Darek, que llevaba ya un tiempo tras la pista de un tipo bastante molesto, se había visto obligado a embarcar en una nave
( la primera que encontró) para llegar a esas partes del espacio.Durante todo el trayecto se dedicó a descansar a un lado de la nave y a tomar de vez en cuanto algo de Whisky de su petaca. Menuda la sorpresa que se llevo al saber que la estación a la que se dirigía para darle caza a ese tipo, se había estrellado contra un planeta tras ser atacados, y, viéndose forzado a actuar para ayudar a los tipos que lo transportaba, descendió con ellos al planeta. Bueno, si tenía que defender a unos colonos mientras huían alomejor podría sacar algo de provecho. Pensaba en esto cuando se percató a lo que tenían que enfrentarse. Corriendo, saltando de cobertura en cobertura, tratando de evitar estar en una situación vulnerable se dirigió hacia lo mercenarios.

- ¡¡La madre que me parió!! ¡¿Como se supone que me tengo que enfrentar a esas cosas.?! - Esto lo decía algo atónito mientras se acercaba a uno de los mercenarios al mando. - Somos los refuerzos... ¿No se supone que estaban siendo atacados por lagartos? - Suspiró. - Solo tengo un rifle, pero si necesitan pilotos para sus mechas, pueden contar conmigo. -  Esto último lo dijo con una sonrisa cargada de confianza. - Todo con tal de ayudaros aquí. De todas formas si tiene una idea mejor, dígamela y nos pondremos manos a la obra. -  Esperaba haber convencido al mercenario para que le prestara una de sus máquinas, era la única manera en que podría serles de ayuda, pues su armamento actual era inútil contra esas cosas.

En cuanto llamaron a personal que estuviera dispuesto a ir a una misión de emergencia, ella fue la primera en decir que si porque era una oportunidad de salir a conocer más allá de Edén. Por ello En su nave acepto a cualquiera que quisiera ir en esta misión, obviamente Nashira tenía que ir, pero como eran las únicas con mechas tendrían que formar parte de equipos distintos, eso la ponía incomoda, pero esperaba que al final de la misión terminaran sanas y salvas.

Se encontró con una estación casi destruida, esperaba que hubiese sobrevivientes y poder ayudarlos, aunque tendría que estar sobre su robot. Al aterrizar supo que su equipo eran dos hombres, uno al bajarse se alejó a hablar con los defensores del lugar, ella se preparó para subirse a su mecha en modo vehículo y revisar la situación. Se dirigió con su vehículo a hablar con el otro que se había quedado en este lugar.

-Vamos ese parece un cobarde, pesé que sería de ayuda y por eso lo dejé subir a mi nave, pero se fue hacia allá y nos dejó aquí. Creo que por ahora voy a ayudar con la evacuación más que nada a retener a los enemigos como pueda, ¿Vienes conmigo?- A pesar de hacer esa pregunta ella ya estaba comenzando a alejarse y se dirige a toda velocidad a proteger la nave en la que estaban subiendo a los evacuados.

El mercenario se había ofrecido de ayuda para apoyar a una operación de rescate, no era muy dado a hacer ese tipo de cosas pero el dinero era el dinero, tenía una mujer y ocho niños que alimentar así que los recursos deberían reponerse muy rápidamente. La misión parecía bastante sencilla, ayudar a una colonia a evacuar tras un ataque, el único problema que surgió con todas las imágenes fue la identidad de los atacantes, una forma de reptil que le recordaba mucho a la compañera de Eve, quizás fuesen los de su raza quienes fuesen los responsables. En todo caso cuando llegaron a la zona de descenso no tuvo tiempo de preguntarse o cuestionarse nada, pues un tipo con ropa de vaquero salió directamente como alma que lleva el diablo directamente hacia donde estaban los mercenarios defensores, James suspiro ante esa actitud, sin un plan ni nada salió corriendo – Yo distraeré a los enemigos, intenta ver en que puedes ayudar a los sobrevivientes – Dijo permitiendo que la mujer en su nave de combate saliese primero. No tardaría en arrepentirse de haberlo dicho, pues noto como estaba luchando contra un gran número de maquinas, vio como habían de varios tamaños y se puso a pensar si en verdad podría hacer algo al respecto, sin embargo noto una maquina bastante grande, quizás si la reventaba podría ganarle tiempo a sus aliados.

