Orbita alta del planeta ánfora, mercado espacial de Uruk.
Un solitario hombre miraba el azulado y verdoso planeta, con unos 3 continentes y enormes masas de agua el planeta en su totalidad tropical se ubicaba a unos cuantos cientos de kilómetros de distancia de la estación.
Por el gran ventanal del pasadizo, en su parcial totalidad oscuro alumbrado con una tenue luz violeta, se encontraba el regente de la colonia new babilón, siendo este nombre meramente provisional se planeaba llamar a futuro Atlantis o Ganimedes. Aun se pensaba en el consejo que nombre seria más adecuado.
Jack freeday estaba apoyado sobre una baranda con sus manos aferradas en la varando junto a sus brazos rectos, vestía un traje elegante junto a un peinado estilizado con el cabello hacia a otras, miraba afligido el planeta que aún no era reclamado por el si no se había mantenido en las obras de la estación orbital, la cual estaba operativa en el sentido comercial con varias zonas con tiendas y lugares de recreo donde muchos seres comercializaban sus productos dejando sustanciosas ganancias por el arriendo de los locales, en la aduana se mantenía una rigurosa atención para evitar el trasporte ilegal de animales y plantas. Mientras el ajetreado mundo comercial estaba en apogeo, en la otra arista se mantenía una estruendosa y movilizada zona de astilleros, donde tenía aparcado el Leviathan además de la mantención y creación de cruceros para su armada además del estudio para mejorar el armamento, en estos astilleros se mantenía la tecnología de punta gracias a la financiación del área comercial y los esfuerzos de los científicos con su arduo trabajo.
Dejando eso de lado, Jack había pensado en la creación de la colonia en el planeta y comenzar la utilización de recursos y ganar un dinero extra al comercializar alimentos y pensar en extraer recursos del cinturón de asteroides del sistema en que estaba, ya que todo era suyo gracias a amistades que le ayudaron a obtener los certificados y permisos para lograrlo. Más que regente parecía el gobernador siendo el dueño de esos mundos.
Se había adelantado con colonias mineras en las lunas de planetas de hielo del sistema Anubis (sistema de planetas donde está actualmente) además de tener un portal de acceso directo el cual era custodiado por parte de la armada privada de Jack.
-bien está decidido, se llamara colonia Atlantis y la capital será Atlántida, válgame la redundancia pero me parece lo más concreto, con los preparativos hechos iremos al continente central y dejaremos la ciudad nave en el gran océano en el centro de este-
Murmuraba para ir caminando a una gran sala donde había contratado a un grupo de mercenarios para la ayuda con ciertos animalejos en tierra firme.
Tras unos minutos caminando había llegado a un cierto con suelo de madera y paredes de cristal dando una lujosa vista al planeta, sentándose detrás de un muro decorada en madera le daba un toque más formal que de costumbre, una joven mujer vestida de ejecutiva llevando unos documentos en una carpeta y usando gafas, connotaban que era su secretaria, aunque era algo a extrañar ya que más que secretaria sería mejor vista como una líder dentro del lugar.
Dejando de lado a la chica elegante, Jack sentado en un cómodo sillón de cuero revisaba la carpeta.
-bien ya saben a lo que han venido, o eso espero, la compañía les pagara una vez se establezca la colonia en tierra, lo que en buen pronóstico serian 2 o 3 días, por favor manténganse calmados que según sus expedientes deberé esperarme de ustedes lo que sea. Pero dejando eso de lado sean bienvenidos, pueden usar el arma que quieran siempre y cuando no dejen inhabitable la tierra. O serán encarcelados por otra parte ser sujetos de prueba de algún experimento científicos.-
Dijo en un tono sarcástico casi burlón, mas quedándose serio en lo último.
-¿Alguna duda o sugerencia antes de bajar?-

Estaba en un planeta distante, tomando unas copas en un pequeño bar revisando una hoja de papel, tenía instrucciones acerca de una misión que solicitaba a varios mercenarios para una tarea en una de las Lunas del sistema Anubis, conocía cuales eran los detalles de la misión y asumí que no sería muy complicado llevarla a cabo inclusive si fuera la única postulante. No me importaba cuan complicada o peligrosa pudiera llegar a ser y ni mucho menos contra qué tuviera que enfrentarme para completarla pues la única motivación que necesitaba era el sustancioso pago que se prometía al finalizar la empresa. En realidad no me hacía mucha falta decantarme por esta habiendo algunas mucho más sencillas y cercanas, pero echaba de menos los retos, algo que pudiera desafiar a mis inventos y estimular mi ingenio para enriquecer mis conocimientos y con un poco de suerte cuando esté con la faena se me ocurran nuevas ideas para sumarlas a mi colección de inventos.

