¡Fabuloso! ¡La Academia hacía sesiones de exploración con algunos cadetes y estudiantes, y me eligieron para la operación!
Parecía una especie de excursión, en donde me enseñarían la organización de las naves, la localización de la maquinaria más importante, el uso de alguna de ellas, etc... Incluso la mini instrucción de vuelo, todo me llamaba mucho la atención.
Vale que me pasara las tardes y algunas mañanas reparando naves de mercaderes y exploradores, pero solo conocía el exterior, y ni eso. Lucía emocionante la idea de aprender más sobre la maquinaria que posee estos vehículos.
Cuando partimos, una de las cosas más particulares fue la vista del planeta desde el espacio, verdaderamente grande pero a la vez tan minúsculo a medida que avanzabamos al navío superior, la llamada Spirit of Fire.
Aquel lugar era muy grande, recorrí las zonas de mayor importancia y comprobé, mediante algunas indicaciones de los trabajadores, que prácticamente se podía autoabastecerse. Parecía un hogar en flotaba en la inmensidad del espacio y estaría allí un tiempo hasta que a la mañana temprano decidiéramos partir. Era algo extraño ver como funcionaba todo, nuevo para mis ojos pero a la vez con sentido una vez las explicaciones se hacían presentes. Desde la estación, me dijeron que sería monitorizado y adiestrado por un tutor y un agente de seguridad, ésta última era Tifa, la chica con la que me alié en el conflicto dentro del tren hacía un par de semanas, y el maestro era un cyborg llamado Atlas, un almirante que ejercería el cargo de profesor. Montamos en una nave mucho más pequeña que en la que ya nos encontrábamos, y partimos rumbo hacia una dirección no establecida. Con tan solo ponerse lejos de la Spirit era suficiente.
Seguí al almirante Atlas tan de cerca como me era posible, comprendí las indicaciones que me daba y asentí concentrado cada vez que me explicaba u ordenaba hacer o aprender algo. Los controles de la nave se notaban dificultosos a plena vista, pero una vez te hacías cargo de ellos, no parecían complicarse. Por supuesto que no se comparaba a una aeronave de ciudad, pero no llegaba mucho más lejos. En la cabina me puse a realizar algunas maniobras para nada dificultosas, parecía que se me daba bien después de todo, ya que me mantuve concentrado todo lo que pude en la práctica.
De manera inoportuna, una señal de auxilio apareció en la gran pantalla y, tras recibir la orden, me detuve y alejé del asiento. Me coloqué como un simple espectador, observando lo que estaba sucediendo.
Parecía estar ocurriendo un asunto imprevisto, pero fuese lo que fuese, debíamos acudir a ella. Ahora sí que estaba intrigado, las situaciones inesperadas son las que más me llamaban la atención, como esta. Bien que se podía visualizar un planeta colorado desde las ventanas, pero por alguna extraña razón éste no coincidía con ninguno de la zona en cuanto a posición se trataba, por lo que todos los presentes nos extrañamos.
Sin ningún aviso, el vehículo donde nos encontrábamos comenzó a ceder atraído por el planeta, cosa que me confundió ya que nos encontrábamos lo suficientemente lejos como para que la gravedad del cuerpo celeste nos afectara, pero de alguna manera, así fue. Se iba arrimando cada vez más y más a tierra firme, hasta de pronto posarse sobre ésta y, como acto seguido, apagándose por completo.
No conseguiríamos nada si intentábamos acceder a cualquier equipo que funcionaba con energía, esta, por alguna extraña razón, dejó de funcionar. Pensé en las fuentes de emergencia, pero seguro que éstas andaban también sin funcionalidad ninguna.
"Estoy bien." dije ante la pregunta de estado. Me encontraba apoyado en la pared mientras observaba las acciones de mis compañeros, me pasé en aquel sitio todo el tiempo que la nave estuvo siendo absorbida por el planeta, no sabía muy bien qué hacer, a dónde dirigirme ni nada. Los protocolos era algo que no comprendía del todo. El almirante me llamó y me ofreció un arma, algo que rechacé cuando la vi, sacando mi Polar Star. "Con esto me puedo defender, almirante." dije, a la vez que le daba varias vueltas usando mi dedo índice como eje y la guardaba de nuevo en la parte de atrás de mi pantalón. Puede que sí necesitara algo de equipo, me sentiría incómodo llevar cosas tan pesadas, por lo que simplemente decidí agarrar una pistolera táctica de color negro, la cual amarré a mi pierna derecha y usé para almacenar aquella pistola azul que tenía. No portaba nada más de equipo conmigo, alguna mochila, cartucheras, protección o traje que mis simples botas, los guantes, una camisa de combate de mangas largas negra y los pantalones rojos, además de aquella característica gorra y bufanda. Cuando vi el equipo de Tifa y Atlas, me sentí un poco desprotegido, pero no creía que fuese a correr tanto peligro...
Al bajarnos de la nave, ambos individuos se sintieron muy incómodos, se quejaron del aire que respiraban. Di un salto y aterricé sobre la arenisca del suelo, acercando mi mano izquierda a la antena de mi cabeza y activando el visor táctico. Empezó a escanear el área, mostrar algunos informes sobre el planeta donde se juntaba la experiencia que yo mismo tenía en él (gravedad, componentes del aire, densidad...) y los datos recogidos por la central del Spirit, éstos últimos no aparecieron, como si no haya sido investigado por la gente de Atlas en otro momento. Al parecer, la polución era muy espesa por aquella zona, los filtros de oxígeno comenzaron a bombear para purificar el aire, así no me sentiría tan incómodo. A lo lejos visualizamos una especie de construcción, algo que nos llamó la atención y que, nada más observar, hizo que mi sistema sufriera un impulso eléctrico. Se apagó.
Cuando comencé a reiniciarme, tardé 0.2 segundos en volver a tener listo todos los sentidos primarios, pero juraría haber escuchado una voz... algo que no dijeron mis compañeros.
Ladeé un par de veces la cabeza, seguía estando de pie, como si aquel reinicio no me hiciera siquiera perder la compostura, tomó tan poco tiempo que pareciese un pestañeo.
Observaba con dilación lo que nos rodeaba; Tifa dejó a Fenrir dentro de la nave, yo hubiese hecho lo mismo, y acabó agarrando su exo-traje robot para luego acercarse a nosotros e informarme de que, bajo cualquier circunstancia en donde no pueda recibir asistencia, tendría que volver con el lobo. Iba a decirle que no me parecía muy justo, que podría apañármelas y ponerme a su altura, pero me retracté por la intimidación que me producía su voz y su traje, además del hecho de ser un simple estudiante en prueba. Cerré la boca antes de decir nada y asentí un par de veces, no muy convencido de ello. "De acuerdo..."
La chica avanzó y se colocó frente a Atlas, después, éste me avisó de que tenía que seguirlos a lo que respondí acercándome rápidamente y desenfundando mi arma con cuidado, colocando ambas manos en ella y mirando a mi alrededor intercalando entre los visores tácticos e infrarrojos para ver algún cuerpo con vida más allá del horizonte, además de hacer un informe sobre lo que podía notar "El aire de la zona contiene las dosis de oxígeno óptimas para la supervivencia de un ser humano, pero los niveles de polución surcan un porcentaje mayor a 40%, comparable al área industrial de una ciudad. ". Observé la nave una vez comenzamos a andar... ya no me sentía tan seguro desde que salimos, a ver qué nos deparaba esta incursión.