Descender en la oscuridad no le suponía ningún tipo de tropiezo, su visión se adapto muy velozmente a los cambios de iluminación, pudiendo ver claramente al llegar al fondo. Hizo un rápido barrido con sus escáneres para ver si había algo o alguien, no detectaba signos de vida al menos en el alcance que tenia. Se limitó a quedarse haciendo guardia mientras las chicas bajaban, vigilando que nada les cayera por encima. Era consciente de que podían valerse sola, pero nadie puede culpar a un hombre por preocuparse por la seguridad de su esposa, y también de la seguridad de una compañera de trabajo. La primera en llegar fue Eve – Deberías mantener apagado todo el ruido externo o luz posible – Le habla directamente por un mensaje de radio, su casco aisló por completo la emisión de sonido externo, solamente la mercenaria pudo oírlo por el comunicador de radio. Cuando estaba llegando Kyrie le ayudo a terminar de bajarse, mientras también le dedicaba palabras por el comunicador – Hay que mantenernos lo menos llamativos posibles – Sabia que su esposa tenia ciertos dotes nuevos, que serian de mucha utilidad para ella en esa profundidad.

Comenzaron a inspeccionar un poco la zona, encontrándose con otra escena del crimen. No es que fuese difícil de por si encontrarla, los sensores de James podían marcar la ubicación mas precisa sobre la dirección de la descomposición, por ello fue quien avanzó primero para asegurarse de que estuviese todo seguro. La mano del Cyborg nunca se quito de la empuñadura de la wakizashi, era mejor estar preparado. Cuando llegaron hasta los cadáveres estuvo analizando los daños – Ninguno se desangro en este sitio, murieron antes de llegar a aquí, justo como los cadáveres de arriba – Estuvo inspeccionando con sus sistemas también la vagoneta, ese metal era bastante grueso, y parecía resistente, si algo de un solo golpe la atravesó y mato al pobre diablo que estaba en el interior, la cosa no era complicada, era peligrosa – Kyrie no te separes – Dijo de nuevo por el comunicador.

No tardaron en llegar nuevas instrucciones de Eve, quería explorar mas a fondo y con ello dar con el contenedor – Entendido, manténganse alerta – Empezó a moverse siguiendo el patrón de movimiento establecido, una manera de inspeccionar escenas del crimen usada por algunos cuerpos de la ley. En esta ocasión no estaban buscando evidencias de un homicidio, sino el contenedor que salía en las notas del capataz e información sobre el desastre que ocurrió en esta excavación.

El método que había escogido era lento pero aseguraba no solo que no fueran descubiertos por lo que sea que hubiera ocasionado tantos problemas, al menos ya tenía dentro de su chaqueta algunos de los compuestos electrónicos del cyborg. No se sentía segura ni mucho menos, al menos en la misión en Xiar tenía a aquella Yasei que curó sus heridas pero en aquella ocasión solamente tenía a su compañero con el cual, la única seguridad que tenía que no lo traicionaría era la certeza de que si quedaba solo seguramente acabaría como los cadáveres que han encontrado en el camino.

No tardaron mucho en visualizar un enorme contenedor, parecido al que cargaban grandes cantidades de mercancía. Al entrar un deslumbrante color verde hizo que Eve se quitara las gafas de visión nocturna. Pudo ver en un lateral del gran contenedor el logo de “Cristal Lab”, una empresa farmacéutica, la recordaba de cuando se ponía a recargar suministros médicos, realmente no tenía muchas quejas de ellos aunque muchos sospechaban que tenían algo entre manos, cosa que le recordaba a VT.

Una vez dentro, la luz casi radioactiva de los compuestos le permitió ver un equipo de contención para algo humanoide. Al entrar notó lo grueso que era el blindaje del lugar pero notó algo más: una oreja en el suelo. Parecía más una venganza sádica de una mafia que otra cosa pero no fue difícil notar que tenía una cámara facial. Por suerte la misma podía ser reproducida así que acerco a su ojo el visor de esta y reprodujo los últimos minutos de metraje accesibles. Al verlo no pudo evitar suspirar por la nariz algo tensa por lo que acababa de ver, no tanto por la gente muerta, sino porque tal parecía que ellos serian los siguientes.

La cinta era muy reveladora, eso, junto con el contenedor a su alrededor, le indicaban muy claramente la respuesta a la primera de las preguntas que debía responder: ¿Qué pasó? Mientras juntaba las piezas en su cabeza le pasó la cámara a James para que también lo viera “La nave que están deshuesando arriba… Podría ser de Crystal Lab, tal vez no… Pero allí estaba este contenedor y lo bajaron aquí. Eso dice el diario y esa cosa estaba encerrada aquí dentro… Pero él o alguien lo liberó… Pero…” se acercó a los compuestos químicos, tomándolos con cuidado, no quería que siquiera tocaran sus guantes, buscaba algún nombre farmacéutico que pudiera reconocer.

Se llevó el rifle sobre el hombro —Cuida la entrada, tengo que ver que puedo averiguar de esto— aunque lo dijo en voz muy baja. La luz también le permitía ver una terminal que parecía operativa junto a los barriles con químicos. De haber encontrado alguna leyenda en los compuestos hubiera sido lo primero a buscar, de no ser así, hubiera buscado palabras clave en relación a lo que sabía del ser: canino, garou, guante inyectador, compuesto, verde, brillo, cuerpo hinchado, humanoide, anaranjado. Todo lo que pudiera relacionar con lo visto. Sus dedos se movían rápidamente por el teclado, intentaba hacerlo todo lo más rápido posible. No estaba segura si aquella sería la guarida del ser y no quería descubrirlo. Ya tenía un par de ideas para enfrentarlo, ya que al final de cuentas también debían eliminar el problema.

De ser mucha la información suministrada, mientras la pantalla se llenaba de información Eve iría al armazón, el lugar donde tenían cautiva a la criatura, observando algún signo de salida forzosa o de todo lo contrario. Sabía por la distribución y tamaño de los grilletes que era humanoide pero quedaba ver si había escapado solo o lo habían ayudado. Si era poca la información en el terminal ya la habría leído, de no ser así, la terminaría de leer. Ya cuando se estaba moviendo al área de contención había sacado su rifle. Sabía lo peligroso que era usar su sangre en una situación así, sería fácilmente rastreada así que en ese momento menos que nunca lo haría.

El Cyborg inspeccionaba el área circundante sin encontrar nada relevante, salvo unos componentes del cadáver que rápidamente tomo la mujer. No había muchas cosas a las que prestarle atención, al menos hasta que llegaron al contenedor, la marca en uno de los bordes correspondía a una empresa farmacéutica llamada “Crystal lab” – Esto es un poco raro ¿Qué hace una empresa de medicina metida en todo esto? – Pensaba el mercenario, siempre había algún chanchullo extraño con todas las empresas medicas, pero era raro que se meterían en terreno de una mafia muy fastidiosa como la Familia, difícil saber si eran muy valientes o muy tontos – ¿Encontraste algo Eve? – Pregunta la mercenaria, solo para recibir una cámara facial, era cosa nada más de ver la reproducción. No se podía decir mucho, tan solo había un par de tipos corriendo por el interior del desguazadero, no fue sino hasta que vio la causa de las muertes que sus sensores entraron en modo de barrido esférico, la criatura, de apariencia lupina, había matado a un tipo de carácter corpulento de un golpe y con la misma facilidad atravesó una carcasa de metal grueso como la vagoneta.

Se quedo vigilando en el exterior del contenedor, pendiente de lo que podría pasar sin sacar su mano de la Wakizashi. Si recordaba bien, ese tipo brillaba, si podía notar eso podría rastrearlo. El problema es que no escuchaba nada que no fuese su propia respiración, ni podía ver nada extraño alrededor que no fuera Eve y el contenedor, y los barriles con agua loca en el interior del mismo.