Eché un último trago a la copa de vino y me dirigí a mi nave, un prodigio de la tecnología de Gallifrey, inventada por mi a partir de las piezas que conseguí con el dinero de mis trabajos como mercenaria, me subí a ella y una vez calculadas las coordenadas despegué rumbo al punto de reunión. Tras el aterrizaje, cargué a mi hombro un petate con diversos artilugios que podrían serme de utilidad y acudí al lugar de reunión a esperar por quien sería el anfitrión del evento. No veía a más gente, de momento pareció que era la única que se animó a aceptar la misión, eso me hizo pensar que así podría negociar por un aumento en el pago. Finalmente llegó quien solicitó la ayuda de los mercenarios, acompañado de su secretaria, el dejaba en claro en qué consistía la misión y las consecuencias de dejar inhabitable la tierra; yo, con una cara inexpresiva a mitad de su diálogo ya había sacado mi teléfono móvil para teclear rápidamente para completar el juego que tenía entre manos. Según percibí que acabó de hablar, guardé el teléfono y lo miré a los ojos. -Solo una cosa, dado que se ve que soy la única, creo que podríais estiraros un poco con la recompensa, los costes de mi Magia e inventos no son baratos precisamente, dejando eso a un lado, solo decidme qué matar y que no y me encargaré de vaporizarlo.

Las búsquedas de mercenarios son abundantes, los contratos y el dinero nunca faltan. Yo y mis iguales tenemos mucho para elegir, desde lo más fácil y conveniente hasta las tareas sumamente complicadas que se podrían resumir en boletos solamente de ida. Indagué entre mis contactos y me encontré con un pedido de mercenarios por parte de un sujeto que deseaba llevar a cabo tareas de colonización en un lugar completamente salvaje, entre esas tareas estaba el erradicar ciertas alimañas molestas. Dudé por unos segundos, he segado las vidas de individuos alienígenas de lo más variopintos pero desconocía completamente a lo que me estaba enfrentando, sin embargo las tareas de colonización dejan tanta ganancia que sería muy tonto por mi parte dejarla pasar. En un par de horas ya estaba equipado y listo para partir.

Logré contactar con el almirante de una nave que había aterrizado en Eden hacía un par de días. Se encargó de proveerme una pequeña nave y un piloto dispensable para él y para que me ayudara a moverme por las coordenadas de la galaxia a la cuál yo le había indicado. Junto al piloto no demoramos casi nada en llegar al punto de reunión. No cargué nada conmigo más que mis "herramientas de trabajo". Debo decir que fui el primero en llegar y me limité a quedarme de brazos cruzados, planeando y meditando en la parte más oscura de la sala. Cuando la rubiales llegó apenas me inmuté, ella no era el contratista que pedía mis servicios. El hombre no tardó en aparecer junto a su secretaria y la chica que estaba jugueteando con su teléfono se me adelanta -Lo lamento- doy un par de pasos hacia delante -No eres la única que ha asistido al encuentro. Apuesto que te habrías percatado si hubieras dejado ese aparato a un lado- suspiro antes de girarme hacia el contratista y su secretaria -Señor- hago una pequeña reverencia con la cabeza y prosigo -No tengo problema alguno con ensuciarme las manos, pero deseo saber exactamente a lo que nos enfrentamos- estoy listo, sin embargo cuanta más información pueda brindarme, mejor -Ah y no menos importante, ¿nos ofrecerá hospedaje hasta el día de pago?- esto último no va para nada enserio y lo dejo ver con una pequeña risa. Yo mismo me encargaré de estar por aquí hasta que me sea brindada la paga.

