Rugí fuertemente ante ver a mi enemigo salir volando, rodando como una pelota mientras aplastaba a más enemigos. Quería tirarme encima y destrozarlos con mis dientes, realmente estaba enojada. Di un paso y cuando iba a saltar, algo me detuvo. No era algo físico, era algo que podía con mi ser de una forma demasiado particular y curiosa. Por más ciega que estaba ante lo que era amigo u enemigo, la recordé. De alguna manera u otra, pude recordar a Eve, nuestra promesa. Me dolía. No quería hacerla sentir triste. Dejé salir una queja desde mi pecho, algo ronca y me senté como un perro. Agaché la cabeza y “aullé” medio gruñí hacia arriba como llamándola, y al terminar, comencé a achicarme. Todo comenzaba a verse diferente a medida que volvía a la normalidad.

Estaba con los ojos cerrados, me sentía muy mal, no por haberme destransformado, sino porque le había fallado a Eve. “Debes calmarte… Piensa, para algo te entrenaron” me reté a mí misma y me levanté mientras abría los ojos y apretaba los puños. Busqué hacia mis costados, encontra a Stella la cual había sido levemente cortada, la verdad es que no me lo esperaba pero bueno, en una lucha de esta magnitud, todo podía pasar. Por otro lado, Nashira había desaparecido de mi vista, y para cuando vi el camino de cadáveres, entendí lo que había hecho. Tragué saliva y me troné el cuello y dedos – Bueno… Al menos son menos – dije con normalidad y mire a Stella – Cambiaremos… Irás donde está Nashira, has lo que sea necesario para mantenerte viva a ti y a ella, traten de volver para acá para ayudarme a defender… - hice una pausa y me acerqué a ella para colocarle una mano en su hombro – Y sí, estamos cambiando de posición – sonreí y así como terminé de hablar, la tomé de la ropa de la cintura, apretándola bien fuerte mientras aferraba la mano de su hombro de la misma manera. La levanté como si fuese una pluma a la altura de mi hombro, empecé a girar tomando velocidad y fuerza, y cuando tuve la oportunidad de calcular en dirección al camino libre, la solté. La vi volar por el aire de forma recta, como si tuviese alas, era extraño pero mi propósito realmente era algo que esperaba que resultase.

El camino de cadáveres era largo, así que, probablemente termine justo donde estaba la peliroja, o dos cadáveres atrás o dos cadáveres lejos. En todo caso, aterrizaría más o menos a la distancia que había calculado. Asentí y me giré para ver a los sobrevivientes – Ustedes que están ahí mirando, los que estén un poco lastimados, muevan a los que estén heridos, y los que estén bien, prepárense para combatir, esto no termina…. No quiero ver a nadie holgazaneando… - gruñí y empecé a correr hacia los cadáveres más cerca para empezar a apilarlos uno arriba del otro, haciendo dos grandes barricadas. Miré y busqué más con que hacer una barrera, y aproveché la destrucción del lugar para colocar grandes rocas atrás de los cadáveres para que no se cayeran, y por encima. Ahora había hecho una pared de 5 metros de alto y bueno, de un lado siete metros de cadáveres y rocas, y de mi lado, lo mismo. Solo por el centro podían pasar, pero era un lugar bastante reducido, entonces solo podían pasar uno o dos de ellos a la vez. Preparé mi cola en forma de cuchilla mientras con mis uñas cortaba un poco mi brazo para dejar salir sangre, y empecé a caminar de un lado a otro, dejando caer la misma al suelo. En caso que vengan a atacarme, tenía un as bajo la manga.

El enemigo reptiliano al que me enfrentaba no suponía demasiado problema, la mayoría de sus ataques lograba esquivarlos librándome así del peligro mortal, no obstante lo que no pude evadir fue aquel tajo en forma de Z que me hirió desgarrando mi ropa como daño colateral, por suerte no era más que un arañazo para mí pero debía encontrar una forma de cubrirme o de lo contrario la tela de mi ropa acabaría por deshacerse y...ni pensar quiero en el bochorno que sufriría si pasara eso en medio de la batalla; pero de igual forma no tuve tiempo de preocuparme por eso dado que recibí un impacto en el estómago que me mando a volar hasta estrellarme contra unas cajas de madera, eso si que fue bastante doloroso, como pude me levanté moleste y con mi enojo en aumento, hoy no estaba siendo un día especialmente agradable no y como guinda del pastel...pasó el asunto de S´Lipher. Casualmente había salido despedida cerca de donde estaba ella, que ahora quería ocuparse de la línea de defensa que ocupaba yo para dejarme a mí la tarea de socorrer a Nashira. -Si tranquila, volveré tan pronto como haya ayudado a Nashira. Todo habría estado bien sino fuera porque se le ocurrió la feliz idea de agarrarme y con su gran fuerza lanzarme por los aires directa en dirección a donde se encontraba Nashira...el aterrizaje fue lo peor. -¡Jo, no tenías porque haber hecho eso! Estoy harta de que todos me manden por los aires...

