-Quiero llegar a mi maldita nave de una puta vez.-Tal frase se repetía en mis pensamientos de forma constante a partir de cierto transcurso del intercambio de palabras, pasando a oír en vez de escuchar el resto de la conversación en cuanto aquél Yasei emitió una breve e ingeniosa broma acerca de mi incidente con el anterior fenómeno eléctrico, siendo realmente perceptible que no estaba de humor para ningún tipo de gracia relacionada con mi presencia. Al no tener ninguna preferencia por volver a entonar alguna aportación verbal a la charla, me limité a comprobar las cargas de mis determinadas armas equipadas por el mero entretenimiento como por la seguridad, tomando la decisión de ser más reservado de ahora en adelante hasta resolver todos los problemas mecánicos que se habían estacionado desde que llegué a este planeta, refiriéndome con ello a la reparación de ``The Black-Winged Beast´´ y lo que pudiera estar destruido en sus entrañas. En ningún momento me había olvidado del objetivo original por el cual había acabado aquí, pero debido a la gran variedad de percances que han tenido lugar a lo largo de las últimas horas, la misión que debía cumplir junto a mi equipo acabó por tener una escasa importancia desde mi punto de vista. Evidentemente, me había dado cuenta de que estábamos ante un ser proveniente de esa raza con la que tenían en común con aquellas personas, siendo posible que el corpulento Yasei podría darnos una pista sobre el paradero de las presencias que habíamos venido a buscar, aunque ni me molesté en mencionar algo al respecto al decantarme por pasar de todo lo relacionado con aquella obligación.- Al cuerno esa princesa y sus amigos. Sería mejor intentar cumplir esto en otras circunstancias.-Pensaba para mí mismo mientras me mantenía ajeno a la actual conversación. No era propio de mí abandonar los encargos, pero realmente estaba harto de todo lo que albergaba el planeta Xair, siendo más preferible el marcharme para después retornar a este ecosistema en cuanto estuviera mejor preparado en un futuro cercano, nunca me ha gustado dejar nada pendiente.
Durante el mantenimiento de mis armas, me percaté nuevamente de la sensación de dolor que volví a percibir en mi cuerpo, manifestándose una vez más la herida originaria de la ruptura proveniente de mis costillas. –Argh…-Emití un débil quejido irremediablemente, me había pillado desprevenido aquél malestar, pudiendo percibir que tal contratiempo había empeorado según me informaba mi sistema nervioso. Intenté disimular aquella reacción a un efecto dañino por medio de una suave tos a medida que posaba una de mis manos abiertas por la zona dolorida, pero parecía ser que no pude engañar a ese Corvo Attano a juzgar por su atención precipitada en mi durante unos cuantos segundos, divisando de vez en cuando que pasó a mantener cierta vigilancia en mi ubicación cada vez que dedicaba mi mirada a los alrededores.- Hmrp…Estoy bien. –Aclaré sin éxito alguno, no podía engañar a un médico en estos temas, se suponía que los colaboradores en ese oficio son expertos en detectar cualquier tipo de síntomas dependiendo de su especialización dentro de la medicina. -…Bah, es evidente que no del todo.- Chasqueé la lengua con cierta resignación. De todos modos, poco se podía hacer al respecto al estar en medio de una selva en desfavorables condiciones, por lo que supuse que solamente haría un diagnóstico de aquello que me afligía y pondría una solución temporal y poco eficiente, hasta tener una mejor oportunidad en el futuro para proceder a conseguir un mayor rendimiento de sus habilidades curativas en otro tipo de ambiente.
Una vez que se me fueron facilitados ciertos utensilios como el caso de cierto número de vendas y demás artilugios para realizar un breve tratamiento a mi estado actual, mis oídos captaron el nombramiento de un refugio mencionado por aquél felino humanoide en el que daba a entender que nos podía ofrecer cobijo en dicho lugar, al menos hasta el retorno del día y el cese de la lluvia.-Pff…Tampoco veo otras opciones…-Me resultaba muy incómodo el tener que ser ayudado por presencias ajenas. Sin embargo, también contemplaba como una gran estupidez el tener que seguir lidiando con este clima en estas condiciones sólo por preservar mi orgullo y mi autosuficiencia, encontrándome en el aprieto de no saber qué era verdaderamente peor desde mi punto de vista. Por otra parte, tampoco es que nos pudiéramos fiar por completo de aquél ``Jefe de la Guardia´´ solamente por concedernos una ayuda reciente que quizá no haya sido intencionado, no me sorprendería en absoluto el saber que propinó el ataque contra la criatura tentacular por el simple hecho de conseguir un alimento en vez de echar una mano a unos forasteros. Al reincorporarme además de mantener mis armas en sus respectivas fundas de cuero, realicé un prolongado suspiro al cruzarme de brazos para más tarde, obsequiar con una mirada de reojo a mis compañeros.- ¿Qué decís? ¿Vamos con él?-En esta ocasión, mi voto estaba en blanco, ninguna de las decisiones a tomar me agradaba para nada. En realidad, absolutamente nada de lo que estaba pasando me agradaba en absoluto, sólo tenía entre ceja y ceja el reunirme con mi ``The Black-Winged Beast´´ de una maldita vez.