Ya con los mercenarios reunidos habían llegado cinco más al encuentro. Mercenarios todos unos de aspectos bastante rudos incluso algunos de raza reptiliana, un tipo bastante peludo y otro que más que nada parecía un pez fuera del agua con agallas y todo.
-Con respecto a la paga, será bastante sustanciosa si es que sobreviven, yo calculo que un par de millones de créditos, dado a la envergadura de la misión. También podrán contar con una segunda ciudadanía, además de gozar de un hogar y estar exentos de impuestos.
En el continente tendrán su propio lugar de dormir. Así los detalles. Bueno de momento es algo complicado de comentar, esperare hasta descender al planeta para explicarles mejor. Ya con la ciudadela en el océano iremos a investigar en tierra ya que varias sondas han sido destruidas por lo que iremos a investigar.-
Saco una Tablet de la cual revisaba unas cosas. A lo que se levantó caminando hacia una ventana colocando una de sus manos sobre una barandilla mirando hacia el espacio de pronto el lugar empezó a temblar con un suave crujido la torre en que estaban comenzó a moverse hacia el planeta unos soldados en armaduras mecánicas color azul aparecieron en la puerta, los mercenarios que habían aparecido en última instancia se empezaron a asustar, con el tipo pez entrando en pánico, este saco un revolver pidiendo explicaciones más uno de los soldados le reventó la cabeza de un disparo de un revolver que traía consigo cayendo el cuerpo sin vida de él.
-bien si no supusieron nada estamos en la ciudadela que desciende al planeta, ya se estabilizara con los motores. Yo pasare a cambiarme siéntanse libres de recorrer la ciudadela mientras descienden, me podrán encontrar en 10 minutos en la cafetería, si se sienten perdidos pueden sacar mapas digitales de la bandeja que está en la mesa, con su permiso gracias, así no se preocupen ya se limpiara la basura-
Refiriéndose al cadáver, Jack salió de la oficina con su traje salpicado en un líquido verde fluorescente junto a los soldados dejando a los mercenarios hacer lo que estimaban conveniente, la ciudadela se agito fuertemente más ninguna alarma se sintió además de que el paisaje del espacio cambio a un mundo rebosante de verde y azul atravesando nubes junto al azulado cielo se veía como una gran estructura metálica caía con su campo de fuerza azulado friccionaba con la atmósfera hasta que esta pesadamente cayó al agua creando una gran ola, desactivándose el campo de energía se deshacía, las puertas y ventanas se abrieron para dar paso al fresco aire descontaminado del lugar, una tierra virgen para explorar u explotar.
más tarde en la cafetería de uso militar jack con su ropas militares dictaba instrucciones básicas pasando a la información del lugar.
Bien chicos más dudas. Bien ya tenemos un campamento militar el cual iremos a visitar, tienen edificios. Y un puerto así que iremos en barco mientras el personal termina de asentar la ciudadela en el océano, nuestra primera misión en estos 3 días será la exploración, aunque es raro este mundo es algo similar a los cuentos de la infancia, con unicornios, dragones y pegasos.
-comentaba cuando pasaba unas diapositivas en una gran pantalla con los mercenarios se veían varios soldados más, serios mirando la información, se notaba su alto cargo debido a sus uniformes- además de razas humanoides como elfos, humanos y enanos. Veremos si son agresivas o pacíficas y según eso tomaremos las situaciones a medir. Ya respecto a esto u otro tema alguna queja o duda. Si mueren el contrato se anula y si se pagara bien. No se preocupen por sus gastos, que de eso me encargo y de momento hagan su mejor esfuerzo-
Les decía a los mercenarios respondiéndoles las dudas al tipo velludo y al reptiliano.

ciudadela atlantis:

Me había equivocado, supongo que el individuo en cuestión tenía razón, de no haberme centrado en mi teléfono móvil me habría podido percatar de su presencia, además de mí había un hombre en el lugar de reunión y poco después llegaron algunos mercenarios más que estaban dispuestos a sumarse a la misión, la verdad algo sin importancia, no me importaba demasiado cuantos fuéramos siempre y cuando me pagaran, además por la naturaleza de la misión lo más seguro es que haya grandes probabilidades de que más de uno muera, dejando al resto con una mayor parte de la recompensa. Así a ojo solo uno además de mí sería capaz de sobrevivir, mi buen ojo para las personas me decía que ese chico que pareció llegar antes que yo tenía grandes probabilidades para que no le arrebataran la vida, por mi parte era claro que no moriría una Magi de Gallifrey podría superar este encargo como si fuera un juego de niños, solo con mi fina capacidad intelectual no me costaría nada diseñar un cañón capaz de purgar el planeta.


