Colonia urbanita Meridian Salos, perteneciente a la Alianza Colonial.
Población: 20.000.000
Sistema de gobierno: Federación Comercial.
Principal núcleo de población: New Salsboury.

Una colonia superpoblada. Se les llamaba Ciudades Colmena porque estaban tan embutidas y superpobladas, que no permitían un reparto del terreno equitativo. Eso pasaba mucho con los planetas que estaban empezando a ser terraformados. Solo había áreas habitables, y los colonos se hacinan como pueden. Eso originan enormes urbes donde reinan los Bloques. Enormes estructuras donde además instalan los procesadores atmosféricos. Las luces de led y neón lo invaden todo, siempre parece hora punta a la hora de andar, y la contaminación junto a los distintos niveles habitables en los Bloques dificultan el tráfico rodado y aéreo... Y a ellos les tocaba trabajar en un hormiguero de ese calibre. Un hervidero de gente que le daba igual pisarte que pasar por tu lado aunque te desangres. Un lugar donde el mal podía proliferar, y desde ese cuerpo fofo y putrefacto, había que cortar una gangrena desde una raíz muy profunda.

La ciudad totalmente aglomerada:

Lo bueno de un lugar así, de ser una colonia limítrofe, es que da igual de qué raza seas, no tienen preferencias ni restricciones, para abrir el comercio. Lo malo, es que también abrían nuevos mercados para los delincuentes. Para eso los habían llamado, para hacer una limpieza interna. El gobierno local estaba corrupto hasta la médula, y además en el bolsillo de las mafias. la Alianza había pedido a Edén, la colonia más cercana a Meridian, que se encargase del asunto. Además, entre los militares de Edén, tenían auténticos especialistas de élite. Además, al gobierno de Edén le interesaba, ya que Meridian era un punto de distribución muy fuerte en cuestión de drogas y armas. Un lugar donde el crimen manda, pero nadie lo percibe, no se ve a primera vista. Y ellos también debían actuar "bajo manga". Era una misión de incógnito. Y las órdenes eran muy claras: Investigar, y dar un golpe duro a los traficantes, dos en concreto: Armas de rayos de contrabando, y los narcotraficantes de una sustancia llamada "Slo-Mo", una droga nueva, pero que se estaba poniendo de moda a un ritmo alarmante. Para ello, les habían proporcionado una entrada clandestina, y material no registrado.

Estaba en la ensenada, viendo cómo descargaban los vehículos: Un camión APC de la clase Argos. Muy usado en los transportes terrestres, pero con ciertos extras ocultos, como un blindaje y capacidad de carga extra. Y dentro de ese vehículo, unas cinco motos aéreas Escorpión. No se permitían transportes grandes y el espacio aéreo era casi inútil, por lo que vehículos pequeños y muy ligeros era lo ideal. Ropas industriales, pases falsos... Casi parecían más mercenarios o transportistas que soldados. Pero ese era el plan, ése era el perfil. Vestido con un abrigo marrón de aspecto sucio muy largo, y fumando un cigarrillo de color negro, pagó en efectivo a los operadores del carguero. En breve, saldrían sus compañeros de misión, dispuestos a comenzar la misión. Esperaba que en tres o cuatro días todo acabase, pero sabía que a ciencia cierta, les esperaba una semana muyyyyy larga.

El camión y las motos:

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Escuchó atenta a Eve, mientras veía divertido cómo descartaba la ropa por el evidente hecho de que no se ajustaba a su talla... Primeramente. Con un gesto, le señaló un ajuste en la manga de una de las camisas, y parecía un sistema de reajuste corporal. El futuro era maravilloso, ya no hacía falta darle unas puntadas al pantalón para coger el bajo, ni preocuparse por la talla, a menos que fuera ropa exclusiva hecha a mano, o trajes especializados. En el momento que escuchó slo-mo, le vino a la memoria aquel término. Era una droga muy antigua, pero muy barata de fabricar y muy usada en los estratos más bajos de la sociedad. Y eso le hizo recordar incluso un momento oscuro de su juventud.

Hace años que no circula el slo-mo en Edén. La zentramina pura se diluye en los inhaladores del slo-mo, y ésta ahora se usa como alucinógeno base para otras drogas o mezclarla con las bebidas. Si has venido en el transporte, significa que la materia prima la hacen en Edén. Se quedó pensativo mientras elegía algo de ropa para Eve. Un abrigo largo de un aspecto más decente y menos holgado, unos vaqueros, botas altas resistentes, y una camiseta de manga larga beis. Sencillo, funcional, y con el sistema de ajuste, le quedaría bien. Se lo plantó en el respaldo del asiento, mientras la dejaba curiosear los archivos del transporte, no habría nada concreto, solo especificaciones del vehículo, y la hora de llegada a puerto. Pero había una entrada de usuario, la de Puff, y su expediente militar, el cual daba o bien confianza o escalofríos, por tener a semejante arma viviente, aunque dada su naturaleza como drackoyano de la casta guerrera, su aspecto decía mucho a primera instancia. Reflexivo, volvió al asiento del conductor para mirar el mapa.Tiene lógica entonces este ataque: El slo-mo es una droga barata de fabricar, y muy adictiva. Si alguien quiere rivalizar con ella, o baja el precio, o se carga a la competencia, o se hace con el sector de mercado en exclusiva... Esto ha sido un golpe de un rival, alguien que quiere hacerse con el mercado.

