Parecía que estos Dinobots serian unos aliados nuevos, pero para Xer’rai lo mas importante era intentar ver que tanto podían rescatar de los escombros de la nave. Podía captar las emociones de las distintas personas a su alrededor, extrañamente también las de esos seres, llamarlos maquinas no seria acertado, si podía captar energía psionica emanando de ellos y emociones, estaban tan vivos como cualquier persona que viniese en la expedición. Detalles bastante sorprendentes para el Pretor, era su primera vez interactuando con una raza como esa – Recojan todo lo útil de la fragata y empáquenlo en la nave científica – Nunca estaba de mas aprovechar cualquier recurso disponible, lecciones aprendidas desde sus inicios en la casta de los Templarios. Comenzaron las labores de carga, todos moviendo los aparejos que podían subir pese a la falta de maquinas para ello, Xer’rai usaba su telequinesis para mover esos objetos como hizo al entrar en la pirámide. Todo lo que pudieran hacer para ahorrar tiempo era bienvenido, nunca sabían si esas cosas o Insecticons atacarían nuevamente.

El pretor abordo la nave científica, no tenia la capacidad de movimiento que poseían esas maquinas y los Dinobots. El viaje iba siendo tranquilo, hasta esa misteriosa ciudad mencionada por los nativos. Un aviso de los científicos puso a Xer’rai en alerta, una fuente de energía cercana. Evento bastante extraño que el jefe de seguridad pretendía investigar – Entendido Onslaught – Su trabajo era servir de escolta para los científicos junto a un grupo de soldados. Uso sus poderes para enlazar las mentes de los humanos que caminaban junto a él, si mantener sus mentes unidas por la gracia del Khala había funcionado antes, lo haría de nuevo. Al bajar del puente Xer’rai caminaba junto al transporte científico, uno con ruedas, Warthog – Nadie los tocara mientras yo respire – Ya se habían expuesto a muchos a situaciones de vida o muerte en ese tiempo, no iban a caer soldados ni civiles mientras estuviese cerca.

Avanzaron seguidos por uno de los Dinobots, se les podía sentir ansiosos a los soldados, a los científicos igualmente, pero una extraña tranquilidad sentía de esa maquina con forma de reptil. Estaban en su mundo, costaba imaginar como se hubiese visto esa ciudad en sus años de gloria, quizás como Aiur, muchos edificios brillando e iluminando el cielo nocturno con tanta intensidad que se viesen desde el espacio, las calles llenas de estos seres. Todo podría imaginarse, pero en este yermo, estaba claro que caminaban por las ruinas de un mundo que vio su gloria pasada por una guerra - ¿Cómo se llama la ciudad a la que vamos? ¿Qué significado tiene? – Sus poderes le permitieron hablar con las maquinas nuevamente a través de un humano, quería aprender todo lo posible sobre ese planeta, no de mano de un archivo, sino de sus propios habitantes.

Los sensores de los científicos comenzaron a sonar uno tras otro, uno que otro se puso a gritar de jubilo señalando en dirección a unos cristales. Se aproximaron y comenzaron a estudiarlos con sus aparatos. Xer’rai tenia una sensación muy extraña sobre esos cristales, una sensación similar a la de los cristales de Aiur y casi idéntica a las emociones que sentía de los Dinobots ¿Estarían conectados de alguna manera? Las exclamaciones del acompañante mecánico lo aclararon. Energon, nunca había oído hablar de ese material, una nueva fuente de energía, era comprensible ver porque los científicos estuviesen tan emocionados. La radio sonó, Onslaught había solicitado que ayudaran a transportar los cristales – Me pregunto que tanto sabrá del Khala – Ciertamente no eran cosas que importaran mucho, ya había usado la unión de las mentes varias veces en ese día – Somos uno… - Las mentes de todos se enlazaron, no midió el alcance y podría afectar a los entes mecánicos, al ser artificiales para Xer’rai era bastante poco probable.

Empiezan las labores de transporte. Xer’rai ayuda usando sus poderes telequineticos, no los usa demasiado, el peso de los cristales era muy grande en varias ocasiones. Esa labor se extendió poco menos de una hora, se mantenía alerta en todo momento, el enemigo podría estar al asecho – Jefe de seguridad, todo ha sido llevado a la nave – Se apoyo un poco de la pared, no iba a esforzarse en exceso, podría pasarle lo mismo de antes y perder su conexión con el Khala por usar demasiado sus poderes.

La capital de los Autobots, Iacon, una revelación bastante interesante. Estaba comenzando a pensar sobre que cosas podrían encontrarse en ese lugar, que clase de edificios o estructuras contando historias podría haber. Lo que encontraron fueron nuevamente mas ruinas, en principio todo era decepcionante aunque comprensible. El destino de todos fue una especie de estructura, le recordaba a un sitio de lanzamiento – No puede ser tan fácil – Efectivamente si fue así de fácil, una vez entraron todos en el interior, los traductores lo confirmaron, era una plataforma de lanzamiento. Lo principal seria ponerla en funcionamiento. Siguiendo las instrucciones de los científicos, fueron colocando los cristales de Energon en los lugares indicados. Xer’rai los apoyaba con su telequinesis.

Tuvo un mal presentimiento cuando el suelo comenzó a temblar, las comunicaciones indicaron que se aproximaban más de esos Insecticons. Xer’rai no pudo simplemente quedarse con los humanos, si el frente caería todos iban a morir – Lo siento Onslaught, un templario muere luchando – Abandono el lugar de carga y se movió junto a las otras unidades mecánicas. Una vez llego al frente, lo que observo no fue para nada alentador, hordas y hordas de enemigos. Con su conexión con el Khala restaurada, solo tenía una opción - ¡El Khala y el Vacío son uno! – Una cantidad bastante grande comenzó a emanar de sus manos, una de era de color azul celeste, la otra era de un tono verdoso. Estas dos energías convergieron en una esfera, que iba creciendo, hasta que alcanzo los 15 metros de altura.

La esfera de energía comenzó a arremolinarse, hasta que soltó un gran fogonazo de luz intensa. Ya no era una esfera de luz lo que se observaba, sino la figura gigantesca de un Protoss hecho de energía Psionica pura, un Arconte - ¡Poder Abrumador! – Extiende su mano derecha hacia adelante, disparando un poderoso rayo de energía que avanzaba en línea recta arrollando todo a su paso. Xer’rai no era capaz de mantener esa forma durante mucho tiempo, pero si iba a morir, se llevaría a tantos de esas cosas como le fuese posible con él.