El contratista explicó un poco como iba a ser las cosas, haciendo alusión a la paga y a los lugares designados para dormir, tras eso la nave se tambaleó y poco después oí un disparo, como de costumbre no prestaba atención, en cuanto se aclaró lo del pago volví a dar toda mi atención al móvil, no quería gastar mis neuronas en temas sin importancia, por no decir que ya podía figurarme como serían las cosas. Con el tiempo la nave aterrizó pero para entonces yo ya estaba la primera en la cafetería, había salido poco después de que el contratista se marchara y como dijo, ahí llegó el tras los diez minutos que prometió y en la cafetería fue donde se puso a explicar con una serie de diapositivas las tareas que ocuparíamos los días que estuviéramos en este planeta, para mi era demasiada explicación, cerré el móvil con la cara seria y bebí un trago de mi café mirando primero al contratista y luego al resto de mercenarios. -Hablas demasiado, no soy una simple simio que necesita hacer fuego frotando dos palos...con ver el planeta y leer el contrato ya pude imaginarme qué debíamos hacer. Dije apuntando con mi báculo al chico que nos había contratado. -Yo exploraré y haré un análisis de la flora y fauna que me encuentre, en base a eso ya me dirá si quiere que lo vaporice o lo proteja.

Unos pocos mercenarios más se dignan a hacer acto de presencia, sujetos de lo más variopintos que parecen ser fieros guerreros. A ver si alguno la palma para que la recompensa pueda ser mayor para mí, en lo posible. No les doy más importancia porque toda mi atención se la lleva nuestro contratista, el señor Freeday. Aproximadamente un par de millones de créditos con una segunda ciudadanía y sin impuestos que pagar. Yo creo que debería de aceptar esta clase de contratos más a menudo aunque sea fanático de otra clase de trabajos, sin lugar a dudas. Uno de los mercenarios entra en pánico cuando unos uniformados de azul hacen acto de presencia pero el jaleo no dura mucho ya que le vuelan la cabeza de un simple disparo y pronto proceden a retirar su cuerpo. Qué bonito se siente tener a un montón de uniformados bajo las órdenes de uno.

No me muevo de mi lugar, podría explorar la ciudadela pero en verdad prefiero mentalizarme más en este trabajo. No soy fan de las armas de fuego, siempre he llevado mis trabajos de manera cercana y personal con el frío acero penetrando y rebanando la carne. Esto no debería ser ni un problema. Volteo la mirada de manera momentánea hacia esa aparente magi que hace un rato no dejaba de juguetear con su móvil, podría denominarla competencia principal pero a ambos nos pagarán lo mismo así que no me interesa demasiado más que comprobar sus habilidades -Un poco de turismo por el lugar no suena nada mal aunque bueno, esperaba que nada más adentrarnos en el planeta íbamos a ensuciarnos las manos- seguramente esté equivocado pero qué más da. Una segunda ciudadanía, demasiado bueno como para tomarlo a la ligera. Ya veré qué pasa una vez nos adentremos en tierras salvajes.