Finalmente parecía que todo el asunto se había esclarecido, el contenedor había entrado por medio de uno de los contrabandistas allí abajo, algo debió de haberse salido de control y tal parecía que logró escapar ya que nadie más debió saber del tema y ellos definitivamente no parecían tener intención de liberarlo. Más importante, ahora sabía muchísimo más sobre la criatura que le había dado muerte a tantos mercenarios. Ahora lo comprendía, si tan solo su misión se limitase a esclarecer el asunto tal vez pudieron haberlo llamado un día.

—Bueno…— susurró volteándose a ver a su compañero justo antes de escuchar rocas moviéndose, cosa que hizo que guardara silencio. Se alejó del terminal armada con su rifle, apuntándole a su aliado, no para dispararle sino porque era el único lugar desde donde podría llegar la criatura, el sujeto RQ0013, aquel bestial Garoh a quien le habían encargado detener ¿Cómo podía hacerlo? Un equipo de asalto casi es aniquilado en el proceso y ellos no eran mejores, de hecho, eran peores.

No tuvo tiempo de dudar debido a que James fue atacado por el mismo, parecía ser medianamente racional así que Eve intentó preguntar como si no lo supiera —¿Quiénes?— por supuesto, todo intento por evitar la confrontación fue fútil. El garoh perdió el control al olfatear la sangre de su compañero y cargó contra ella. Su primera munición era electrificada pero falló, impactando contra uno de los barriles. La segunda era de perdigones. Era muy rápido para esquivarlo y muy fuerte para bloquearlo sin más así que solo le quedó usar el ritual yasei.

No era fanática de depender de la voluntad de la armadura, distaba mucho del modo en que peleaba, buscando generalmente esquivar y contraatacar, en ese caso su piel se volvió totalmente oscura, en todo su cuerpo mientras que, en el último segundo, disparó sus perdigones por sobre el hombro de la feroz criatura, intentando darle al dispensador del químico a bocajarro. Disparó el gatillo esperando lo mejor antes de ser despedida con tal fuerza que su cuerpo atravesó el blindaje militar, encontrándose con la luz del exterior que le dejaba ver claramente sus alrededores.

Tal parecía que cualquier tipo de blindaje sería poco contra aquella criatura quien con tal facilidad y sin entrar en frenesí ya había atravesado la armadura de su compañero. —¡James! Tenemos que destruir el dispensador químico en su espalda ¡Así se hará más manejable!— decía a su compañero mientras disparaba un nuevo proyectil eléctrico al enemigo. Finalmente soltó una de sus manos de su rifle para buscar en su chaqueta algo, lo encontró.

—¡Cúbrete con esto!— ordenó mientras lanzaba entre ella y la bestia uno de sus cristales de mercurio fulminado, el cual explotó al impactar contra la tierra liberando un poderoso e irritante olor que ni James ni Eve podrían percibir al estar equipados para evitarlo. La mercenaria tragó saliva recargando su rifle con más munición mixta. Estaba cubierta al otro lado de la enorme nube de humo, enfocada en el acto de esquivar debido a que al menos debería de poder verlo llegar, no era como que tuviera mucho más que hacer.

Pensó en los demás pasos a tomar una vez destruyeran el dispensador. No estaba segura si moriría al instante o si daría pelea, tampoco estaba segura si moriría del todo, todo dependía de si aquello estaba directamente conectado al corazón o no, cosa de la que simplemente no estaba segura para nada, solo decía que aquello estaba optimizado para que lo aceptara en mayor forma, eso solo indicaba que no pasaría por el hígado o los riñones.

James se mantenía vigilante con el exterior, no pudo mirar en el interior pues no prestaba atención a eso, manteniéndose a espaldas de Eve. Sus sensores captaron un movimiento de rocas, eso hizo que el Cyborg entrecerrara los ojos y sacara un poco su espada de la funda, pero no pudo hacer nada con lo que vino. Un golpe, rápido como una centella, le dio en el pecho, atravesando su escudo como si fuese una galleta y rasgando la placa de su pecho. El metal se había cortado como si fuese simple papel, dejándole una herida bastante fea, y por si fuera poco la fuerza de ese golpe fue tal, que lo mando a volar como si fuese una pelota de tenis hasta incrustarlo en el contenedor. Tardó un par de segundos en recobrar el sentido, justo para ver como el monstruo tornaba su vista en color rojo, y saltaba hacia el interior del contenedor.

Entre la fuerza usada por el monstruo al golpear la pared interior, y sus propios movimientos, el Cyborg logró liberarse de la pared de metal. Analizó rápidamente la situación, su enemigo era alguien muy poderoso, tanto como para darse cuenta que recibir esos golpes directamente era un suicidio. Ni bien escucho las instrucciones de su compañera, se soltó una nube de humo blanco por donde ella estaba, haciendo que sus sensores se adaptaran rápidamente no solo a la nueva luz en el exterior sino también para poder ver a través del humo. Marcó los objetivos del ataque, moviéndose rápidamente hacia el monstruo peludo que tenia en frente, con la diestra empuño la Wakizashi mientras que con la izquierda saco tres amaterasu.

Al entrar en el rango de ataque, todo fue coser y cantar, si bien arriesgarse a dar un salto contra un enemigo mas rápido era una tontería, apunto a uno de los tubos del dispensador, haciendo un giro sobre su espalda, blandiendo la hoja de alta frecuencia, mientras en ese mismo movimiento de derecha a izquierda lanzaba los amaterasu buscando impactarle directamente en ese cilindro. Una batalla prolongada contra esa cosa era una sentencia de muerte, si tenían alguna oportunidad debían terminar el combate y rápido.

Al parecer no había sido tan buena idea confiar plenamente en la voluntad de la armadura, al final de cuentas aunque si había bloqueado la mayor parte del golpe si recibió algunos rasguños, a final de cuentas, al menos por un momento, estuvo en mejores condiciones que su amigo. El dispensador tal parecía que contaba con dos cilindros y el primero, por acción de su compañero con el trabajo conjunto entre ambos, fue destruido finalmente. No obstante, el garoh no pareció rendirse.

Lo siguiente que pudo ver la mercenaria fue como el mismo ser se acercaba a estos y le dio un zarpazo horizontal. Eve intento esquivarlo, de hecho, si no lo hubiera hecho probablemente la hubiera cortado en dos, no obstante, eso no evitó que fuera despedida cinco metros, quedando en el suelo y rondando en el mismo. Casi sentía que sus intestinos estaban por salir de su cuerpo y era ese mismo dolor el que la mantenía despierta.

Por suerte no fue capaz de desmayarse. Había perdido algo de sangre, un poco había salpicado sobre su enemigo y el resto estaba en ella. El control de su sangre había mejorado mucho desde antaño, en consecuencia fue capaz de hacer que los borbotones de sangre que estaban por salir se cristalizaran, formando una placa exacta que detenía todo lo que pudiera las heridas, no era una curación quirúrgica pero de algo serviría.

El sujeto experimental no había considerado una cosa: Eve era un oponente mucho más temible en el momento en el que esta era herida. Sacó de su bolsillo una munición de perdigones y parte de su sangre lo pinchó, uniéndose con estos en su interior. Podía ver a su compañero en peligro así que con dificultad se puso de rodillas, apuntó a las fauces del canino y disparó. La intención era que la sangre se uniera mediante pequeñas cadenas con los perdigones actuando como una red alrededor del hocico del canino.

—¡Corta el otro cilindro!— dijo con fuerza, moviéndose un poco y cambiando de posición. Hizo lo propio con otra de sus municiones de perdigones y disparó, esta vez en dirección al segundo cilindro. La sangre actuaría como una telaraña, algo pegajoso, molesto y difícil de remover, quería asegurarse de que fuera muy complicado que saliera del cilindro, ya tenía un plan, no le gustaba hacer eso ya que la ponía nerviosa y solo lo hacía en situaciones desesperadas. Cargó munición electrificada y comenzó a disparar en contra del enemigo.

