Ninguna estrategia parecía estar funcionando con esa criatura parecía ser capaz de devolver cada golpe que le daban o resistirlo. Esa criatura no había reaccionado en lo más mínimo a la luz brillante y cegadora que emitía la flecha de conmoción, solo pareció percibir el sonido y eso la confundió unos segundos, pero también les daba un dato valioso de ella, significaba que eso que tenía en el lugar de la cabeza no era capaz de ver propiamente dicho, no tenía ojos con lo cual los detectaba de alguna otra forma probablemente por el sonido ya que si escuchó la explosión moderada que se producía cuando la flecha estallaba. Lo importante era localizar la zona en la que tenía el cerebro, si no estaba en la cabeza tendría que estar en la zona mejor protegida de su cuerpo, a menos que tuviese múltiples cerebros repartidos por su cuerpo como sucedía en el caso de los insectos, en cuyo caso tenía que localizar la conexión central; sin embargo no podía detectar nada en él con su capacidad para sentir la temperatura, aunque en los cuerpos de las personas los órganos principales tenían la mayor concentración de sangre y podía casi ver donde se situaban, en esa cosa su temperatura era tan anormal y se movía tan rápido que era imposible detectar nada. No le agradó en lo absoluto que esa chica le agarrase de esa manera como si fuese un muñeco de trapo sin embargo la explosión del arma que había lanzado había sido mayor de lo que pensaba, así que lo dejaría pasar por el momento; pero tampoco tuvo efecto, esa cosa era demasiado rápida y tenía buenos reflejos como devolverles el fuego y hacer que el suelo del segundo piso reventase y les hiciese caer de nuevo al suelo. No había forma de escapar por arriba, pensó mientras caían, tendría que probar una retirada por el pasillo de esa planta, la puerta era pequeña, o al menos lo suficientemente pequeña como para que esa cosa no pudiese seguirles.
-Esto se esta volviendo repetitivo.-masculló Cain incorporándose, su cuerpo estaba magullado y con bastantes moretones además de que su traje estaba parcialmente quemado en la espalda y en los costados por la explosión, ya no podría aliviar mucho más sus golpes, y su espalda tampoco ya puestos, era afortunado pues ninguno de los trozos del techo acabó sobre su cuerpo. Pero esa suerte le duró poco ya que notó un pinchazo agudo en su pierna izquierda y la sensación de que algo le estaba atravesando de forma desagradable; esa asquerosa criatura le había clavado dos de sus dedos en su pierna la cual sangraba de manera abundante, por suerte no parecía haberle cortado la artería pero dolía de manera infernal y le costaba mantenerse en pie por el dolor. Aún así, no soltó ni un gruñido de dolor, no quería demostrar a esa cosa ninguna debilidad, aunque ahora parecía estar entreteniéndose con Nina; a su mente llegó la misma voz que habían escuchado antes, pero esta vez de manera amenazadora y fría, sedienta de sangre, parecía provenir de esa cosa que estaba tratando de aplastar a Nina . Tocó sus flechas, tratando de tranquilizarse y encontrar una idea sobre que hacer para sacarse esa cosa de encima, no podía cauterizar su herida en ese momento, necesitaba demasiado tiempo para ello; sin embargo, al tocarlas sintió una ligera vibración que provenía de una de sus flechas, una de las cuales tenía punta explosiva que ahora estaba levemente iluminada de manera que indicaba que estaba activa. Desconocía los motivos, pero se le ocurrió un plan: viendo que la potente arma de Nina no había resultado efectiva contra esa cosa, dudaba que la flecha explosiva lo hiciese así que sacó una de sus flechas, similar a la que antes había utilizado para trepar ya que disponía de una fuerte y resistente cuerda fina y desenrolló su cable más o menos hasta la mitad, haciendo un lazo parecido a una delgada orca con ello; usando su arcó, apunto la flecha a unos fragmentos del techo que aún no habían terminado de caer debido a unos delgados tubos que las sostenían, como sujeciones de metal, pero que se tambaleaban. Disparó la flecha dejando que se enganchase en el techo asegurándose de que pasase por esos tubos, rezando para que fuesen resistentes y a continuación, arriesgándose a recibir un nuevo ataque y con las fuerzas que pudo reunir de su voluntad para soportar el dolor de la pierna, se aproximó con el lazo y lo lanzó sobre lo que parecía el cuello de la criatura como si se tratase de un toro salvaje, para atarlo. Después de hacerlo, rodó sobre si mismo notando como la pierna incrementaba severamente su dolor sobre él y tensando su arco le disparó la flecha explosiva por la espalda, de esa manera con el impulso que provocaría en la criatura el impacto y la consecuente explosión, tiraría de la cuerda que tenía al cuello, lo que a su vez tiraría del fragmento de techo al que estaba enganchado el otro extremo; el techo se quebraría y Cain esperaba que al caer al suelo con la flecha aun enganchada a la piedra, esos tubos metálicos servirían para hacer de polea y que la criatura saliese despedida hacía arriba, quitandosela de encima a Nina y permitiendoles a ambos escapar ganando unos segundos.