Terminada la charla camine con dos clases de tropas reconocible; simples soldados con ropas militares, ametralladoras y subfusiles con sus mochilas, eran simples soldados comunes abreviándolo en cambio un grupo de 10 tipos resaltaban, eran los marines soldados usados en incursiones espaciales, de alto poder militar conocidos en la galaxia por usar su armadura que en realidad es un exo esqueleto blindado el cual ampliaba su fuerza además de un pesado rifle gauss.
-bien ya veremos en terreno nuestras duda ahora descansemos dos horas más mientras terminamos los detalles-
Camino al puerto en camiones donde tomarían los trasportes de agua, Jack estaba serio mirando su Tablet para confirmar algo mientras se preparaba para subir al barco tomo los binoculares para ver a la lejanía una sombra, apenas se divisaba con los binoculares de alto alcance pero parecía ser una bestia autóctona atacando algo y ese algo podría ser el campamento.
-Aguanten muchachos ya llegan los refuerzos-
Apenas audible  para los demás más de alguno podría haberle escuchado en un tono preocupado susurraba por una noticia, tras las llamas se podría ver un gran dragón sobre volando el área  bajando para lanzar una gran llamarada de fuego, mas no se veía del todo bien por la lejanía de Atlantis a al continente. Ya habían pasado dos horas cuando los botes estaban listos la mayoría estaba arriba. Bien hora de partir, ustedes cuiden de sus nuevas tropas
-le decía a los mercenarios- c
reo que no lo explique bueno suban a mi barca para decirles, si no escuchen el radio-
Decía esperando por los que se unirían a su bote a lo que entro.
-bien les diré cada uno de ustedes les asigne 20 soldados esos serán sus pelotones, pueden hacer con ellos como les plazca menos asesinarlos o ir en contra mía, si es así estos tipos no dudaran en dar la vuelta y acribillarlos. Entiende, Bien eso era.   Hora nos dirigimos a un campamento que hace de puesto de avanzada este no es muy glamoroso ya que es tamos evitando el compartir tecnologías con la población local.-
Dije mientras estábamos en el bote este armado con una ametralladora en la parte trasera.

barco:

Pronto el humo era cada vez más visible pero los rastros de la gran bestia alada habían desaparecido hace ya un par de minutos o se había aburrido u algo mas ocurrió.
Cuando llegue a la costa seguía escuchando ruidos por lo que Salí del barco para ver la situación. Era una batalla campal y estábamos perdiendo al parecer, rápidamente entre para dar órdenes.
-bien muchachos es hora de dejar de holgazanear y empezar a trabajar vamos es una alerta roja clase berserker-
Al escuchar tales palabras los soldados se pusieron inquietos , cargaron sus rifles cuasi mecánicamente ya cambiando sus rostro a unos más serios ya no parecían los joviales y alegres hombres que parecían ser todos  estaban listos para lo peor a lo que Salí del barco nuevamente ya casi estábamos en la playa por lo que me tire seguido por los 10 grandulones desembarcando antes cargando una ak-47 con una bayoneta, corriendo hacia el campamento casi me cae una bola de piedra en llamas producto de una catapulta en el aire se escuchaban las flechas bolar y el grito de dolor de los hombres antes de morir, alaridos de ayuda y clemencia para morir. Era un campo de batalla Jack serio continuaba caminando adentrándose cuando entro al campo empezó a disparar asesinando a cuan caballero con armadura y cota de malla podía.
Muchos caían de un disparo en medio de los ojos, otros con uso de magia podían evitar el primero o el segundo aun así con el tercero se rompía y el cuarto era el golpe mortal, debido a su experiencia en campos de batallas de cientos de mundos para Jack era un día cualquiera incluso le traía ciertos viejos recuerdos de antiguos camaradas, a la par le seguían los soldados tipos rudos los cuales tomaban a los caballeros y soldados enemigos reventándoles la cabeza o simplemente disparándoles dejándoles el cuerpo como queso.
estaban avanzando hasta escuchar a un tipo habla. Tenía una armadura diferente y una mirada muy seria, se veía más poderoso que los magos incluso su armadura brillaban con una especie de aura azul y su espada igual pero en dorado.
-hay que balbuceas payaso-
Dijo Jack
-soy el héroe del imperio Salumeria y tu rey demonio, acabaremos contigo para darles la bienvenida a los dioses que decenio ahora en su carruaje de fuego, mi deber es acabar contigo para que no ensucies con tu presencia la bienvenida de los señores de los cielos-
Gritaba como si lo cantase, la única reacción de Jack fue quedarse cómicamente boquiabierto a lo que apunto su arma al tipo mas esta no hiso nada ya que no tenía munición.
-ha ha ha el rey demonito se quedó sin mana, hahahaha es mi turno de acabar contigo-
El caballero corrió hacia mi saltando con su espada mas no encesto el golpe ni siquiera cayó bien mas era un saco de carne ya sin vida y 3 agujeros en su cuerpo dos en el tórax y 1 en la cien.
Jack tenía un arma de repuesto, su revolver  con el cual había extinto la vida del caballero, pronto ya había exterminado el ejército enemigo reuniéndose en medio del campamento para ver los daños se volvió a juntar con los mercenarios.
-disculpen por la bienvenida, lograron encontrar sobrevivientes, después de ese numerito solo pude hallar con vida a solo 2 un raso y un alto oficial el cual esta rumbo a las instalaciones médicas.
Según logre escuchar apareció un dragón montado por un soldado mientras hacían intercambio de bienes con hombres-bestia y elfos sílbanos cuando exterminaron a la bestia alada era demasiado tarde tenían  a 300 soldados sobre ellos, apenas lograron contenerlos dándoles tiempos a los compañeros comerciales a huir, la empalizada de madera no logro contener las catapultas y rápidamente fueron destruidos hasta que les salvamos el pellejo. Bien alguien más desea continuar y quedarse un tiempo más o ¿desean irse con la mitad de la paga?-
Los mercenarios que aparecieron después, los compañeros del que asesine levantaron sus manos para luego marcharse en el barco que se dirigía rumbo a la ciudad.
-Bien los que se quedaron ¿alguna idea para contrarrestar al enemigo?-
Dije más cuando finalice un tipo alto de cabellera rubia y ojos azules apareció junto a un hombre con rostro de oso, eran los que hacían el comercio hace un par de horas.
-nosotros también les ayudaremos-
Dijeron más me opuse, era algo que yo haría con tecnología  más saber del mundo era una buena idea.
-Bien deseo información-

