Ambientación:

Llevaba dos semanas buscando, en una nave de rescate del tipo Candyman. Le quedaban solo dos días más de suministros y combustible, y a partir de ahí, tendría que volver a Edén o a una estación de paso o estaría en un Punto de No Retorno, una situación horrible para cualquier navegante del espacio profundo. Había recibido instrucciones de responder un transpondedor cuya frecuencia sub espacial era la de un SOS en toda regla.

Solo había encontrado restos pequeños, pero nada que le indicase que fuese un transpondedor de una nave grande. Aquella señal era fuerte, muy intrincada, de una tecnología nunca vista. De ahí que Operaciones Negras se encargase. Y por suerte o desgracia, Blaze era el chico de los recados en esos asuntos. Había perdido las esperanzas y las ganas de encontrar algo, cuando de pronto... ¡Premio! Halló la fuente principal de la señal de socorro, y con ello, el pecio más grande que confomaba aquella nave.

No daba crédito a sus ojos, aquel asteroide era como un amasijo de metal inmenso, un enorme coloso que vagaba sin rumbo alguno, hecho pedazos. Con asombro, fue adentrándose en aquellas tripas de acero, el cual chirriaría, si no fuera porque en el espacio no hay sonido. Ya estaba empezando a documentarlo todo y prepararse para tomar muestras cuando... No puede ser. Dijo en voz muy baja, ¿Una señal de forma de vida, y se mantenía latente? Algo inconcedible. Muy despacio, se fue introduciendo en las entrañas de aquella titánica estructura hecha añicos. Llegados a un punto, no pudo avanzar más, y tuvo que parar motores y anclarse entre los restos suavemente.

Resopló, observando la traza de la señal del transpondedor, y de la señal de vida. Ambas estaban en direcciones similares. Reuniendo las fuerzas suficientes, comenzó a ponerse su traje especial de rescates. A diferencia de los trajes de combate, aquellas servo piezas era un traje motorizado, muy blindado, hecho para soportar impactos en el espacio profundo, sin recibir daños, o peor... Despresurizarse. No era el traje más versátil del mundo, pero en un entorno tan sumamente hostil como aquel era necesario. Al salir por la cámara estanca, notó cierta presión en el pecho. Había luchado en campos de batalla y se había jugado la vida muchas veces, pero... El silencio del espacio era algo abrumador.

Parte 2:

Saltó a lo desconocido, dejando que los propulsores personales le llevasen en aquel entorno de gravedad cero. A través del hud (Helmet Unit Display) del traje, recibía información continua de su estado y su posición, además de la posición de ambos objetivos. Le era fácil descubrir y retirar los escombros espaciales, sin gravedad, no había peso, pero había que tener cuidado con la inercia, podría desencadenar desguaces o roturas innecesarias.

A medida que se iba adentrando en la oscuridad, la señal de la forma de vida era más fuerte que la del transpondedor. En mitad de una cavidad similar a un abismo... Ahí estaba. Pero no podía ser, estaba sin traje, como si pudiese sobrevivir al vacío del espacio. En aquel momento, no podía comunicarse con él mediante el sonido, no existía ¿Cómo acercarse a él sin asustarlo? Parecía una criatura pacífica, no percibía intenciones agresivas en él, pero... Quién sabe, había tantas razas que parecían inofensivas y luego eran letales asesinos. Seguro que a aquel muchacho Puff debía parecerle un payaso con un traje blindado y acolchando, y de movimientos muy lentos y ridículos.

Al acercarse a aquella extraña y hermosa criatura, sintió una punzada de dolor en la cabeza y los oídos, producto de una fuerte estática, y un zumbido tan agudo, que era como si le clavaran punzones en los oídos. Gritó y abrió la boca para mitigar el daño, pero entre aquella resonancia y estática sin sentido, pudo entender una palabra: Ven.

Había tenido enlaces psiónicos por parte de razas que normalmente se comunicaban de forma telepática, o con especies que usaban por placer aquel don. Una vez sus mentes se sincronizaron, por decirlo de algún modo. Sin pensarlo dos veces, cogió la mano de Leviathan y le subió para llevarle en brazos. Tranquilo, no voy a hacerte daño ¿Te has perdido? Que suerte quere encontrara. Me llamo Puff, Puff Blaze, vengo a llevarte a un lugar seguro. Intentó que su mensaje llegase a la mente de Lev.

Con aquel intento de comunicación, agarró la mano del chico con algo más de fuerza, y le indicó la dirección hacia su nave, para darle la intención de que se lo llevaría. Cogiéndole con suavidad de la cintura, lo acompañó a través de la oscuridad, iluminando el camino con los focos de su traje. Le resguardaba de los escombros flotantes, y de las esquirlas de metal que iban desde vulgares virutas, a peligrosos virotes afilados como letales sables que volaban sin mano que las empuñara.

