Recuerdo del primer mensaje :

-Esto va a ser muy díficil, ademas me va a costar un ojo de la cara-Pensó en voz alta Ispago, el informe de su nueva tarea era de esas misiones que o las cumples con éxito o acabas muerto, no había un termino medio. Por tercera vez Ispago se releyó el mensaje, por suerte esta vez se habían ahorrado todos los formalismos, la introducción y normativa de siempre.
Mensaje:
-Teniente extra-oficial Ispago, por múltiples circunstancias que el gobierno de Edén desconoce o cree que no tiene motivos necesarios para explicar se las a usted, se ha detectado que la nave general de mercenarios "Money of Death" ha aparecido en las  coordenadas  XC0-021X, para su información es una zona con múltiples asteroides con minerales preciados, El gobierno de Edén ha pactado un tratado comercial y de paz con las organizaciones de la zona.
-Nuestros últimos informes relatan como la nave parece haber sufrido daños en su maquinaria y por eso no puede viajar a ultra velocidad, el problema esta en que han empezado a atacar a las colonias mineras.
-El gobierno de Edén no puede enviar su flota, el tratado se lo impide, pero quiere proteger las colonias mineras, la industria de maquinaria experimental de Edén necesita esos minerales.
-Su misión será infiltrarse en la nave y destruirla, acabando con cualquier hostil. Si es posible capture a su general, se desconoce todo sobre él excepto que lleva un tatuaje de una moneda en la frente y su apodo es "Bloody Money".
-Condiciones de la misión: No puede usar su nave ni ninguna relacionada con Edén, evite usar los activos de Edén a toda costa, evite herir a civiles.
-Permisos: A excepción de cualquier cosa que contradiga las condiciones o el objetivo de su misión es TOTAL.

Ispago sabía que necesitaba ayuda para entrar en la nave, a ser posible haciéndose pasar por un mercenario o alguien que le quiere contratar, así que cogió su PDA, buscó en sus contactos y llamó a Q. un agente doble que se hacía pasar por mercenario, a Ispago le ha sido útil un miliar de veces para buscar a alguien que le ayudara en tareas poco legales.
-Q. Que tal? Necesito que pongas un anuncio para mercenarios, que sean fiables y muy buenos, que el anuncio sea algo tipo "Se busca mercenario, destino de la misión XC0-021X, que pueda adentrarse junto a un acompañante en la nave Money of Death de forma pacifica, objetivo asesinato múltiple, secuestro y destrucción de un gran objetivo, alto riesgo, bien pagado después del cumplimiento de la misión y cuando el "acompañante", véase yo, esté seguro.

Hablaron un poco de sus cosas y de que iba la misión, después de contar unas anécdotas de cada uno para pasar el rato Q. le dijo- Parece que ya hay alguien que se ha interesado, no tengo toda la información sobre quién es pero tiene fama de cumplir sus objetivos de forma eficaz. Ya sé que quieres entrevistar a tus posibles compañeros en persona, así que le he dicho que estarás donde siempre, llevando mucho rojo en tu ropa y con algo negro que destaque.

Ispago, se preparó para ir donde siempre, un bar alejado del centro, tranquilo, con poca gente y sin demasiadas cámaras. Cogió su sombrero rojo junto su larga gabardina a juego, para el detalle negro decidió pararse a medio camino en una tienda barata que venían de todo, y decidió comprar un ramo de flores negras de lujo.

Al entrar en el bar se sentó cerca de la puerta en un sitio que le daría privacidad pero era visible, y con el gesto de siempre pidió un vaso de vino y sacó un libro que tenía a medias, esperaba que el mercenario viniera pronto, odiaba esperar casi tanto como conducir.

Nota:

Ghost observó la nave "Vanguard" con interés escuchando su descripción de la misma y su opinión al respecto— Estoy de acuerdo —dijo, llevando un brazo hacia adelante para terminar apoyando el codo sobre la mesa llevandose la mano a su mentón al tiempo que recostaba apenas el cuerpo hacia adelante para apreciar mejor la imágen que mostraba.

—Está decidido entonces— acotó cuando incluso la chica hubo terminado de hablar, refiriendose al plan de acción que terminarían por realizar. Los susurros a su alrededor para él no eran susurros, eran frases completas y comentarios que se le hacían normales en el contexto en el que se encontraban. Había imaginado que aquél sitio sería una tapadera para algo mucho más oscuro, pero ahora estaba comenzando a dudarlo. Quizás simplemente había sido un lugar al azar. Se preguntaba por qué había escogido un sitio asi, si era de tal forma, pero tenía varias hipótesis al respecto. La verdad es que tenía poco uso -propio- para los materiales de supervivencia, pero su costo en metálico siempre era apreciado—

—Nos pagan por eliminarlos, el método está a nuestra elección... —acotó, puntualizando a lo que se refería. Finalmente volvió a erguir el torso y se puso de pie, tocando la superficie de la mesa dos veces con la punta del dedo índice y el dedo corazón— Vamos —declaró al final. Las personas a su alrededor no lo ponían nervioso, no las veía como una amenaza. Ni a su bienestar o su forma física, o a su reputación o privacidad. Sin embargo tampoco era un lugar apto como para continuar hablando de esas cosas. Esperó a que el muchacho terminase de pagar al cuenta, para luego disponerse a seguirlo al dicho piso.

Cuando Ispago acabó de pagar la cuenta, dejando lo justo, no quería perder el tiempo esperando por un poco de cambio ni malgastar dinero, se levantó mientras que con un gesto señalaba a sus dos extraños acompañantes para que le siguieran.

>Cuando lo hacen es aún peor...< Repetía Ispago en su mente, estaba claro que la parte inicial se refería a que era ágil pero la última parte era un total y absoluto misterio para él, dudaba entre las miles de opciones que podían significar esas palabras y el por qué no lo dijo de forma directa, >Será que "eso" solo se puede usar en ciertos momentos y por eso no lo ha comentado?, será algo que no sabe describir?, simplemente se está haciendo la misteriosa e interesante?< Ispago dudaba entre pedirle a Eve que lo aclarada o simplemente esperar a que la chica mostrara todo su potencial.

Prácticamente era de noche, los últimos rayos de sol iluminaban la fauna que había por la zona, junto a los pocos edificios que había muchos con un aspecto rural, pero desgastados por el paso del tiempo y por juerguistas y camorreros que habían dañado toda la zona para pasar el rato. Ispago se paro un momento,  señaló el camino a seguir para que no le tuvieran que esperar, cerró los ojos durante unos segundos, al abrirlos Ispago veía como si fuera un gato, adaptándose a la oscuridad del lugar. A continuación mandó un mensaje  con su PDA, pidiendo que le llevaran el Avenger a su piso franco.

Durante la caminata los nervios de Ispago se pusieron de punta notaba que un grupo les seguía, ademas deslumbraba una pandilla de unos cinco jóvenes con pinta de que habían vuelto de una guerra. Ispago rezó para que simplemente pasaran de ellos, pero por millonésima vez no sirvió de nada al estar a unos cinco metros del grupo de delante estos se pararon y sacaron  cuchillos, bates y similares.

Chiquillos, los de detrás os han escuchado en el bar, al parecer tenéis pasta- Dijo un hombre mientras con un gesto parecía saludar a los de atrás- Si nos dais la pasta y nos dejáis media hora con la chica os dejaremos en paz.

Ispago casi vomita, simplemente pensar lo que esa panda podía hacerle a la chiquilla le retorció las entrañas, para ahorrar tiempo y hacer un poco de justicia dijo rápidamente con voz baja a sus compañeros: -Os pago 750 créditos extras por encargaros de estos, 250 mas si no matáis a ninguno, me ahorraréis papeleo, ademas así me ahorro tener que sacar el polvo a los robots.

Sin dudar un instante Ispago se abalanzó sobre la panda de delante, con su mano izquierda cogió uno de sus cuchillos para hacerle una herida no letal pero preocupante al chico de la izquierda, mientras con la derecha sacaba la pistola ya preparada de su gabardina y disparó a la entrepierna del hombre que los acababa de amenazar >Así evitaré que salga mas escoria como tú<

Un par de hombres huyeron, aunque el resto, unos 10 creía Ispago, parecían que querían seguir los horribles pasos de su jefe.

Era como si hubiera predicho el futuro. Pese a que al parecer todos estaban de acuerdo con aquello de irse el daño ya estaba hecho. La chica se rezagó un poco para observar a los clientes que notoriamente los miraban de manera fija, más de algún valiente se atrevería a molestarlos. Salió tras de Ghost y cerró la puerta. Al parecer irían a pie al nombrado piso mientras que la chica no dejaba de ir al final de lo que parecía una columna totalmente desorganizada por lo que cada que pasaban cerca de un callejón podía ver unas sombras moviéndose rápidamente intentando no ser vistos. En principio la mercenaria no dijo nada hasta que finalmente dieron la cara y tras lo que dijo su empleador avanzó uno pasos quedando junto al androide.

—Iba a hacerlo de todas maneras— ¿No matarlos? Aquello era difícil, aquellos quienes la conocían sabían que contra estúpidos macarras como esos simplemente los mataba inmisericordemente pero iba a intentar no hacerlo. Dio un golpecito en el brazo del androide para llamar su atención e hizo una seña con la cabeza a los cinco sujetos que se acercaban enojados a su empleador. No dijo nada más, su mirada metálica se fijó en un sujeto que imitando a Ispago sacó una pistola y apuntó a su cabeza, era una lástima que se hubiera tardado un poco más de un par de segundos ya que se encontró con que todo el peso de la muchacha había impactado contra su hígado. El hombre cayó al suelo y si bien no soltó su arma sus dos brazos estaban rodeando su abdomen para sobrevenir el dolor e imitando a Ispago pisó con fuerza la entrepierna del mismo, sintió por un efímero momento algo esférico que no tardó en convertirse en una mancha de sangre en el pantalón ajeno.

La chica alzó la mirada, aún quedaban cuatro de su lado pero al parecer solo el del fondo tenía una pistola la cual estaba sacando en ese instante. La chiquilla fue más rápida, moviéndose y sacando su navaja y acercándose al primer individuo, el cual hizo lo mismo con un taser eléctrico (obviamente un arma escogida al azar pero que definitivamente era peligrosa para ella). Y aquello se volvió como un pequeño baile por un par de segundos, él primero agitó el aparado hacia un lado intentando acertar al pecho de la chica el cual ella evitó dando un paso hacia atrás, después dio una estocada hacia adelante con el mismo y ella desvió su brazo con el propio, moviéndose desde el lateral del hombre y dio un corte en la cara del mismo, atinando a su ojo y rebanando su oreja en dos en una sola línea roja haciéndolo soltar el instrumento y encorvarse en el suelo cubriéndose la herida con las manos soltando, al igual que el anterior, quejidos de dolor. Sintió aire pasando cerca de la manga de su larga chaqueta, el hombre del fondo había disparado pero no le había atinado mientras los otros dos se acercaban cautelosos, intentando probablemente atraparla para que dejara de moverse.

El más cercano se acercó e hizo un movimiento para tomarla entre sus brazos, no funcionó, la muchacha pateó el taser un poco más hacia atrás, recordando su existencia, el segundo hombre estaba algo lejos y el tercero tenía problemas para apuntarle. El hombre más cercano a ella volvió a intentar agarrarla pero la chica esta vez saltó quedando sobre uno de sus hombros, haciéndolo caer a causa de la falta de equilibrio (al estar encorvado él para estar a la altura de la pequeña) y el pecho del mismo cayó sobre el taser, electrocutándose él y rompiendo el aparato “Quería que le diera en la cabeza” pensó ella. Quedaban dos, se movió hacia un lado temiendo un disparo y el que apuntaba evitó disparar para no desperdiciar balas. La muchacha siguió su baile mortal esta vez acercándose al desarmado, era muy corpulento, a diferencia del resto pero lo evitaba de la misma manera que al anterior, moviéndose cuando sus brazos intentaban atraparla. Un corte de su navaja carmín en la mano contraria, justo entre los dedos hizo que el mismo diera un paso hacia atrás y Eve dio un paso hacia adelante para hacerle una finta al que tenía la pistola, quien finalmente disparó pero la chica se tomó a los hombros del que tenía una herida en la mano y el mismo recibió un disparo a la altura del intestino grueso o el hígado y cayó al suelo intentando caer sobre la chica quien se escurrió entre sus dedos, el que tenía la pistola estaba de espaldas a una pequeña baranda llena de espinas decorativas, simbolizando a una rosa y la mercenaria lo notó.

El hombre ahora en pánico disparaba pero los pasos que daba Eve la mandaban de izquierda a derecha y a veces no, finalmente ya en la cercanía, aprovechando la energía cinética lo tomó de los cabellos e hizo que su cara impactara contra dichas espinas de 4 centímetros, perforando su mejilla en un corte sucio y desgarrado ya que no estaban muy afiladas y luego movió su cabeza con fuerza para hacer que la piel del rostro ajeno quedara colgando, al final se volteó a ver cómo le iba a los demás.

Mientras sus dos acompañantes se encargaban de sus respectivos problemillas, Ispago aprovechó para observarles mientras se dedicaba a ir saltado de un lado a otro esquivando los tristes intentos de darle de un joven armado con un cuchillo de cocina, al principio lo izo con gran concentración evitando golpes, una vez ya vio los esquemas y ritmo de su rival, aunque no podía considerarse como tal, pasó a ir haciendo fintas de forma mecánica y finalmente pasó a ir dando saltos, medio burlándose del joven, mientras aprovechaba ara ver el desenlace de las peleas fijándose sobretodo en el estilo de combate de sus compañeros.

Ver a Eve combatir era como poner un ángel en medio de una matanza, dado que a Ispago le parecía extremadamente mona físicamente, pero su estilo de combate aunque ágil, era bastante sangriento y doloroso a la vista. Únicamente le "decepcionó" que no la hirieran dado que su curiosidad casi le obliga a herirla para ver su "secreto", pero claramente eso supondría que Ispago sería el nuevo objetivo de la chiquilla así que desechó la idea al instante.

Como era de suponer Ghost fue rápido y metódico o resumiendo, simplemente mecánico a la hora de acabar con inútiles como estos, se notaba que ya tenía años de experiencia con su cuerpo mejorado dejando un margen de error mínimo.

Ya que él era el único que aún seguía luchando, Ispago decidió acabar ya. Con un pequeño juego de pies desequilibró al joven de una patada, mientras que su arma pasaba a manos de Ispago con un pequeño golpe a esta, en menos de dos segundos Ispago solo tenía que hacer un leve movimiento para cortarle el cuello al joven.

-Escucha, si no quieres acabar como los otros- señalo las masas de carne que en su día fueron sus compañeros- te recomiendo llamar a una ambulancia para intentar salvarlos y hacer todo lo posible para que no nos volvamos a ver ¿entendido?.

Los ojos teñidos de un rojo sangre de Ispago se fijaron en el jefe de la banda, quien parecía intentar levantarse y sacar una arma de uno de sus bolsillos, Ispago había perdido demasiado tiempo, así que lanzó el cuchillo entre los ojos del hombre, acabando con su pésima existencia.

Soltó al joven, quien parecía haber humedecido sus pantalones por culpa de su miedo, mientras seguía el trayecto sacó billetes por valor de 1500 créditos -No os quejéis, dudo mucho que la mayoría de esos malnacidos vuelva a ver la luz del sol- Susurró mientras dejaba a la vista los billetes apara que los mercenarios los cogieran.

