Si bien era cierto que Taia no se esperaba aquel resultado era algo lógico considerando que había estado utilizando los controles de la locomotora al azar. Notó como de repente todos los controles se atascaron, algunos moviéndose y quedando en una posición fija, entre ellos el acelerador el cual se puso en máximo directamente y por más que la rubia intentó detenerlo en su transcurso tal parecía que la palanca se rompería antes de bajar la velocidad, como consecuencia la velocidad la afectó igual que antes, haciendo que impactara contra la puerta y fuera despedida hasta el vagón 2.

—¡WAAAAAAAAAHHHHHH!— Su cuerpo impactó lateralmente contra la puerta, esto evitó que recibiera daños muy fuertes en su cuerpo, por otra parte logró engancharse con una parte del rugoso suelo con su zurda. Aquella era una situación complicada, por una parte pensaba que debía volver a los controles sin embargo, en la pantalla aparecía un comando de que le daban el mando a un panel del vagón tres. ¿Cómo era aquello posible? Ni siquiera parecía tener un sentido práctico, no obstante, lo mejor que podía hacer era ir con la corriente, ya que resistiéndose solamente se vería arrastrada por la situación.

Sintió como el centro de gravedad cambiaba y lo aprovechó para deslizarse en el suelo hasta llegar a la puerta, logrando abrirla y entrar en el vagón tres justo antes de que los mismos se separaran a medio vuelo. —Hola cariño ¿Me extrañaste?— bromeó con Stella, tal parecía que la estructura del vagón había cambiado a su alrededor como para adaptarse y quedar en una posición vertical. Era bastante sorprendente ¡Se había convertido en un mecha de sesenta metros de alto! No tenía grandes quejas, ahora eran imparables ante los enemigos terrestres y podían hacerle frente al grande.

Su irada dio una rápida pasada por los controles y le habló a la otra señalándole un asiento a su lado con dos palancas. —Necesito que me ayudes con los brazos, tenemos que ganar tiempo y deshacernos de esa cosa antes de que llegue a la ciudad— ella estaba en el medio, aparentemente manejando los sistemas principales pero tener a alguien encargando de exclusivamente de una de las zonas, por experiencia, hacía de las cosas mucho más efectivas.

Recordó al simpático ser mecánico que las había acompañado así que el mecha lo buscó hasta que finalmente Taia lo encontró y le habló mediante el micrófono que haría como si el enorme ser estuviera hablando solo que con la voz de Taia. —Huye pequeño amigo, esto es muy peligroso, esa cosa no parece estar jugando— se volteó a ver a Stella dale un puñetazo en la cabeza, lo más fuerte que puedas, tengo una idea para alejarlo aún más.

Sin estar segura de sus propios conocimientos de pilotaje en aquel modelo en especifico tomó los controles y avanzó hasta quedar cara a cara con su enemigo, si la otra le hacía caso ella la ayudaría con sus conocimientos de boxeo urbano, dando un último paso hacia delante e impulsando el puñetazo con su espalda, haciéndolo, de poder, aún más fuerte y rápido aunque, pese a su origen, aquello de hacer movimientos rápidos y agiles no parecía ser lo que tuvieron en mente a la hora de diseñarlo.

Los ojos de la ciborg se pasearon por los controles, buscando que tipo de armas tenía esa cosa ya que dudaba que simplemente fuera una gran mole como única y exclusiva cualidad de dar fuertes golpes y ser, por lo que parecía, bastante resistente. Su enemigo parecía peligroso así que solo podía esperar lo mejor.

Los civiles del vagón tres no parecían tener heridas, nada grave por lo que atenderles de urgencia, así que la única preocupación que me ocupó en ese momento fue ir a atenderlos para asegurarme de que se acomodaran debidamente en sus asientos y se aseguraran poniéndose el cinturón. No es que fuera una tarea que me agradara, sobre todo por cómo me miraban los civiles, con esos ojos de desconfianza, el si actuaban así por que no me conocían o por ser una Garoh no lo sabía, pero al menos había podido llevar a cabo una tarea sin terminar destrozando algo en el proceso, lástima que no iba a poder decir lo mismo de la rubia que había tomado el papel de líder en esta misión, porque los acontecimientos que sucedieron a continuación me hicieron intuir que algo había pasado en la sala de control, sería de traca que justo después de reñirme por no ser capaz de vigilar una palanca fuera ahora ella quien metiera la pata con las mismas palancas que me mencionó.