El planteamiento seguía una buena línea, y ya tenían un camino que seguir en la misión. Fue entonces cuando la chica le tendió la mano, y le parafraseó. Ciertamente, al menos se tomaba en serio su trabajo. Veo que estoy delante de una profesional. Te estás ganando esos créditos, tenemos un trato. Y estrechó su enorme garra con la mano de la chiquilla. Pudo notar ciertos relieves en su piel, posiblemente cicatrices. Además, no pudo evitar seguir observando el macilento aspecto de la mercenaria, y esos ojos azules, que le recordaban a una historia, una leyenda del espacio que le contaron en la Academia. Entonces, sonrió ampliamente, como quien lo hace con quien toma un café, o un amigo. Bueno, antes de ponernos a repartir leña... ¿Tienes hambre, quieres comer algo? Era uno de los enforcer de Edén más peligrosos y letales de la armada, y sin embargo, seguía siendo amable y generoso. A veces cualquiera pensaría que un rasgo así es un signo de inestabilidad mental. Nadie vive una vida de violencia sin estar marcado. Pero Puff parecía indestructible, y mucho más desde la vez que esuvo muerto clínicamente. Le gustaba disfrutar de la vida, y compartir esa vida con los demás ¿Era peligroso? Posiblemente, y más con desconocidos, pero... Solo se vive una vez.

La frialdad y brutal sequedad de la chica le pilló por sorpresa a Blaze. Desde luego, las apariencias engañan. Aquellos ojos... Esa mirada predatoria. Realmente le estaba amenazando. Eso le pareció casi insultante. Su sonrisa pasó a ser una mirada acerada que haría que incluso un kargarino se meara encima de los pantalones. Se acercó a su armario, y sacó su cartera. Al abrirla, comenzó a sacar tarjetas de packs de créditos. Dos tarjetas de dos mil, y otra de mil. Los cinco mil que acordaron. Se acercó a ella y se los tendió. Lo acordado. Yo no miento o estafo, soy de los que cumple su palabra... Es una pena, puedes dar mucho más que como mercenaria.

Ya volvía su vena "redentora". Tenía la bendición o maldición, según se mire, de ver el potencial en los demás.Era una bendición porque podía ver cómo podrían llegar a ser, y la maldición, es que muchas veces decidían no aceptar ese cambio a mejor, para tristeza del drackoyano. En el giro, las garras de Puff se clavaron en el suelo, dándole gran estabilidad. Un cambio de dirección tan brusco solo podía ser una cosa: Estaban llegando a su destino. Al darle los créditos, se sentó en el asiento del conductor, y preparó el enorme camión para estacionar. Por suerte, en aquella zona industrial de mala muerte, había aparcamiento de sobra. Total, aquellos vehículos no protegidos eran desvalijados, robados o desmontados por las bandas en cuestión de minutos.

Al mirar de nuevo a Eve, y el control de drones, le hizo un gesto con la cabeza algo melancólico. Si te gusta... Quédatelo. A mi me sobran drones y equipamiento. Ya eres libre de ir donde quieras Eve... Espero que estés bien y tengas suerte. Parecía cabizbajo, decepcionado, pero él no era quien para decidir sobre los demás. Pensaba que quizás la podría convencer para seguir a su lado, pero no era así. Y era una pena, la chica tenía tantísimo potencial. Quizás, de haberse criado en Edén y entrenado en la Academia, podría haber sido una enforcer de primera, quién sabe, incluso mejor que él. Pero a veces, la vida es así de hija de puta.

Por su parte, se preparó para entrar en la dirección: Frank 17... Era un garito para moteros, contrabandistas y miembros de bandas. Un ambiente de mala muerte y desde luego, no apto para blandos. Por eso decidió usar sus atuendos como de motero. Al ir a la parte de atrás, activó una rampa que daba a cinco aeromotos. Muy usadas en colonias de ese tipo. Se montó en una y la encendió. Al ponerse el casco, le señaló una a Eve. Llévate una si quieres, así irás más rápido a donde quieras. Es parte de tu bonificación por pillaje. Ya no se le veía la cara por el casco, pero en su voz se notaba tristeza, decepción. "Puff... Eres un romántico y un blando de mierda" pensó para sí, al activar una rampa de salida.

OFF: