Al verlos a ambos la mercenaria hizo una pequeña mueca, no porque los despreciara ni mucho menos, estaba acostumbrada a suprimir aquel sentimiento cuando estaba trabajando sino por el hecho de que tal parecía que no habían salido del todo bien de aquella nube mientras que por otra parte seguía agradeciendo no haber estado allí con ellos.

Meditó sobre los consejos que Cain le había dado, era cierto que podía considerarse que tenía razón pero consideraba que no era necesario que tuviese razón, el motivo era el despliegue de fuerza inútil que los androides enemigos habían ejercido contra su objetivo y que tuvo como resultado el cementerio de cuerpos metálicos que se habían acumulado a su alrededor, en consecuencia se le dificultaba creer que tuvieran algo mejor a menos que se tratase de una estrategia que no había podido vislumbrar.

―En teoría el androide fue hecho en este planeta también. Podríamos aprender una o dos cosas de los enemigos― respondió a Zeta, suspirando fuertemente por la nariz, notándose un sonido fuerte en su máscara de gases. Miró por un segundo el brazo herido de Cain. No podía ver su venda y no solo eso sino que tal parecía que había una quemadura seca en donde había recibido su herida anteriormente.

Decidió no darle mayor importancia, era cierto, su objetivo se les había adelantado junto con sus enemigos. En teoría era la que se encontraba en mejor estado tras aquella habitación. Era cierto que era probable que hubiese perdido a sus dos compañeros en el acto, el pensar en esto hizo que dudara un poco al comenzar a adentrarse nuevamente en aquel nido de metal que tanto se le asemejaba al de algún insecto.

Sintió al frío escalofrío bajar su espalda el recordar haberse encontrado en una posición parecida en aquel planeta de carne. No tanto por el hecho de haber tenido que enfrentar a un enemigo muchas veces más poderoso que ella sola ni por haber sido envenenada y haber estado tan cerca de la muerte que podía sentir como reclamaba su propia alma, ni siquiera la visión de aquella abominación que salió de aquel perturbador acto sino lo que había pasado justo antes de aquello.

“Deus…” Nuevamente sintió como su corazón se encogía, se suponía que ya había superado aquello pero era evidente que no, no, ni un día había dejado de pensar en aquello. No exactamente en cómo había sido él antes del incidente sino en cómo había llegado en convertirse en el remedo de ser vivo que vio en sus últimos momentos, si, los llamaba últimos momentos ya que aunque pese a sus más grandes esfuerzos no había encontrado su cuerpo, algo que podía considerarse natural al tratarse de un planeta pero ya lo consideraba muerto.

Pese a aquel momento de lucidez pese a aquel sincero intento de salvarla en sus últimos momentos ya tenía plena seguridad de que mientras estuviese con esa cosa, mientras la viera como alguna clase de dios ya no habría vuelta atrás y prefería pensar que ese había sido el caso ya que de pocas maneras podía sentirse además de culpable si aquel enorme ser descubría que había llegado a plantar justificadas semillas de duda en la mente y corazón de este. Cerró los ojos por un momento y volvió al aquí y ahora, aún debía completar aquella misión.

Una cosa tras otra suele pasar; en esta ocacion logramos salir y movilizarnos fuera del charco toxico e ir avanzando cada vez mas cerca del droide que debemos conseguir. Fue que avanzamos y sin darnos cuenta la estructura comenzo a derretirse; el acero fundido escurre como si fuese agua por todas partes incluso perforando el piso.

Terminamos por caer y descendimos varios niveles mas abajo, notando que la temperatura va en aumento; en parte por el acero que cae desde arriba el cual se mantiene al rojo vivo aun. Una pila de metales viejos amortiguo mi caida; no hubo necesidad de tener que encender los cohetes de mis botas. Aun asi la señal del droide se hizo mas intenza al punto que incluso se detuvo; esta a pocos metros de distancia de donde el grupo se encuentra, parece que esta busqueda finalmente se acabara. Cuando ya creiamos que esto terminaba, una nueva clase de enemigo se nos presento en frente; un gran automata que nos obstaculiza el paso para llegar al droide; habia que dejarlo fuera de linea y por lo que puedo ver no habia mucho que se pudiera usar aqui para que nos pudiera ayudar. En esta oportunidad buscaria algo de ayuda extra para este automata. Accedi a una de la base de datos de las consolas del complejo y comence a buscar el ingreso a los archivos de los droides de batalla que nos persiguieron. Una vez logre encontrarla, reprograme el patron de ataque de sus CPU, para asi poder activar algunos y ubicarlos en este lugar como apoyo en contra del automara; mientras que busque apuntar hacia la cabeza de este, disparando el laser que tengo sobre mi brazo para asi ver que sistemas del mismo afecto; si es que logro dañar su estructura y lograr algun resultado con ello.

Nota sobre algo en general.:

La situación estaba mejorando, al menos para Cain, al parecer había tomado la decisión correcta cauterizando su herida a pesar de que había malgastado munición, sentía que podía realizar de nuevo movimientos complejos con su brazo herido, lo cual era un gran avance para que pudiese luchar cuerpo a cuerpo o a tensar su arco. Obviamente su factor regenerativo no se había vuelto instantáneo de repente, sabía que tenía una herida y las marcas de ello pero mientras pudiese moverse seguiría luchando. Ahora lo primordial era no perder el rastro del objetivo, las otras dos parecían estar en buenas condiciones no perfectas pero nada les impedía caminar. Siguieron hasta llegar a una sala que era una bizarra y extraña construcción en la cual las paredes parecían decoradas en su totalidad con cuerpos robóticos innoperativos al menos eso esperaba ya que si funcionasen les superarían por una cantidad alarmante, no se veía un solo ápice de pared por la maraña de robots y solo cabía pensar que el ser al que perseguían era el responsable de la destrucción de todos los que había allí.

-Esta cosa tiene que haber acumulado una experiencia de combate impresionante, cada modelo de asalto es diferente, cada arma.....una y otra vez fallando, una y otra vez mandando nuevos aparatos actualizados para fracasar de nuevo...si puede adaptarse a esto, será difícil darle caza...que divertido.-sonrió Cain mientras examinaba los restos destrozados de una unidad dron de la cual colgaba lo que debía haber sido un lanza misiles ya destrozado. Se quedó en silencio un momento, en un completo silencio y eso le alarmó sobre manera porque estaban persiguiendo a un enorme androide que peleaba con otros que le perseguían, por tanto escuchar tanto silencio podría significar que no estaban cerca de él así que se incorporó de un salto y tomó su escaner. Tenían sin embargo problemas mucho más graves que ese ya que una luz cegadora se puso sobre ellos irradiando una cantidad de calor que haría que alguien normal empezase a arder, sus trajes servían para protegerles pero el sol artificial que estaba sobre ellos era capaz incluso de ablandar y fundir el metal cuyas gotas tenían que esquivar para evitar que les traspasase el traje y la piel, como pequeñas gotas de fuego líquido. El calor hizo que el suelo se fracturase y se reblandeciese hasta que les hizo precipitarse pisos más abajo o eso le pareció a Cain que no atinó a sacar una de sus flechas con cuerda del carcaj porque simplemente quemaban demasiado como para poder tocarlas, si no estuviesen hechas de una aleación resistente podría asegurar que se habrían fundido al momento. La caída fue más aparatosa que dolorosa, no sintió demasiado daño solo un calor abrasador cuando cayeron sobre el metal ardiente, pero la peor visión la tuvieron al incorporarse era mucho peor, una enorme máquina de aspecto intimidante y tamaño colosal les cerraba el paso, interponiéndose según el radar entre ellos y su objetivo, además la temperatura en ese lugar era sofocante y la piel escamosa de Cain que era sensible a las temperaturas le estaba quemando, sus órganos huecos también sufrían debido al intenso calor le decían que esa cosa era la que emitía ese calor que aumentaba la temperatura.

-Si alguna de vosotras puede escanear eso, habría que encontrar su sistema de refrigeración, algo que emite tanto calor debe tener un sistema de refrigeración potente o se fundiría. Hay que buscarlo y destruirlo.-dijo Cain mientras sacaba una flecha de su carcaj, una con una punta cristalina que contenía un potente ácido, del cual solo tenía dos en su carcaj, ese y otro, porque era frágil cuando se exponía a misiones como esas. Usó la distracción creada por Zeta para disparar la flecha al que parecía ser su ojo, con la esperanza de poder cegar sus sistemas.