El tren comenzó a moverse aún más rápido de forma súbita, casi me hizo perder el equilibrio pero por suerte pude sostenerme de uno de los asientos, pero aunque me libré de darme un golpe eso no quitaba que me sintiera molesta porque ¿Acaso no iba Taia a intentar reducir la velocidad del tren? Esto era justo lo contrario y por si fuera poco el tren se movía de forma extraña como si estuviera pasando por alguna clase de transformación; suerte para mí que para disipar mis dudas apareció Taia con una broma en sus labios y ya indicando que me ocupara de los "brazos" con las palancas para deshacernos de algo.

Eché una rápida ojeada y ante nosotras estaba una gigantesca criatura cuyo aspecto recordaba al de una tortuga pero con una cabeza de cobra. Lejos de pensar en que estábamos ante una situación delicada y que teníamos que hacer algo urgentemente, lo primero que me vino a la cabeza fue "comida gratis" -Parece que esta noche el nuevo plato del menú será Sopa de Tortuga. Era sorprendente que el tren haya cambiado al punto de convertirse en uno de esos mechas de los que tanto había oído hablar, pero no había tiempo para sorprenderse, ahora lo que nos ocupaba era lidiar con la tortuga. Tomé asiento en el lugar correspondiente y puse mis manos en las palancas que movían los brazos, aunque con algo de inseguridad.

-Jo...no soy la más indicada para esto...¿Solo tengo que mover las palancas cierto? ¿Y donde esta el robotico ese tan simpático? No tenía noticias de Mic y su ayuda nos vendría de perlas ahora mismo, pero Taia prefirió darle la orden de retirada, así que nos encontrábamos solas contra ese gigantesco enemigo. La rubia se ocupó de el desplazamiento del gran mecha en el cual nos encontrábamos yo por otro lado movía las palancas como podía peor con torpeza sin saber en qué dirección exacta dirigirlas para pegar correctamente esos puñezatos de los que me habló, prácticamente movía en todas direcciones intentando que ocurriera algo que nos ayudara. -A todo esto ¿No se suponía que ibas a detener el tren? No creo que sea prudente enfrentarnos a esa cosa con civiles dentro del mecha.. Quise hacer acopio de toda mi fuerza para mantener la calma, debido a los civiles con más razón debía de vigilar lo que hacía, por ello dejé de mover momentáneamente las palancas a la espera de estar suficientemente cerca de la tortuga y a que esta se hiciera su movimiento. Estaba preparada, en el momento en que lanzara un ataque yo movería ambas palancas para asestar dos puñetazos en su feo rostro. -Manejar esta cosa es difícil...¿No puedo simplemente transformarme en bestia y darle un mordisco en el cuello?

Mic intentaba por todos los medios acercarse al tren, sus ojos tenían la forma cerrada de alguien que mira fijamente, como determinado, forma que cambio totalmente a la de dos platos cuando vio que el tren acelero de golpe saliéndose totalmente de su alcance – ¡Oh No! – Empezó a elevarse para alcanzarlo, no podría moverse tan rápido pero todo lo que subía, tenía que bajar, así que esperaba interceptarlo a medio camino. Fue cuando vio como el enorme tren estaba desarmándose en el aire, Mic entro en pánico al ver eso, pensó que estaba sufriendo daños y se caería en pedazos, al menos hasta que pudo ver como se estaban acoplando de distinta manera, cayendo con la forma de un - ¡ROBOT GIGANTE! – Exclamo el androide con sus ojos ondulándose, como si estuviesen hechos de agua. Escucho por un sonoro comunicador, la voz de Taia, que le decía que se alejara.

El mercenario estaba feliz y un poco triste, pero se le ocurrió una idea, si su Barbarien estaba en perfecto estado, quizás si podría transformarse – ¡Yo también puedo personita! – Dijo mientras comenzaba a dirigirse hacia el monstruo - ¡System Change! – Al decir eso se propulso del deslizador, cambiando de posición y modificando la estructura de su cuerpo – ¡Mic Sounders 2000! – Su apariencia había cambiado bastante, siendo más estilizado y duplicando su estatura, sus colores eran azules y tenia mas una apariencia humanoide que la de una rocola – ¡Barbarien Turn Over! – El deslizador cambio de posición, estando ahora volteado cara arriba, mientras soltaba varias luces – ¡Studio 7! – Cae sobre el deslizador invertido, usándolo como si fuese una patineta voladora, desplazándose por el aire – ¡Danzling Double V! – Una guitarra sale del deslizador, seguida luego de dos micrófonos amarillos – ¡Thundering Break! – Sujeta los dos micrófonos con dos brazos rojos más pequeños que salían de sus hombros, los mismos que tenía en su forma anterior.

Vídeo ilustrativo:

Empezó a desplazarse rápidamente hasta alcanzar una proximidad con el monstruo de unos 10 metros – Disk F – En su pecho, se coloca un disco, similar al usado en los aparatos musicales, seguidamente comienza a tocar sus instrumentos mientras vocaliza una frase. Transmite constantemente poderosas ondas sonoras hacia el monstruo, aunque el sonido era muy elevado, la intención no era solamente dejarlo sordo, sino que cada onda liberada, era como choque de energía que le impactaría en el cuerpo. La acción de Mic finalizo en que al terminar su tonada, lanzo una onda de energía directamente hacia la cabeza de la criatura, si bien su tamaño era inferior en comparación, esa cosa seguía teniendo puntos débiles que aprovechar o al menos eso esperaba el mercenario.

Ataque:

La situación, si bien no era la mejor, tampoco hacía que la rubia se sintiera menos decidida, escuchó la sugerencia de la tripulante que estaba a su lado y no le faltaba razón, no podía luchar de manera encarnizada, no con los civiles allí, tampoco podía hacerlo sin pensar, ya que si bien había logrado asestar un muy buen golpe, a su vez habían recibido un ataque tanto ellas en aquel mechanoid como Mic, esto hizo que la habitante tuviera que pensar mejor sus movimientos.

Con uno de los puños de la antigua locomotora golpeó el suelo y ejecutó un fuerte golpe, no para perforar la tierra sino que para hacer que la masa de aquel cuerpo mecánico humanoide se desplazara. Con el resto de su cuerpo flexionó las piernas a fin de proteger la cabina principal de no ser suficiente el impulso. Por supuesto, su estrategia no se limitaba solamente a moverse y defenderse sino a atacar.

Se levantó tan rápido como pudo y observó a su compañera. ―Le abrimos el caparazón pero debemos asegurarnos de que nuestro mejor golpe sea el tiro de gracia― le explicó, acercando su boca al micrófono que conectaba con el altavoz, había visto al cibertroniano transformarse en aquella forma más humanizada, al parecer era mucho más poderosa, pensaba usarla para su ventaja.

Movió los brazos del mecha, uno frente a la mandíbula y otro en el área del torso (era muy difícil saber si era el pecho por los enormes brazos que poseía) y se movió mientras hablaba por el altavoz con dirección al exterior. ―Mic, ve a la cabeza y ataca, intenta que no te alcanza, quédate tan cerca de él como si fueran un mosquito, nosotras te apoyaremos desde el otro lado― una vez lograron darle la vuelta Taia se activó, se había acostumbrado a los controles de aquel mechanoid lo suficiente como para moverse dando pequeñas patadas en el suelo a modo de saltos, ella sabía de eso ya que era su estilo de pelea (aunque obviamente ella era mucho más ágil).

Una vez pudo ubicarse detrás de este rápidamente le dijo a Stella ―Apóyame en esto― miraba con determinación al enemigo, alzando ambos brazos del mecha rápidamente hasta la altura de los hombros y atacar con todo su peso, la fuerza de los brazos y el propio movimiento de bajada en la espalda del vagón que servía de torso, por supuesto, Taia estaba preparada, de ser aquel un golpe suficientemente efectivo alcanzaría la parte inferior del caparazón de aquella bestia y de un mismo tirón la lanzaría a las cercanías del puente.

Tanto si aquel era un movimiento posible como si no daría un par de pasos hacia atrás volviendo a aquella pose de boxeador con la que habían comenzado, con un puño en la cara y otro en el torso solo que esta vez las piernas no serían muy diferentes a la posición que la habitante tomaba cuando estaba a la defensiva, una frente a otra, utilizando la trasera como forma de asegurarse de que no caería de espaldas bochornosamente una vez más.