Al llegar a su casa la nave estaba lista para despegar, así que no izo falta entrar a la diminuta casa de Ispago, así que este decidió entrar en la nave para evitar que nadie curioseara, o robara, las pocas cosas que tenía de valor.

-Si no os falta nada, empecemos de una puñetera vez, tengo prisa y mis jefes tienen mucha mas así que andando- Dijo mientras revisaba los sistemas de la Vanguard.

Una vez terminó con el sujeto las pequeñas manos de Eve soltaron sus cabellos dejándolo caer catatónico al suelo, sin duda esas cicatrices de su cara serían de por vida. Su mirada retrocedió para encontrarse con la del androide ya que en su batalla solo de tanto en tanto se volteaba a ver al otro lado únicamente para ver si alguno de ese lugar no habría intentado atacar a la menor pero ya fijándose en el rastro de destrucción dejado por él se sintió satisfecha, su mirada a los ojos del androide duró solo por un momento ya que luego la siguió en dirección a Ispago quien al parecer estaba ocupado con sus propios maleantes. Al parecer él no se había molestado mucho en lo de no matar, cosa que molestó a Eve por parecerle injusto, quería destripar a sus víctimas.

Tomó de mala gana su pago y se lo guardó en el bolsillo interior de la chaqueta. —Lo hubiera hecho gratis— Repitió pero esta vez un poco más profunda demostrando su falta de satisfacción por el resultado. Lo siguiente fue seguirlo por el trabajo de verdad, al menos así sí que cegaría tantas vidas como quisiera, realmente sería un buen plato principal tras aquel mediocre aperitivo. La caminara fue corta hasta el piso que había nombrado su empleador aunque poco se fijó en aquello, lo importante era la nave ya desplegada y preparada para volar. Ni siquiera fue necesario el comentario que hizo el chico con orejas de gato ya que Eve ya se estaba acercando para subir, simplemente restaba esperar a que el muchacho abriera la escotilla y una vez hecho la pelinegra subió.

Dentro de la nave por un momento pareció recordar el vehículo que el enforcer le había mostrado en una de sus misiones anteriores solo que con muchos menos puestos de control. Era cierto que había un puesto de manejo de armas, de pilotaje al frente, control de motores entre otros y era aquello sumado al ambiente oscuro que era lo que activaba su memoria. Eve se limitó a sentarse en algún lugar, era una silla y eso era lo que importaba mientras esperaba, si, solo esperaba, era lo que debía hacer.

Esa era la peor parte de las misiones y por desgracia la que siempre estaba en tocas o casi todas: la espera. La espera a que una escotilla se abra y con su incandescente luz revele cientos de armas apuntando a sus tripulantes. La espera en la que podía ver a los ojos el cobarde miedo de quienes la acompañan y que sabe que se arrepentirán a ultimo segundo cuando su vida esté en riesgo y en realidad eran pocos los que no ponían esa cara, entre ellos Eve que por lo general parecía más bien molesta de que revelaran esa cara de miedo. De hecho, por lo general usaba a los autores de las mismas como escudos humanos, en más de una ocasión se divirtió se divirtió dejando que murieran en el clímax de su batalla.

Una vez todos hubieron subido a la nave su mirada, en vez de ir hacia el rubio fue a parar hacia el androide. Lo miraba con cierta curiosidad, ya habría visto androides en el pasado y él estaba en algún punto del valle inquietante pero eso no era en lo que la muchacha se fijaba, miraba sus facciones, sus labios ¿Habría algo de humanidad en él como la había en tantos otros? ¿O sería alguien que de verdad considerara apto? La respuesta no era importante ya que iban a sitios completamente diferentes de la nave, el sitio de la más pequeña era evidente: sabotear los motores y llevarse a tanta gente de por medio como fuera posible, le gustaba aquello, no tenía que preocuparse por tonterías, solo ella, los motores y una gran distracción. Aunque no lo aparentara había analizado con lógica bastante simple aquellos motores y una explosión orquestada por ella sin duda atacaría con sus llamas el 30 o 40 por ciento de la nave pirata.