¿Casualidad? ¿Mero capricho de fuerzas superiores? ¿Tan solo mala suerte? Fuese cual fuese la causa de los resultados de su búsqueda solo se pudieron corresponder con una suerte de mirar pseudo infernal, cuerpos mecánicos colocados con malicia en las paredes que indicaban la entrada a la guarida de su objetivo.

Inerte parecía la mirada de la mercenaria, fríos ojos de brillo celestino y ambarino se paseaba por todos y cada uno de los cuerpos que se encontraban en el lugar ¿Trofeos? ¿Advertencia? Aún si se trataba de seres mecánicos la forma humanoide de muchos de estos la hacía imaginarse la escena con la comparativa humana en lugar de mecánica, una visión de la que, no importaba que tanto hubiera visto, no importaba que tanta muerte presenciara o causara, no habría manera que se sintiera cómoda, o tal vez incluso desafiada como indicaba el tono de voz de su compañero.

Mientras sus pasos andaban por el lugar sin querer pisó algo, suave, algo no metálico, algo que no parecía deber estar allí. La mercenaria se agachó y a sus pies visionó un brillo plateado que se mezclaba con un blanco puro, desconocido en aquel escenario de pesadilla para cualquiera que pensara que dentro de un cuerpo metálico podía haber algo parecido a un “alma”.

Tras mover un par de brazos metálicos pudo tener acceso a lo que protegían tan celosamente aún tras su forzosa y salvaje desactivación. Se trataba de una pieza metálica pequeña pero con una forma especial al igual que su releve. En el centro del escudo que parecía representar parecía tener una suerte de holograma cristalino que aún con sus más sinceros esfuerzos no fue capaz de descifrar.

Los segundos pasaron, el estrangulador silencio los rodeaba fríamente cual filo de cuchillo paseándose por enfrente de ellos antes de que la luz purgadora del firmamento penetrara sobre las endebles vigas metálicas, haciendo que se rindieran ante su mera presencia. Con un brillo impostor, intentando imitar a su subyugador, comenzaron a caer derretidos a su alrededor mientras caían al vacío.

Eve no iba a permitirse desaparecer en el pie de página de aquella historia por lo que, como representante de los poderes de la oscuridad, oscureció su piel, tan oscura como el vacío al que caían. Las afiladas piezas metálicas chocaron contra su piel y fueron repelidas por su solidez no obstante lo mismo no aplicaba a las gotas de incandescente metal que habían logrado caer sobre ella, atravesando su vestimenta y logrando herirla nuevamente, recordándole el estado con el que había comenzado aquella misión: quemada.

Encerrada bajo una colina de metal la ira de la misma se manifestó, asfixiada por la máscara que durante todo ese tiempo le había permitido respirar con tranquilidad. En medio de aquella persecutoria cacería en la que los honores de cazador y presa cambiaban constantemente de titular. La hoja de su arma atravesó el metal permitiéndole reunirse con sus compañeros, volviendo a esclarecer su tez, recobrando su humanidad a ojos superficiales a excepción de aquel sable zafiro que bajaba por su mano.

―Yo no puedo pero debemos concentrarnos en el objetiv…― descortésmente fue interrumpida por una voz distorsionada que provenía del golem metálico frente a ellos, encarnación del sol que ha abandonado su trono de señor del firmamento para castigar a aquellos mortales que se habían atrevido a desafiar su autoridad ¿Tal vez por iniciar una campaña contra uno de sus acólitos? Se puso frente a sus compañeros, en su mente no había un sentimiento de honesto sacrificio sino una idea en base a lo visto en ojos y sentido en pieles.

―No estoy segura de que tanto funcionará contra él pero mi sangre puede desviar la luz― arrodillada, con voz calmada, en total disonancia con sus verdaderos sentimientos blandió nuevamente su rifle y disparó al mismo lugar que el mercenario con el objetivo de secundar su ataque. Por otra parte su sangre viajó por su mano, pasando por su muñeca y llegando a su antebrazo, extendiendo el material utilizando para crear el sable en un escudo pequeño, ligero, fino y endeble pero, esperaba, con una superficie reflectante capaz de servirle de trinchera, a su vez estaba preparada para activar el escudo que había encontrado.

A pesar de que utilizo una directiva para reprogramar a los androides enemigos para que funcionaran como aliados; no parecia que ninguno respondiera; aunque si podia ver en su radar incorporado que estos se encuentran detras de los restos de los derrumbes; por lo que siguio buscando la manera de ordenarles que llegaran hasta el punto en donde se encuentran de cualquier manera posible, incluso si tenian que atacar los escombors para abrirse paso a donde ellos se encuentran.

Mientras tanto comence a observar que el droide de batalla empieza a fundir nuevamente los alrededores del lugar y junto a ello tambien empieza a lanzar unas nubes de gas extrañas, suponiendo que sea alguna especie de gas venenoso; por lo que solamente comienzo a esquivar los puntos de calor de manera de no tener que toparmelos y manteniendome alejada del gas y de las nubes; es cosa de esperar que eso se discipara en la atmosfera. ¨Pero no solo eso, pude notar que ante las altas temperaturas, el droide muestra una directiva que al parecer activa una especie de sistema de refrigeracion; al notar que el metal fundido se solidificaba; posiblemente no podia auantar las altas temperaturas sin refrigerarse constantemente. De inmediato al notar ese detalle; apunte el laser hacia esos agujeros, la idea es simple; destruirlos o sellarlos en aquel momento.

El disparo fue certero, pero no tanto como hubiese querido, si bien el ácido había conseguido el efecto de cegar el ojo del enemigo, no estaba seguro de si había conseguido fundir algo realmente, esa temperatura haría que hasta el ácido en estado líquido se evaporase o se solidificasen sus materiales al poco tiempo pero al menos era un paso, después de todo eran tres personas peleando contra una cosa mecanizada que emitía tanto calor como un cien hogueras juntas. Sin embargo le extraño que no hubiese realizado ningún protocolo para defenderse de los ataques ¿Acaso esa enorme máquina no los había considerado una amenaza? Desde luego, Cain era poco confiable en ese aspecto, a pesar de su imagen, enfrentarse a un gigante con un arco y flechas parecía algo inofensivo visto a su escala....quizás ese era el motivo por el cual no había tratado de defenderse, le habrían atacado un montón de robots y androides armados con las últimas tecnologías y ver a alguien con unas herramientas tan rudimentarias que venían de los principios de la inteligencia de las especies no debía ser demasiado impresionante pero eso había servido en su favor. Por el contrario, el arma de Eve no resultó efectiva, el calor era suficiente para derretir una bala y reducirla a un líquido metálico lo que decía mucho de lo que pasaría a sus cuerpos si entraban en contacto directo con ese robot.

Sin embargo, esa cosa parecía ser inteligente y más aún ser capaz de no volver a subestimar algo dos veces. Poco después de los ataques que recibió, hizo su jugada en una escala exorbitante, esos ataques serían capaces de acabar con ellos si les golpeaban una sola vez no le cabía duda. Tuvo que moverse con gran agilidad, corriendo hacía las paredes y utilizándolas como puntos de apoyo para saltar y esquivar los ataques del robot, ya que podría haber lanzado una flecha al techo para agarrarse sin embargo no parecía estable y además probablemente se habría fundido con la misma facilidad que la del metal del que estaban recubiertas las paredes. Eso no solo le permitió esquivar los ataques, aunque notaba que parte de su armadura estaba afectada por el calor, sino que además pudo vislumbrar algunas aberturas por las cuales habían salido dichos ataques, además sus agudos receptores sensoriales localizados en sus escamas, fueron capaces de detectar los cambios bruscos en la temperatura. Las escamas de su especie estaban diseñadas para elevarse cuando la temperatura era excesiva de manera que la sensible piel bajo ellas pudiese refrigerarse, y a prensarse cuando la temperatura era fría, para conservar el calor en un proceso automático que Cain no necesitaba controlar. Ante el intenso calor sus escamas habían estado erizadas casi como la piel de un gato en posición de ataque pero ahora podía notar como se bajaban para controlar parte de ese calor y conservarlo ante el descenso en la temperatura alrededor de esa máquina. Cerro sus ojos y permitió que sus receptores captasen las diferentes temperaturas, como si fuese una serpiente, a través de la información que recibía en sus órganos huecos. Era interesante, debido a que las nubes eran gaseosas, era difícil asimilar con precisión cual servía para qué, por tanto si era gas venenoso, o cualquier otro ataque no podría percibir su dirección o su efecto; por otro lado, tuvo un arrebato de luz, cuando notó que de un determinado lugar del robot emanaba una emisión térmica superior a las demás que contrastaba con la bajada de temperatura de la máquina, como si fuese un tubo de escape que permitía que saliese el calor. Cargó una nueva flecha explosiva y manteniendo los ojos cerrados, corriendo el riesgo de ser atacado de imprevisto, corrió buscando un punto más favorable para disparar la flecha.

-¡He localizado la zona por la zona que hace de ventilación, debemos destruirla para que no pueda refrigerarse!-grito Cain mientras utilizaba sus botas magnéticas para agarrarse a la pared, la parte que aún no estaba derretida y lanzar una flecha hacía la zona que había mencionado con la intención de que las chicas lo entendiesen y concentrasen sus ataques en ese lugar, no sabía si la flecha explotaría debido al calor pero al menos esperaba que sirviese como señalizador.

Era esperable, realmente el movimiento conjunto que Cain y Eve habían ejecutado era muy débil en el gran orden de las cosas. La propia mercenaria analizó la composición de aquel enorme ser y parecía que poseía un blindaje muy grueso, algo inesperado viniendo de algo que minutos antes había estado flotando por encima de sus cabezas en una enorme fusión aparentemente gaseosa.

Aquel androide no parecía defenderse, suponía que debía ser por la naturaleza de la estructura que lo rodeaba. Una arquitectura tan inestable y generada, aparentemente, a partir de la causalidad y no de unas medidas y pensamientos generados desde el principio no era ni mucho menos el campo de batalla apropiado si bien no para ellos tampoco para el propio androide que intentaba reprenderlos.

El mismo androide ejecutó un nuevo movimiento: lanzar nubes toxicas sobre ellos. Pero no cualquier tipo, la primera oleada pasó por encima de ella y de sus compañeros fundiendo todo lo que estaba a sus espaldas, era evidente que no podrían resistir un solo ataque de esas cosas por lo que Eve, de cierta manera imitando a Cain, corrió en dirección a las ruinas de la edificación, con sus pies amontonándose sobre las piezas de metal de diversos tamaños y formas, como buscando una madriguera por la que entrar.

Se colgó el rifle sobre el hombro y decidió arriesgarse un poco. Sabía que su cuerpo, ante el peligro, estaba produciendo más sangre por lo que decidió aprovecharla. El escudo que se había ajustado a su brazo se había tornado en unas tres cadenas no muy gruesas con una punta parecida a un gancho de las cuales se sirvió para moverse entre diferentes agujeros del campo de batalla, obviamente había recurrido a sangre extra para generar aquellos objetos, se enfocaba en esquivar las nubes lo mejor que podía.

Veía a sus compañeros atacar y escuchó la orden de Cain. “Pero si sigue disparando de esa manera…” pensó ella, había una diferencia entre utilizar una cadena, gancho o látigo y literalmente controlarlo, y es que estas le sirvieron como extremidad extra para comenzar a tomar placas de metal, pedazos de androide y cualquier pieza de metal del suelo y lanzarlos en contra del peto brillante del enemigo, con la intención de taponar o afectar las esferas giratorias del mismo.

Esto lo hacía tomando como punto de ancla un pilar más o menos estable y haciendo que dichas cadenas se ataran contra este. Sabía que no podría gastar mucha más sangre sin comenzar a sentir los efectos de la anemia así que debían terminar con aquello lo más rápido posible. Por su arte, las cadenas, con fuerza por sí mismas, hacían movimientos parecidos a los de una honda, juntando sus espinas metálicas en la pieza metálica de turno para posteriormente girar alrededor del punto de apoyo y ser lanzadas a toda velocidad contra este.

Cada cierto tiempo tendría que volver a cambiar de posición si llegaba a necesitar esquivar aquellas nubes o alguna otra cosa. Sabía que aquello no era lo más preciso pero su objetivo era bastante grande y con ello al menos atraparía o diluiría algunas de las nubes que les lanzaban con el fin de asistir a sus compañeros, al no tener un arma a larga distancia efectiva ni muchos tipos de munición era lo mejor que podía hacer.