A medida que se iban acercando a la nave, Puff sentía algo extraño, como una sensación de gravedad, un vértigo extraño, acuciado por la presencia de Leviathan en sus brazos. Los indicadores de su HUD en sincronía con la nave le dieron la respuesta a aquellas dudas: había una presencia gravitatoria. Estaban muy cerca de un satélite, el cual había comenzado a atraer el pecio hacia él. Puff lo notó aterrado, viendo como los trozos flotantes cada vez iban más y más deprisa. En unos minutos aquellos inofensivos fragmentos se convertirían en mortales proyectiles. Él no tenía problema, pero... ¿Y el extraño?

Con la prisa que le permitía el traje, saltó y usó sus propulsores incluso a máxima potencia. No solo por él, si no por el recién aparecido instinto de salvaguardar la vida que tenía entre sus brazos. No podían morir allí, no lo iba a consentir, no durante su guardia. ¿El visitante entendería el motivobde la prisa, sabría que estaba a punto de morir? Pronto lo averiguaría.

Su mente se llenaba con las palabras de aquel ser angelical. Sin embargo, al ser telepatía, no procesaba el lenguaje, solo el mensaje, por lo que su cerebro no necesitaba más esfuerzo en comprender y podía concentrarse más en lo verdaderente importante: Escapar. A medida que huía por los escombros atraídos por la gravedad, notó que su cuerpo se movía mejor, sus impulsores tenían más potencia, y que incluso las virutas y otros fragmentos eran desviados. ¡Era el chico, el muchacho estaba haciendo eso! Aprovechando la ocasión, saltó con más ahínco, con la propulsión al máximo, llegando por fin a la nave.

Al cerrar la bodega, dejó a Leviathan despacio en el suelo mientras el compartimento se presurizaba. Al hacerlo, se quitó gran parte del traje con toda lanprisa que pudo, llevándose a su rescatado a la zona de pasajeros. Era un simple pasillo que conectaba con la cabina, con asientos acolchados. En el rostro del reptil, se podía ver el apremio y la urgencia de sus acciones. ¡Sujétate bien y agárrate, nos vamos antes de que todo esto se vaya al infierno! Se sentó en el asiento del piloto, y sus manos prácticamente volaron entre los mandos y controles para hacer volar la nave a toda mecha. Agarrando la palanza y el mando auxiliar, pisó a fondo, y la nave de rescate emergió de entre la chatarra que se desplomaba hacia aquella luna marrón y muerta, que si no salían de su campo gravitatorio, se convertiría en su tumba. La nave pegó otro acelerón, y ante la sacudida y la vibración de la fuerza contraria del campo de atracción de la luna, la nave vibró a niveles alarmantes. Puff gruñó en voz alta, y con un brusco movimiento de palanca, empezó a sacar la nave del peligroso campo. ¡Vamooooooos, si! exclamó de alegría. Pero aún quedaba algo muy, pero que muy importante... ¿Quién o qué era ese chico? Al mirarle, solo tenía más dudas agolpándose en su mente, haciéndose hueco por surgir primero y ser respondida antes que ninguna.

Se quedó anonadado, aquel poder psíquico rozaba lo imposible. Aquel chico era una entidad psiónica. Hizo un gesto mientras puso el piloto automático, solo para tomar aliento. Tras dejar el asiento, se quitó el resto del traje, mientras lo guardaba. Su primitivo cerebro aún estaba asimilando todo lo que había sucedido, y quién se encontraba detrás suyo. Finalmente, hizo acopio de todo su valor, y se sentó frente a él. Dejó su mente abierta, a estas alturas, no habría secretos para él.

Así que... Es cierto, eres uno de los que mi pueblo llama primeros nacidos. Jamás pensé que vería a un miembro de una raza supuestamente extinta. Hay muchas antiguas civilizaciones que hablan de vosotros, y de otras razas similares, capaces de crear cualquier cosa con su mera voluntad. Eres como otros seres perdidos, como os Protoss o los Xel Naga... Fascinante, simplemente fascinante, perdona si hago esto, pero... Me puede la curiosidad.

Extendió su mano para tocar el cabello de Leviathan, y después su rostro, y su ropa... Era increíble. Eres real... Muy real. No eres un ser que ha transcendido después de la capa física, eres material, pero... Sin embargo, la física cede a tu voluntad. No hay duda, eres un Primer Nacido.... No, no me lo puedo creer, perdona por la emoción, pero eres como un mirlo blanco, o un ángel estelar, una leyenda, y tenerte en frente es... Guau.