Desenvaino su nodachi y esta comenzó a brillar de un tono verdoso, moviéndola hacia delante y dejando salir un muy llamativo dragón verde que avanzaba directamente hacia la maquina enemiga más grande que tuviese cerca. El estallido seria lo bastante poderoso para causarles daño a varios oponentes, ganando así algo de ventaja. Solo le quedaba esperar a ver qué sucedía, pero no podría detenerse mucho tiempo pues tenía que alcanzar a su compañera, era más seguro mantenerse cerca de una piloto dentro de un mecha que estar solo con alto riesgo de recibir un disparo de artillería.

A pesar de la explosión y del olor de la sustancia que se le pegó al cuerpo durante esto, Darek continuó hasta llegar a los defensores, y consiguió convencerles (en parte gracias a la demostración de poder del cyborg que venía con él) para que le permitieran pilotar uno de los mechas. Los mercenarios estaban tan preocupados con la batalla que apenas notaron el olor que desprendía el líquido adherido al abrigo de éste, aunque el tampoco le daba mucha importancia, pues ya se había visto en situaciones peores, hundido en la mierda (literalmente), pero eso ya es otra historia.

 Fue guiado hasta el mecha que le habían preparado, una maquina de 15 metros de altura, equipada con tres cañones, uno en cada "mano" y otro en la "cabeza". - Oooooh si nena. - Sin esperar ninguna otra respuesta, se metió en la parte del piloto del mecha y se puso a revisar el funcionamiento. No era muy diferente a algunos que había pilotado durante su época como mercenario de Arasaka. Poniendo todos los sistemas en marcha hizo varias comprobaciones y, estando listo para marchar se puso a trastocar un poco la radio. Abriendo un nuevo canal en esta, se puso a buscar entre señale hasta que encontró lo que parecía una emisión de música, y de la que le gustaba. - Saluda al rey nena. -

Se puso en marcha, al ritmo de la música , acercándose a donde estaba el mecha de Orit, y ayudándolo a reincorporarse, mientras abría fuego contra varias de las bestias mecánicas que estaban en su zona. Desde la radio le habló primero a ella:
- Venga preciosa, esto no has echo más que empezar. ¿Lista para dar caña? - Luego abrió el canal de comunicación para los tres miembros de su escuadrón improvisado. - Bien, no tengo ni puñetera idea de quienes sois, y voy a ser sincero, si estoy aquí es porque no tenía otra forma de viajar hasta estos lugares. Pero Ahora mismo se, que sin importar quienes seamos, vamos a estar jodidos si no nos ponemos en marcha, así que, muchachos, y señorita, vamos a darle hoy leña al mono. -

La canción que suena.:

Con misiles fue atacada, no se había esperado que fueran tras ella desde el principio y confió demasiado en sus maniobras de escape pero aquello simplemente esta vez no resultó bien, le habían dado y terminó chocando, por suerte con la nave contra una pared. No había sido nada grave para ella pero aun así le tomó un poco tomar el control de todo de nuevo. Revisó su nave viendo los daños en el costado, no eran graves pero igualmente se preguntaba si se iba a poder transformar en robot. A evacuar no ayudaría mucho por lo que decidió que tendría que pelear, apostar un poco de su vida para decirle orgullosamente a Nash que ella había ayudado en la batalla como todo una buena piloto de la armada.

-Vamos funciona, no quiero ser una carga, quiero poder colaborar…- Se decía a sí misma cuando llegó una voz que no reconocía para nada pero le decía que había que pelear. -Lo tengo más que claro, no tiene alguien más y su dialecto raro decirme lo que tengo que hacer, soy la capitana de mi propia nave. Ya mismo me dirijo al campo de batalla.- Apretó los dientes y movió las palancas que correspondían para volver a hacer funcionar su transporte y este respondió como debía.

Este personaje seguía hablando por la radio, le daban ganas de apagarla pero era mejor con compañeros para poder atacar a este enemigo. Por suerte ya habían botado a uno de los más grandes que podía verse derrumbado a lo lejos, entonces se podría encargar de alguna de las pequeñas. Aceleró y mientras avanzaba su nave se transformaba en un robot.

-Bien, aunque mi puntería no es buena con armas en mis manos pero con las naves y robots me va mejor.- Ríe y desde un lugar pseudo seguro comenzó a dispararle a las piernas de uno de los enemigos más pequeños para reducir su movilidad, esperaba acertar y dejar al enemigo botado para poder disponerse a atacar al siguiente.