Ella no contendría las explosiones de su sangre sobre este, debía tener sangre en su hocico, en la garra que la atacó y, por supuesto, en el último distribuidor del dispensador del químico que tenía. Dudaba de si sería del todo efectivo pero esperaba que su compañero pudiera acabar con el trabajo. La muchacha tomó otro cristal de mercurio fulminado y lo estrelló contra el suelo cerca de ella, con el objetivo de cubrirse con el humo, esto era una asistencia a que ahora se movía mucho más lento y sería difícil detectarla entre tan irritante olor.

Por supuesto, aquello no era todo, para una herida grande debió de perder bastante más sangre de la usada para un par de municiones, sin mencionar la de los rasguños en su pecho. Esta sangre se acumuló en el antebrazo de esta, preparada para convertirse en un sable de necesitarlo. No quería estar desprotegida en caso de que intentara atacarla directamente y por tanto estaba dispuesta a contraatacar. La máscara de gas comenzaba a agobiarla así como el ambiente a su alrededor, se guiaba por sus oídos ya que dentro de todo la bestia era bastante ruidosa al hacer cualquier tipo de movimiento. Era la mejor cobertura que tenía.

El movimiento del cyborg fue rápido y preciso como un bisturí, seccionando impunemente el conducto de aquel líquido y clavando los amaterasu en el cilindro. Terminando a unos escasos tres metros de Eve, listo para atacar al animal con la ayuda de su compañera, manteniendo la mirada en el lobo en todo momento. Aunque estuviese bloqueado por esa nube de polvo, la visión del mercenario podía ver claramente a través de esa cortina, y fue por eso que lo vio saltar al aire, cayendo justo en medio de ambos. Justo en ese instante James vio como el animal se preparaba para dar un zarpazo, rápidamente sus sensores empezaron a trazar la trayectoria del ataque, su potencia y velocidad, así mismo el alcance y dirección que tenia. Todos esos datos arrojaron medidas alarmantes, seguramente le daría directamente, pero el movimiento era horizontal, un abanico clásico, pero con esa velocidad y fuerza podría terminar con daños muy serios.

Conociendo todos los datos, que se procesaron en la cabeza de James a gran velocidad, sus piernas dan un salto hacia atrás mientras alza la Wakizashi para bloquear el ataque. Era un movimiento en conjunto, esquivar y bloquear, dado que ninguna de las acciones por si misma era suficiente, si combinaba ambas aumentaba sus oportunidades. Cosa que se vio en pocos momentos, cuando la espada bloqueo parte del zarpazo y la fuerza se vio mitigada por el salto dado hacia tras. Aun así James termino a unos cuatro metros de distancia y el ataque le arrebato la espada de las mano, las perspectivas en general no eran muy buenas, sobre todo porque vio como el lobo intento hacerle a su compañera una cirugía a corazón abierto.

De nuevo era el centro de atención, viendo como el monstruo se le acercaba, esta vez queriendo darle un mordisco. Los sensores del Cyborg se activaron una vez más, trazando la trayectoria del ataque, no fue muy difícil darse cuenta que el animal quería merendárselo de un bocado, pero escapar de nuevo no sería una opción viable. La razón de ello era que capto por sus sensores, el ataque de Eve, y que esta le instaba a destruir el segundo cilindro. Si intentaba esquivar el ataque, la cosa se pondría fea porque el animal lo seguiría, además de que sacaría de trayectoria los ataques de Eve. Su decisión fue hacer un intercambio, tomo la empuñadura de su nodachi y la lanzo hacia arriba, seguido de un salto hacia el lobo. Eso no estuvo exento de consecuencias, pues su brazo derecho fue arrancado con el propio mordisco del animal.

El movimiento temerario tenía su razón de ser, pues el mismo salto lo había impulsado en diagonal hacia arriba, tomando la nodachi con la izquierda y activando el filo de alta frecuencia. Rápidamente gira y da un tajo directamente hacia el cilindro de la bestia, no solo para romperlo sino también para cortar con el mismo movimiento el otro alimentador, aprovechando la longitud de su espada.