Recuerdo del primer mensaje :

Como prometió, Katherine cuidó de Varián durante aquellas dos semanas que estuvo sin apenas moverse. Le trajo ropa, le ayudó a comer, hablaban e incluso le leía algún que otro libro que había traído para satisfacer su curiosidad, aunque la mujer sospechaba que no le interesaba tanto su planeta como ella en sí. Por como la miraba, estaba claro que esa fascinación no era por otra cosa que por ella. Y es que Katherine empezaba a sentir algo por aquel hombre que parecía irse recuperando bien.

El día anterior le trajo un bastón de los de su padre, que los coleccionaba por gusto y no prestaba mucha atención. Así que no lo echaría en falta.

Junto con la anciana, le echaron un último vistazo antes de dejarle definitivamente salir con ella de allí. Que le diera un poco el aire y el sol. Su cuerpo se lo agradecería, y su mente igual.
Katherine estaba emocionada por poder enseñarle los alrededores, aunque ahora mismo no hubiera más que árboles y plantas extrañas y completamente salvajes. A fin de cuentas se encontraban dentro de esa gran reserva natural virgen de la mano de vida exterior.

Al salir de la casa, abriendo la puerta la rubia para facilitarle el camino a su compañero, el grito del chocobo se alzó al ver éste a su dueña y a aquel hombre. Las se acercó a él y lo tranquilizó, acariciando su cuello y cabeza cuando la puso el animal a la altura de la suya. -Es un amigo, así que trátalo bien. ¿Vale? Aún está recuperándose -le habló como si le entendiera, y es que, aunque no fuera así, aquellos animales parecían hacerlo.

Se giró a mirar a Varian, sonriéndole e indicándole que se acercase a ella. -Este es Thurk. Es desconfiado con los que no conoce, y algo celoso -rió bajito, acariciandole suavemente el plumaje. -No muerde, tranquilo. Su mal humor es todo fachada -comentó. -Aquí es donde le gusta que le acaricie. Así...- tomó su mano y la guió al lateral del cuello del chocobo, manteniendo en todo momento su mano sobre la de Varian.

El animal se encontraba más relajado ahora.

-Creo que le gustas. Con otros se pone muy a la defensiva -confesó, cruzando una mirada muy próxima con el humano, lo cual la hizo ruborizarse ligeramente y apartar su mano de la suya. -¿Quieres ver la ciudad, o los alrededores del bosque? Podría llevarte al lugar donde caíste -sugirió, dispuesta a enseñarle y llevarle a donde le pidiera. Mientras estuvieran los dos juntos no le importaba a donde ir o qué hacer.

¿Desde cuando se estaba sintiendo tan unida y dependiente de alguien?

Descubrir que se había quedado dormida la sorprendió, y claro está que se ruborizó, pero no no tanto como por sus palabras. Que se mostrase tan tierno y sincero con ella le resultaba muy bonito y admirable de su parte. Se veía tan tierno ruborizado por sus propios pensamientos y sentimientos que sonrió con divertida ternura antes de mirar al cielo un momento y volver la vista a él.

-¿Quieres que te lleve s mi pequeña "guarida"? -No quería volver a casa de la anciana y pasar allí una noche más en la mecedora. Y seguro que Varián tampoco quería pasar una noche más durmiendo sobre la dura mesa de piedra. -No está muy lejos. Es pequeña, pero... acogedora -sonrío Algo tímida. Quería estar con él. Pasar una noche juntos. Y por qué no, pasar toda la vida.

Se pusieron en pie, ayudando al herido hombre del espacio a ponerse en pie y acercarle el bastón de su padre. Uno de ellos. Tras ello, llamó al chocobo y montados en él se introdujeron en el bosque, deteniéndose en una pequeña elevación del terreno. A sus pies. Frente a ellos parecía presentarse una casa. Por su estilo y lo desgastada de algunos de sus elementos, así como por el moho que crecía en los recovecos húmedos y protegidos del viento, dejaba claro que llevaba ahí mucho tiempo. -La estoy arreglando como puedo. Y cuando puedo, pero por dentro está mejor. -Le aseguró a pesar de la fachada, empezando a atardecer. El chocobo se marcó tranquilamente a buscar algún refugio donde pasar la noche mientras ellos entraban a su interior.