El mercenario se sorprendió, el poder de su nueva arma era bastante bueno, pero debía mejorar mucho con el manejo pues el área afecto de manera negativa a sus compañeros. Si quería evitar que algo así le pasara también a Kyrie tenía que practicar mucho, desafortunadamente no tuvo tiempo para ello pues se notaba como había un enorme ejercito de maquinas que se acercaban – Que pesados ¿Dónde hay un meteorito cuando se le necesita? – Tuvo que retirarse con sus compañeros, no iba a suicidarse y quedarse de frente contra tantos enemigos de gran tamaño solo. Ahí se dio cuenta de algo bastante, ridículo por decirlo de alguna manera, uno de los mercenarios que llego hablaba con los defensores por unos mechas – ¿Te has fumado algo muy fuerte o algo así? – Le dijo a Darek pues era tonto preguntar algo así, lo peor fue que los defensores le dijeron que si y también le dijeron al espadachín que los siguiera, James en ese momento no sabía si reír o llorar. Solo se limito a seguirlos hasta que le dijeron para elegir uno de ellos, como su compañero ya había tomado una decisión, James tomo la unidad que quedaba, subiendo a la cabina.

En el interior de la unidad intento encenderla pero cuando movió los controles para dar un paso, está casi cae al suelo, afortunadamente pudo evitarlo, pero estaba claro que no era un buen piloto. Empezó a analizar el interior de la cabina, era todo muy arcaico, como si el modelo fuese obsoleto, pero se topo con una computadora central, así que usando sus dotes de pirateo intento enlazarse con el sistema interno de la maquina. Era sencillo, no podía manejarlo por si mismo pero si podía enlazarse con el sistema operativo, podría manejarlo como si fuese su propio cuerpo. Le tomo un poco de tiempo, pero lo consiguió y puso en marca la unidad. En el interior de la cabina, aunque se movían los comandos, James tenía los ojos cerrados pues no veía por las pantallas sino directamente a través de los ojos de la unidad – Y yo que pensaba que lo había visto todo – Fue lo único que dijo cuando vio a sus compañeros lanzarse al campo de batalla como pollos sin cabeza – Vamos a necesitar fuego de cobertura, usen sus armas para distraer a las unidades más grandes yo me encargare de las más pequeñas para abrirles paso – Dice a los defensores para que pudiesen usar su fuego más pesado con los enemigos grandes que eran menores en cantidad.

El mercenario espera que pudiesen hacer caso de su idea y se mueve directamente hacia el campo de batalla, mientras analizaba las armas que tenia la unidad. Una masa pesada y una espada de alta frecuencia, seguramente el arma podría cortar metal de forma bastante eficiente pero solo sería buena para luchar contra pocos enemigos, así que usaría la masa. Intercalando entre las coberturas de las barricadas para evitar el fuego enemigo, alcanza la línea frontal, mirando el despliegue de fuego que hacían sus compañeros decidió moverse por un costado, no quería terminar en medio de fuego cruzado. Un poco más a la izquierda donde podía ver a los enemigos saco la masa y dio un salto al aire, para dar un fuerte golpe vertical sobre una concentración de unidades más pequeñas, acto seguido movería la masa en un arco horizontal de derecha a izquierda para así golpear a mas enemigos con el mismo movimiento.

Sus acciones habían sido estúpidas, mientras sus “compañeros” trataban de derribar la mayor cantidad de enemigos ella simplemente se había enfocado en uno porque había creído que era lo mejor y no era así. Más encima el que le había hablado por la radio le había dado a ella, las alertas de que ya no podría usar los propulsores traseros y volar sonaban en su cabina, estaba realmente molesta y enojada, tanto por el hecho de que le sería más difícil escapar si las cosas iban muy mal como porque tendría que pagar las reparaciones de su mecha o pensar en comprar otro. Todo eso no la ayudaba en nada y quería salir de allí para pilotear por el espacio de manera pacífica.

Tomó airé y respiró lo más lento que podía, debía calmarse y pelear estaba en el frente, debía de destruir la mayor cantidad de enemigos posibles. Lo bueno es que desde atrás comenzaban a apoyarle y derribaban  a los más grandes, eso significaba que los pequeños y medianos eran sus objetivos por lo que desde su posición decidió que lo mejor mover su arma mientras disparaba de izquierda a derecha y de derecha a izquierda disparándole a la mayor cantidad de objetivos.

“Debí de hacer esto antes” se decía a si misma mientras se concentraba en que cada uno de esos disparos diera al menos en las piernas de los enemigos. Esperaba que las balas le alcanzaran un poco más para no tener que lanzarse con la espada a atacar, aquello en verdad sería un suicidio y tenía razones para regresar viva.

Actuar más y pensar menos, ni siquiera hablar, era todo lo que mantenía en su mente mientras atacaba. Además de la imagen de cómo había terminado el estúpido que le había disparado a su mecha.