro hasta que ingresaron en ella un grupo de cinco personas, uno parecía un alienígena extraño mientras que los otros cuatro tenían apariencia de humanos, y entre ellos la presa de Yun. Cuando entraron en el baro se corto la señal de los binoculares, posiblemente tenían un inhibidor de señal en el interior. En ese momento ya dejaba de importar la observación, era hora de pasar a la acción, se quito su capa dejando ver su larga cabellera negra y su cuerpo de cicatrices. Inicio su aproximación a la taberna, tenia claras las ubicaciones de sus objetivos, llegando a detenerse a unos tres metros del frente. Desde ahí se podían observar a sus presas gracias a una ventana y no tardo en prepararse.

Parada de costado, con su pierna izquierda hacia adelante y usando la derecha como apoyo, coloco su diestra a la altura de su cintura con el puño cerrado, mientras que la zurda estaba a la altura de su hombro con la palma abierta y los dedos cerrados, los conocidos en el tema podrían interpretar eso como una típica postura de karate, pero lo que pasaría después no tiene nada de típico. Un temblor comenzó a sentirse en el área, las cosas dentro de la taberna comenzaron a tambalearse como si fuese un terremoto de primera escala, pero si alguien pensaba que era un fenómeno natural se equivocaba rotundamente, el origen de ello era Yun. Proyecto un puñetazo hacia adelante con su mano derecha, eso le hizo cambiar de postura y cuando la mano alcanzo el final de su trayectoria, de sus manos aparecían grietas que se extendían, como si el aire se quebrara cual cristal.

Una fuerte onda sísmica salió de las manos de la mercenaria atravesando la taberna como un misil, rompiendo todo lo que tuviese a su paso. Su camino se detuvo cuando impacto en el cuerpo de ese alienígena y la onda expansiva resultante destrozo cualquier artefacto débil, como cristales, mientras aquel alienígena extraño (kretoxiano) atravesó la barra y la pared que le seguía, y a los otros tres a su alrededor los mando por los aires estrellándolos contra la pared del local. Cuando acabo todo y se disipo el polvo, podía observarse la figura de Yun ingresar por el boquete que provoco su onda sísmica, ignoro por completo a los demás presentes, hasta que alcanzo a su presa, el pobre estafador – Di tus ultimas palabras – menciona ella mientras nuevamente toda la taberna comienza a temblar.