Lo que podía ver el hombre del espacio era una casa recogida y algo vacía por falta de muebles o decoración, pero que a la vez tenía los muebles necesarios. Muchos de ellos originales del anterior y desconocido dueño desaparecido. Todo estaba limpio y en su sitio. Algunas cosas estaban con una sabana cubiertas, otras a medio arreglar todavía. -Debería acabar esas cosas que tengo pendiente, pero... ahora ya sí que no puedo sacar más tiempo al día -sonrió y añadió. -Eeh.. solo... solo hay una cama. Eñentramos los dos, y...seguro que quieres descansar en una cama en condiciones que en la mesa de piedra -intentó bromear. -Si tienes hambre, tengo comida ya hecha. No por mi, claro, jiji... Esta se puede comer. -Dijo manteniéndose losndos en el hall de la casita, viendo desde ahí mismonuna minúscula cocinita, un salón-estudio-comedor y una puerta cerrada que era la habitacion. Esta se encontraba de frente, frente a ellos, y a la izquierda y derecha, respectivamente: La Cocina y salón-estudio-comedor. En cuanto al baño.... habia un riachuelo cerca. No se construían este tipo de casas en el planeta incluyendo baños. Eran demasiado rústicas.

Gracias a ella fue capaz de levantarse y montar con ella hasta que llegaron a su hogar lo cual le sorprendio un poco por que esperaba que alguien como ella con ese atuendo viviera en una gran vivienda o apartamento o algo asi por el estilo pero no se molesto pues si fuera por el,se iria con ella a descansar debajo de un puente

-Vaya es pequena pero se ve bastante acogedora a decir verdad, vaya en verdad no tenias por que molestarte por la comida Kat,con lo de cama acogedora me habias convencido pero dime....-

Decia sonrojado abrazandola y mirandola fijamente algo sonrojado

-En verdad....solo hay una cama para los 2?-

Decia sonrojado mirandola fijamente a los ojos a escasos cm de besarla sintiendo como su pecho aplastaba su prominente busto ya que la noche se prestaba para ello pues la veia a ella como si fuese su princesa

-Jijiji... también hay que comer, y más estando tú recuperándote. Tienes que estar fuerte y sano. -Sonrió, sonrojándose por decirle que solo había una cama y su cuestión. -Hay un sofá, pero .... la cama es más grande. Y cómoda....-respondió, cautivada por su mirada y rodeada por sus brazos en torno a la cintura. Tan cerca suyo....

Las luces de la casa se mantenían mayormente apagadas. Solo las del pequeño hall se mantenía encendida por una esfera que flotaba en el techo. En El Centro de la sala. Lo demás, si había luz, era por La Luz que e colaba entre las pequeñas y redondas ventanas.

-Varián..... -Susurró como hechizada por él. Lo que nunca le había pasado con nadie. Se acerxó a sus labios y se besó con él, rodeando su cuello con los brazos y dejar su prominente busto presionado contra el firme pecho ajeno. El calor de sus rostros hizo que el beso resultase caluroso, pasando progresivamente de ser un beso lento y pausado, a uno más intenso y húmedo al igual que mantenía un ritmo pausado y calmo. Sin prisas.

-Está noche... quiero estar contigo -confesó cuando pararon para tomar aire manteniendo una muy escasa separación sus rostros. s

Sus labios enrojecidos y su mirada brillante prendida de infinito deseo y emoción por Varián. Mejillas ligeramente coloradas y un palpitar de corazón intenso y acelerado. Sería su primera vez con un hombre. Varian estaba siendo su primer hombre. Y esperaba que el único. No quería nadie más que ha él.