Rápidamente me puse en pie y busqué de entre los cadáveres a uno de los fallecidos para rasgarle la ropa que traía y anudarmela alrededor de los pechos para cubrir la zona donde me había cortado el reptil, acto seguido avancé velozmente hasta situarme delante de Nashira y proceder a tomar venganza contra los enemigos. -Hay que acabar con ellos rápido ¿No tienes un lanzallamas o algo parecido? Era la hora de la venganza, saqué mis mitones de metal y me los ajusté firmemente en cada mano y aprovechando mi poder de viento me revestí de una gran velocidad para como un resorte salir disparada contra los enemigos que se me ponían por delante, asestando a todo dracoyano que se me cruzaba por medio severos y fuertes golpes para poner fin a sus vidas. -Al siguiente que se atreva a cortarme la ropa lo descuartizo.

Que fueran de carne y hueso le daba un poco de ventaja al poder cortar a los Dracoyanos como jamón, aunque con tantos a su alrededor no duraría mucho y como remplazo tenía su arma, que si usaba a lo tonto se quedaría sin munición. Tenía que salir de ese lugar si o si, fuera como fuera y de preferencia en una sola pieza; pensando en que hacer se mantenía luchando hasta que una estrella cruz los cielos que era todo menos eso. Stella venia en su dirección pero dada la posición que tenía en ese momento y una lagartija que impedía sus movimientos, hicieron que recibiera a Stella y no precisamente con los brazo abiertos, el golpe fue fuerte como para dejarle una abolladura -oye, estas bien?- le sorprendía que se pudiera poner de pie después de tremendo golpe, con eso era para que las luces quedaran fuera, por suerte ese no era el caso.

La batalla continuaba, pero no con buenos resultados no para ellas al menos. Logro esquivar la mayoría de los ataques, pero hubo uno en particular que daño su armazón. Frunció el ceño al ver a su compañera recibir múltiples heridas, con ella en esas condiciones no tenia muchas esperanzas de continuar y aunque estuviera ilesa los números hablaban en favor a ellos -emprenderemos retirada, necesito que nos cubran- hablo por su comunicador esperando una respuesta afirmativa.

No tenía muchas opciones y el tiempo la comía, tenía que hacer algo ya, primeramente pensando en la seguridad de Stella no la dejaría y no perdería un miembro. Sin pensarlo demasiado se agachó hasta cubrirla con su cuerpo metálico en caso de que alguna de esas cosas decidiera tomar alguna acción -lo siento, pero no tengo opción... - dicho aquello la cargo cual costal de papa procurando tener cuidado con sus heridas, con ella en brazos se dispuso a salir del lugar, mas valía gallina viva que gallo muerto y no estaba dispuesta correr el riesgo.

La misión no estaba resultando como yo quería, tenía en mente que pese a las dificultades pudiera desenvolverme sin que me supusiera mayores problemas pero todo lo sucedido me estaba demostrando que parecía que me habían echado un mal de ojo o algo de ese estilo. Ataques inefectivos, heridas causadas por enemigos y como no ese dolor en la cabeza producto de mi choque contra el armazón del mecha de Nashira, que si bien no me causé nada serio, si que me dejó una sensación ligeramente dolorosa en la zona, según le hube dicho que me encontraba bien me lancé a por el enemigo. No quería preocuparme por eso, ya hablaría con S´Lipher por ese acto temerario que había hecho, bastantes problemas teníamos ya como para que encima me estuviera quejando por cosas como esa. Yo estaba en medio de los enemigos lanzando golpes a diestro y siniestro quitándomelos de encima pero dada su capacidad de supervivencia no fui capaz de acabar con sus vidas tal como planeé, lo más que pude lograr fue matar a uno bastante pequeño que no me valdría ni para un mísero caldo mas la cosa no acabó ahí, mi mala suerte no iba ser tan generosa como a mi me gustaría.

Uno de esos reptiles indeseables me dio en la espalda con sus garras logrando lanzarme a los pies de Nashira. No me había sentido así de enojada en mi vida, sino fuera porque en donde estábamos mis poderes causarían más estragos en nuestro bando que en del enemigo desataría una fuerza de viento tan grande como para mandarlos al camposanto de un golpe de huracán, también podría transformarme en bestia y seguir el ejemplo de S´Lipher pero eso me dejaría tremendamente agotada. En este punto estaba por tomar la decisión arriesgada de lanzar el huracán de todos modos mas justo cuando pretendía ponerme en pie de un salto el mecha de Nashira se colocó sobre mí protegiéndome de los ataques enemigos, pero no solo eso, también se tomó la libertad de cargarme al hombro del mecha con la intención de salir escopetada de ahí. Había oído su orden de retirada pero no me lo había creído hasta que ejecutó esta acción. -Espera ¿Qué? Dije cuando me cargó al hombro y enojada di un leve golpe al mecha indicando mi indignación. -¿En serio nos retiramos? ¡Solo déjame lanzarles un tornado y verás como no vuelven a atacarnos!

Las cosas se veían muy feas, demasiado para su gusto, sin su capacidad de volar no veía como salir de ese lugar más que intentar corre entre las lagartijas,  evidentemente eso era una muy mala idea, no miraba más opción que quedarse y luchar con lo último que le quedaba, eso fue hasta que explosiones se dieron a escuchar, por primera vez eso fue literalmente música para sus oídos. Defensores en cosa de minutos estaban con ellas y milagrosamente lograron salir de aquel campo de batalla; Después de bombardeos seguido por tiroteos fueron interrumpidos por el silencio, curiosamente no sabía si aquello era bueno o malo. Parecía que al fin podía tomarse un respiro, el enemigo retrocedía pero no estaban a salvo, no aun, no mientras siguieran en el planeta. Su nave tenia daños bastante considerables, si bien aún funcionaba la pérdida de un brazo era algo que bajaba sus posibilidades de ataque.

En un lugar más seguro decidió que era tiempo de bajar a Stella que a pesar de sus reclamos anteriores no la soltó, ya una vez dejada en el suelo hecho una rápida mirada a su alrededor, era un desastre, pero muchos seguían de pie y más importante aún los civiles habían evacuado; Con un radio comunicador intento ponerse en contacto con Kosmov -Carinae Nashira al habla, informando que los civiles han sido evacuados exitosamente, pido refuerzos y una nave de rescate para sacarnos a nosotros, tanto como a los defensores- repitió el mensaje un par de veces, ahora solo quedaba esperar que alguien en la estación lo escuchara.

Mientras esperaba alguna señal de vida o respuesta a su mensaje, se giró a los defensores e inclino ligeramente la cabeza -gracias por sacarnos de ese lugar, no lo hubiéramos logrado sin ustedes– realmente lo estaba, pero aún era temprano para celebrar una victoria -Está de más el decir que esto no ha terminado, por eso les pido su ayuda... - observo a los Dracoyanos quienes se habían retirado, nada le aseguraba que no atacarían de nuevo y si lo hacían estarían preparados, la meta seria resistir hasta que llegaran los refuerzos y prepararse por si eso no sucedía pronto -por ello les pido que hagamos una barricada, tras ella colocar cañones de artillería como primera línea de defensa- sabía bien que esta no era su tierra por lo que hablaba con cierta precaución -también atender y curar a los heridos, eso te incluye a ti Stella- Estaba consciente de la gran fuerza que la chica poseía después de los eventos anteriores, sin embargo una herida era una herida y si esta no se atendía apropiadamente causaría dificultades -y si hay un mecánico me haría el favor intentar reparar mi mecha- El brazo lo dio por perdido pero al menos si lograban hacerlo volar de nuevo seria más que suficiente.

Aún tenía su brazo izquierdo, en él tenía su arma lista para cualquier Dracoyano sorpresa que decidiera aparecer, aunque dudaba que uno apareciera pues cada vez la temperatura bajaba y si mal no recordaba de su clase de biología las lagartijas eran de sangre fría, con suerte estos parientes lejanos también dependieran del ambiente para regular su temperatura corporal.

No me hacía gracia la retirada pues ¿Por qué hacerlo? Sí, estábamos rodeadas y las posibilidades de escape eran casi nulas, pero yo aún me sentía con fuerzas para continuar defendiéndome, solo tenía unas heridas leves que no me iban a dificultar de ningún modo que siguiera cargándome Dracoyanos, en mi planeta me enfrenté a situaciones peores...aún con esas no me iba a quedar otra que hacer caso y huir, aunque poco podía hacer ahora que me estaban cargando de este modo. Por suerte para nosotras una avanzada de Defensores logró irrumpir en el lugar consiguiendo con su ofensiva expulsar a los reptiles que se batieron en retirada al verse superados por los nuevos intrusos que vinieron en nuestra ayuda, ahora la zona estaba despejada y segura y podríamos relajarnos por un rato para reponer fuerzas y sanar a los heridos, en mi caso iba a ser difícil ya que no estaría dispuesta a que un desconocido me pusiera las manos encima por muy médico que fuese, el problema iba a ser ocuparme de los cortes en la espalda. Según me bajó Nashira di un leve gruñido y crucé mis brazos notablemente molesta. -Yo estoy bien, solo son unos rasguños...pero supongo que no me dejarás ir a la batalla sino me ve antes un médico ¿Verdad?

Tomé del brazo a una de las médicos más cercanas que encontré y me la llevé al lugar designado para atender a los heridos, allí me aplicó desinfectantes en las heridas y las vendó,el tiempo restante lo aproveché en coser mi ropa con los utensilios que pedí prestado a la médico, sabía que el cosido no me iba a servir de mucho pues probablemente me llevaría un tajo o dos más a la vuelta de la batalla que dejaría mi ropa hecha trizas mas era mejor eso a ir con las ropas de un muerto a modo de remiendo para cubrirme. Regresé a donde se encontraba Nashira y de la bolsa que traía saqué dos trozos de cecina, le pasé uno a ella para que lo tomara y el otro me lo metí en la boca, comiéndolo de un bocado. -¿Y bien? Pregunté seria alzando la vista al cielo -¿Que toca ahora? ¿Quedarnos aquí a que nos ataquen de nuevo? Llámame temeraria pero considero oportuno ir a encontrar a lo que quiera que esté al mando de esas cosas y acabar con ella.

Ante el reproche de Stella alzo una ceja pues no estaba dispuesta a ceder, ni siquiera con la mirada de molestia que la mencionada le había dedicado amablemente, cuidaba la salud propia y la de otros con recelo, pues a pesar del tiempo aún estaba latente el problema que tuvo con su hermano. Para su sorpresa su compañera pareció entender y aunque claramente fue de mala gana, acepto e hizo lo que Nashira le pido, de eso ya no tenia de que preocuparse, curiosa le siguió con la mirada desde que jaloneo al chico hasta que la perdió de vista.

Ahora tenía otra cosa en mente, su mecha, mientras los mecánicos lo reparaban ella bajo de este y estuvo caminando un poco estirando las piernas, tanto tiempo en el mecha se las tullía. Se detuvo unos momentos pensando en que podría ser su siguiente paso algo que no implicara usar la cabeza, literal; cansada masajeo su frente hasta que una voz ya conocida le saco de sus pensamientos -Gracias- respondió tomando el trozo de cecina mordiendo un poco de este, no estaba segura de que responder por ello mantendría la boca ocupada con el alimento dado. Para su suerte los defensores respondieron por ella al decir que no tenían información de los atacantes, como resultado sería un suicidio ir a su base -en otras circunstancias hubiera sido una buena idea pero en este momento hay que pensar que no solo somos nosotros, sino todos ellos quienes se ponen en riesgo- comento alzando la vista al cielo, estaba consiente que en batallas no todos se podían salvar, sin embargo, tenía la manía de crear estrategias que redujeran la mayor cantidad posible de perdidas -hagamos esto… esperamos hasta mañana que lleguen los refuerzos, con ellos tenemos mayor oportunidad al atacar-

No pensaba simplemente cruzarse de brazos y esperar a que diera la mañana mientras podrían hacer algo -hagamos dos grupos de exploración, el objetivo será traer cuerpos de los Dracoyanos para estudiarlos… un tercer grupo que nos cubra desde este lugar- dicho aquello termino el bocado dirigiéndose a su mecha que había recuperado su brazo, no eran las alas, pero de eso a nada todo era bueno - ¿vamos? - pregunto a Stella con cierta precaución. Espero a su respuesta, siguiendo adelante y en cuestión de minutos ya estaba encima del mecha lista para partir, teniendo la intención de ir al frente pues con su campo de visión podía cubrir más terreno.