No sabía como sentirme por la forma con la que el que nos contrató dirigía la misión, siendo el el pagador entonces lo más natural es que hiciera caso pues era el jefe y no daría ordenes a lo loco y sin pensar en las consecuencias, aún así eso de repartir parte de las tropas para cada mercenario no me pareció una idea agradable, entendía el motivo, era para garantizar la seguridad nuestra y aumentar las posibilidades de hacer frente a los enemigos que nos encontraríamos al llegar al destino pero si creía que iba a ser una especie de general y me pondría a dirigir mi parte de las tropas como si esto fuera una típica guerra para defender un país o algo así...estaba muy equivocado. Yo tenía mi propia forma de hacer las cosas y tener que preocuparme de la integridad de un grupo de simios que habían sido puestos bajo mi mando solo me retrasaría y me impediría desatar toda la fuerza de mi magia. Tan pronto como el asignó las tropas negué con la cabeza y me encogí de hombros. - Lo lamento pero yo no me apunté para jugar a los guerrilleros, las tropas que vayan a estar bajo mi mando, que simplemente apunten y disparen, los dejaré ir por su cuenta, puedo cuidarme sola, además así no saldrán malparados cuando use mi magia.

Me retiré del lugar, quería aprovechar el tiempo para construirme unos artefactos que me vendrían bien, para ello me hice con varias armas y otros artilugios para proceder a modificarlos. Pasó el tiempo, acabamos por llegar a nuestro destino y yo ya estaba preparada con una bolsa cargada a mi hombro; en el momento del desembarco aquello era un campo de batalla digno de una guerra, era similar a lo ocurrido en Gallifrey pero ni por asomo se acercaba a la devastación que presencié cuando tuve que abandonar mi planeta momentos antes de estallar en miles de pedazos. Fui una de las primeras en salir, cuando toqué tierra me vi las caras con muchos enemigos que buscaban tomar mi vida, pero estos caían enseguida gracias a mi magia. Conseguí abrirme camino hasta dar con el jefe de esta misión, había derrotado a un enemigo de varios tiros y ahora estaba hablando con alguien rubio. Caminé lentamente hasta colocarme al lado de la persona que nos había contratado, me crucé de brazos y exhalé un leve suspiro. -Esto es decepcionante, apenas me oponen resistencia estos simios...¿Y tú qué? ¿Has conseguido información de este sitio?Le pregunté al chico con una expresión seria en el rostro. -Por cierto, creo que no nos hemos presentado, Arlene, diría que es un placer pero no lo es, acabemos esto cuanto antes para que puedas pagarme, tengo muchas compras que hacer.