Estaba tomando ventaja de que el ser tendría que darse la vuelta o su cuello tendría que recorrer una mayor distancia para ser efectivo. Había visto las armas especiales que tenía aquello no obstante a sabiendas del gasto de energía de estas prefería esperar y asegurarse de poseer un golpe certero para acabar con él.

A mi parecer el manejo de este gigante metalizado era complicadísimo, en cambio por lo que podía observar, Taia carecía de problemas para manejar los controles del mecha, yo que creía que esto sería como la típica maquinita arcade de esas en las que sólo hay que machacar botones para que aparezca el mensaje de "You Win" pero no, esto ni se acercaba a esas cosas. Por lo menos fuimos capaces de asestar un duro golpe en la inmensa bestia, lo suficientemente fuerte como para quebrarle una parte de la coraza que le protegía y hacerla sangrar. Entonces, presa de la furia por haberla herido, la gran tortuga asestó un golpe con el cuello en el coloso metálico en el que íbamos montadas, causando que junto con el mal movimiento que hice, termináramos tropezando y acabando recibiendo uno de los ataques que Mic había disparado contra la criatura, haciendo que el mecha se sacudiera.

La cosa no acabó ahí, pues aprovechó la oportunidad para de sus fauces lanzarnos una descarga de energía que acabó por lanzarnos hacia atrás. Tanto movimiento de la cabina estaba haciendo que me mareara y mi enojo fuera en aumento, realmente tenía unas irrefrenables ganas de bajarme de aquí y lanzarme a hincarle el diente en el cuello para acabar con esto de una forma más sencilla para mí, pero nunca antes enfrenté a un enemigo de esas dimensiones tan titánicas, iba a tener que aguantarme y seguir bajo el mando de Taia si quería salir de aquí viva.

-Esto e un maldito mecha ¿No tiene algo así como una espada que lance relámpagos o algo por el estilo?
Respondí al comentario de Taia con un tono agresivo sin quitar los ojos del enemigo. -Arranquemos la cabeza a esa cosa o cortémosla, solo quiero acabar con el cuanto antes para poder empezar a cocinarla.

Decapitarla con ese cuello tan largo debería ser tarea fácil, de ahí mi sugerencia pero el problema estaba en que no teníamos nada filoso que nos sirviera para cortar. Di un largo suspiro y rodé los ojos para centrar mi visión en Taia. -¿Que te apoye? Vale, tú mandas, solo espero que funcione eso que tengas en mente...odio tener que seguir combatiendo de este modo tan indirecto. Aunque complicado, con ensayo y error pude hacerme un poco con el manejo de el mecha, no podía decir que fuera una maestra pero ahora lo manejaba lo suficientemente decente como para no chafar las intensiones de Taia, gracias a eso pude apoyarla en su plan ofensivo en el que el robotico simpático iba a hacer de señuelo mientras nosotras nos íbamos a ocupar de causar todo el daño posible que pudiéramos hacerle.

-Venga muere de una vez, no te resistas, eso solo hará que tu carne sepa peor. Dije moviendo los controles para ejecutar las accione de apoyo a Taia.

La idea del androide era aprovechar algún punto débil en la cabeza de la monstruosidad esa, pero no contaba con que el súper tren tuviese problemas de equilibrio y su onda sonora le impactase en la espalda – Hey no intenten bailar en pleno combate – Les dijo el androide. Desde su punto de vista parecía que intentaron dar un paso de jazz pero tropezaron, y lo que parecía ser una escena algo cómica, para el mercenario resulto ser un problema pues el monstruo ataco con un rayo de energía, empujando al tren humanoide directo contra su cuerpo – ¡Oh No! – No pudo esquivarlo y fue arrollado, siendo enviado por los aires como si fuese una pelota de tenis, cayendo en el agua cerca de un puente. Su visión se había tornado borrosa por momentos, analizando las cosas que le habían pasado, su instrumento no era lo bastante poderoso para causarle algún daño significativo a la criatura, necesitaba un instrumento más grande. Empezó a pensar que podría utilizar a su alrededor, hasta que recordó que estaba cerca de un puente colgante - ¡Tengo una idea! – Exclamo mientras salía de golpe del agua e iba directamente hacia los cables del puente. Comenzando a mover los cables como si fuesen las cuerdas de una guitarra – ¡Siente el ritmo! – Decía mientras tocaba.

vídeo ilustrativo:

No se había vuelto loco, más de lo que ya estaba mejor dicho, sino que estaba enviando ondas de energía a los cables del puente, usándolos como un amplificador de notas que hacían vibrar el metal, dirigiendo dicha energía hacia las torres, que terminaron siendo usadas como alta voces gigantes. Todo causaba el mismo sonido a una guitarra siendo tocada, sus intenciones eran enviar poderosas ondas de sonido hacia el monstruo, usando un instrumento bastante más grande para causar más daño que antes – ¡Yeah! – Exclamo al terminar de tocar, enviando una onda de energía directo hacia el monstruo gigante. Sus compañeras podrían estar en medio, pero esperaba que al colocarse tras la criatura, no recibieran demasiados daños por ello. Si su idea no funcionaba, lo único que podría hacer seria actuar como apoyo para el robot negro, pues no tendría la potencia necesaria para causarle daño real al monstruo por otros medios.

El “pequeño amiguito” realmente la había sorprendido esa vez. Era cierto que no esperaba que esa fuera una pelea rápida, preparándose para que sus golpes fallasen o no fuesen efectivos pero en aquella oportunidad, en aquel momento, el haber servido de enorme distracción fue suficiente como para que Mic destruyera el caparazón del enemigo. Esto hizo que el corazón, no de amor o cariño, no era su más básico instinto como luchadora, había visto aquello por lo que había estado esperando.

Aún había un inconveniente que la hacía no sentirse segura, no, no era una estratega ni mucho menos, aquello había quedado demostrado, solo era una persona muy práctica pero si había una cosa de la que sabía era de peleas, no específicamente contra monstruos gigantes, no usando trajes de combate mecánicos, no, la mera esencia de la pelea, cruzar sus puños contra espadas, cuchillos, descubrir estilos, mostrar el suyo, comprender a su oponente a un nivel tan personal que de cierta manera se había vuelto un hábito, sino, una adicción para ella.

Finalmente el ser demostró querer enseñar sus verdaderos colores, sus verdaderos deseos, su verdadera habilidad, destruyendo el puente que Mic había usado como guitarra “Un momento… ¿Un puente?... Creí que no había bebido antes de venir” y ahora se aproximaba hacia ellas. Sabía que era un ataque poderoso, uno que no podrían bloquear, era algo lógico tomando en cuenta el tamaño de la bola de disco pero eso no era lo que estaba en la mente de la tensa civil, cosa que podría verse en sus ahora fogosos ojos rojos.

―Stella…― sonrió segura, esa sonrisa de seguridad que muestra cada quien al estar por hacer un jaque mate o de asestar el golpe final ―Lo tengo, podemos acabar con esto ahora mismo― se volvió a mirarla ―Es difícil pero necesito que hagas que las piernas de esta cosa saltan hasta estar encima de la criatura o que al menos la parte superior y del torso lo estén ¿Puedo contar contigo?― no era momento de dudar, aquella cosa se acercaba a toda velocidad por lo que habló por el micrófono. ―¡Mic, ponte frente a nosotras y toca con fuerza, intenta ralentizarlo un poco, toca tan fuerte como puedas, cuento contigo para darnos un tiro limpio!―

La razón por la que le pidió a la tripulante encargarse de las piernas, llegando incluso a darle el control total sobre estas era clara, todo estaba preparado para acabar eso de un solo golpe, Taia por su parte apuntaba, estaba nerviosa, era arriesgado, podrían estarse jugando todo en ese golpe pero valía incluso la pena intentarlo aunque ese fuera el caso. No intentaba saltar sobre la criatura en sí (aunque de ser ese el caso sería bueno de no llegar Mic a poder ralentizarla) sino de tener una diana, era una diana clara y obvia ya que todo el resto estaba brillando con aquella cortante energía.

El brazo derecho, el del cañón de repetición se alzó como si fuera a dar un puñetazo, eso se correspondía al modo en que la rubia apuntaba con sus brazales. Aguantó la respiración y finalmente activó el cañón de repetición junto con los misiles al tiempo que soltaba un puñetazo, sabía que se gastarían toda su energía en ello por lo que se esforzó en hacer que ese último golpe contara, no sabía si había una forma de recuperar la energía, no sabía si quedarían más criaturas después de eliminar a su oponente actual, solo sabía que ese maldito bicho caería ―¡A la velocidad de la luz!―