Se aguantó una risa de nerviosismo, y su pataleo era como el de un niño pequeño. Toda su histeria era contenida, y de pronto, apagada... ¡No podía mostrar semejante criatura en Edén! Aquellas ideas de lo que harían con él le aterraban. No... El mundo mortal no estaba preparado para una aparición así, no aún. A ti no te tengo miedo, amigo. Tengo miedo de lo que hagan contigo, de lo que descubran a través de tu poder, y de que llegue a manos malintencionadas. Los mortales no estamos preparados para cosas como la trascendencia energética, la energía psiónica o la ascensión a la inmortalidad. Otras razas lo parecerán o serán similares a ti, pero... Ellos no son Primeros Nacidos. Por los cuernos de Halka, podrías enseñar tanto, tantas maravillas...  Mira, hagamos esto más fácil. Se que puedes entrar en mi mente, así que, te doy total permiso para que leas en ella y lo veas por ti mismo.

Entonces hizo como le instruyeron: Abrió su mente y dejó sus pensamientos fluir, como en una película. Su infancia se mostró en tercera persona, enseñando momentos tiernos, y también duros. También mostró el típico egoísmo infantil, rompiendo un par de juguetes ante una pataleta. Pero también ternura y bondad, al dejar en una repisa de la embajada donde vivía una fiambrera con comida para una niña vagabunda. Después mostró muchas emociones, miedos, controversia al llegar a la adolescencia, además de lujuria, mucha lujuria, aquellas imágenes que mostraba eran incluso excitantes para cualquier "espectador" que las leyera. También estaba la amistad, la lealtad, el honor, y siempre, por encima de todo: La bondad.

Puff mostraba su interior. A pesar de su exterior fuerte y salvaje, por dentro no dejaba de ser alguien con buen corazón, honesto, y de intenciones puras. Era alguien digno. Pero también se podía vislumbrar el horror, las contiendas, la violencia, y al saurio rojo en medio. Debido a su obligación, su tarea. Él atraía el caos, y después los desperdigaba para que nadie más saliese perjudicado. Era algo más que un guerrero, era un guardián, un protector, y ese era el sentimiento que quería reflejar en Leviathan. Una vez terminado su flujo mental, le miró y sonrió.

Bien, ya lo sabes todo de mí, supongo que también habrás asimilado el por qué no puedes aparecer en Edén como un primer Nacido, si no como un habitante más, un simple mortal que puede tener una segunda oportunidad. Yo te ayudaré a lo que necesites. Al fin y al cabo, me salvastes la vida ahí fuera. Te debo una... Pero... ¿Cómo debo llamarte a partir de ahora?

Lev... Si, estaba mejor. Le contempló con mucha más relevancia, llegando por un momento incluso a sentirse intimidado por la forma de mostrarse "de forma real". Sin embargo, ésto solo reflejaba una fragilidad aún mayor. Un ser tan poderoso, sería codiciado por gente sin escrúpulos. Un poder así no podía caer en malas manos, Lev no podía caer en malas manos. Y por ello, hizo lo que para los más fanáticos creyentes en los Dioses venidos de las Estrellas les parecería una blasfemia: Le abrazó.

Le ofreció su calor y su apoyo como máximo respaldo, como respuesta tácita y sencilla. Notó la suavidad del cuerpo del Primer Nacido, y le acarició, con un cariño fraternal, como deseando no romper aquella falsa fragilidad. Le miró a los ojos, y le acarició el pelo. Sin saber por qué, sintió la necesidad de protegerle como si en realidad no fuera un dios, si no un niño, un niño asustado que necesitaba protección y bondad. Yo me encargaré de todo Levi, no te preocupes. Seré tu escudo.

Miró a su nuevo protegido con ternura, deseando protegerle. Se levantó y volvió a los mandos de la nave, mientras metía una nueva tarjeta de rumbo e identificación. Mientras volvemos a Edén, pensaré en qué tapadera plantear. Moveré algunos hilos, pero merecerá la pena. Comentó mientras cargaba las nuevas coordenadas. No había necesidad de contarle nada a su amigo, su mente estaba abierta para él. No iban a los registros normales. Le metería en la clandestinidad, y Lev estaría exento de mentir. Los papeles los pondría Puff, y una vez lo dijeran los papeles, sería la verdad... La verdad para ellos dos, una de las muchas que se pueden fabricar, comprar o tejer en función de la necesidad. Blaze tenía un plan, y lo pondría en práctica.

OFF: