Recuerdo del primer mensaje :

Hacía un tiempo que había vuelto de aquel horrendo planeta de carne, no podía decir que había vuelto del todo ilesa, no solo en el aspecto físico, con heridas por todo su cuerpo, sino que en el aspecto psicológico, teniendo una intensa sensación de confusión, impotencia y culpabilidad sobre lo que le había ocurrido al hombre de cabellos blancos.

Fue difícil, demasiado para ser sincera pero al mismo tiempo estaba feliz de que las personas que hubiera conocido le ayudaran a evitar en el mismo abismo de locura y desolación en el que él había caído, por supuesto, eso no significaba que el asunto estuviera superado ni mucho menos, en incontables ocasiones le dio vuelta a lo último que vio del planeta antes de desaparecer, en como la forma de esa criatura se había correspondido con aquellas visiones que descartó como locuras. “Si ese fue el origen del compuesto rojo… ¿Y los demás?” pensó incomoda muchas veces.

En el fondo hablaba de sí misma, en pesadillas se veía en la misma posición en la que se encontró al antiguo científico, la mera idea de ser controlada por una entidad por sobre ella lejos de tranquilizarla la aterraba, hasta el punto en el que abría los ojos solo para encontrarse con el calor de Khalty, su suave piel y su suave aroma, ese cariño, esa atención, esa preocupación, sin duda la Sephen estaba ayudándola más de lo que podía pensar y mucho más de lo que la mercenaria estaría dispuesta a admitir en público.

Por desgracia su acompañante esa noche dormía sola. Estaban en un cinturón de asteroides a bordo de la Black Skull Beast, incapaces de usar los sistemas de navegación automáticos o el hipersalto por la amenaza de las enormes rocas que por momentos los rodeaban así que, ante el sueño del capitán Eve, como una de las pilotos de la nave, capitanea de una vacía sala de mando, controlando la nave de asalto con una mano por la lentitud en la que se movían mientras escuchaba la radio ociosa del cuadrante. “Y pensar que seguimos escuchando la radio” pensó.

Bostezó pasando sus dedos por el parche de su mejilla que cubría una pequeña pero molesta cicatriz a la altura de su pómulo, la forma podía parecer bochornosa pero recordarla la hacía sentir una profunda calma. Cerró los ojos un momento cuando vio entre los controles una notificación en una de las radios informativas, curiosa presionó el botón ―… repito, nave H311 en el cuadrante 17-E― Aquella era una radio de carroñeros, solo hablaban de naves de naves deshabitadas.

Aquel era una especie de intento de limpiar el espacio de tanta chatarra y naves dañadas y, en muchos sentidos, cumplía su propósito. Pese a que no fuera una flota y que estaban a pocos metros de ese cuadrante, que estaba en el mismo cinturón de asteroides atendió a la llamada ―Aquí Black Skull Beast, voy para allá― ¿Cuál era el propósito de anunciar su llegada? Simple nadie allí quería buscar pelea y si lo hacían sería con naves de su tamaño, dentro de todo, al menos ese pedazo de chatarra era imponente.

―¿Nadie más? Es tuya Skull Beast, ninguno de los sistemas funciona, como si le hubieran pasado por encima, procésala como debas. El maquinista corta transmisiones― dejando de aparecer en ese momento la señal de notificación y con la mercenaria retirándose del canal. La muchacha subió el poder de los escudos y giró rumbo hacia más dentro del cinturón de asteroides, su experiencia le había enseñado que no tenía caso perder la vida con algo que no quería, por ello tenía una idea.

Puso la trompa de la nave en dirección al lugar específico y dejó el piloto automático, a sabiendas que casi todos los asteroides revotarían contra los escudos. Para su idea no podía ir sola, sabía muy bien a quien buscar. Sabía que el ciborg no tenía necesidad de dormir pero a la vez que no abandonaría a su princesa rosa en ningún momento por lo que, en lo que llegaban, con asteroides revotando contra sus escudos sin hacer mayor daño, a estos, tocó la puerta del camarote de James Graham y Kyrie, sin confiar del todo en el primero pero estando bastante tranquila con esta segunda.

No tardó mucho en recibir una respuesta de su compañero, tal parecía que tenía mucha chatarra por donde él estaba, por otra parte sugería enviar a un dron a que fuera a llevársela. Eve no veía eso muy claro, no solo porque ella estaba en el núcleo de poder, nunca mejor dicho, en el núcleo de la nave por lo que tendría que maniobrar mucho, sino porque además disponían de un número muy limitado de estos.

Dichos drones ya habían acumulado una cantidad de metal, cables de alta tensión y demás piezas que resultaba incluso algo impresionante aunque se correspondía a todas las piezas faltantes de aquel antiguo modelo. La muchacha suspiró por la nariz —Eso es bueno, con eso resolvemos lo de las comidas. En cuanto a lo del metal prefiero ir yo misma, los drones están demasiado ocupados.— decía mientras daba una última ojeada al núcleo y tomaba un cable dañado algo grueso, lo veía casi listo y solo necesitaba cubrir los circuitos, pensó en cuál sería su siguiente accionar.

Deambuló por los laberinticos y confusos pasillos de la nave por tardados minutos hasta llegar a los sistemas de soporte vital. La luz de su linterna tuvo que haber alertado de su llegada al cyborg que andaba trabajando por allí. Eve bostezó mientras entraba, no porque le pareciera inútil el trabajo de su compañero sino meramente por cansancio. Miró alrededor, aun se tenía que hacer mucho pero una vez esos sistemas estuvieran reparados solo restarían las áreas mas peliagudas, además, por supuesto, del propio casco aunque los drones se encargarían de ese tema.

—Vaya, todo se ve bastante bien. Cuando termine puedo buscar el generador de soporte vital. Iba a ir a la sala de mandos pero puede que esto sea más útil— ubicó la chatarra que le había mencionado y unió las placas como si de un mazo de naipes se tratase, aunque había algunas que por su forma debían ser colocadas de forma diferente pero aquello solo era un problema rápido de organización. Normalmente aquel sería mucho peso para la mercenaria pero tan solo con atar la chatarra con el cable el mismo iría flotando tras de ella debido a la falta de gravedad.

—Antes de irme. Sé que no somos capaces de poner este pedazo de chatarra a punto pero ¿Qué crees que necesitemos para hacerlo volar hasta un lugar como Dionisius? Está muy cerca y se dé buena cuenta que podemos conseguir mano de obra por allá— mientras hablaban los drones habían terminado de recolectar todas las piezas del casco y comenzaban a unirlas. Esta fase del trabajo sería la más tardada, mucho más que la anterior debido a que previamente solo era un ir y venir, esta vez tendrían que unir cables y soldar metal, tarea evidentemente más tardada. La mercenaria se cruzo de brazos.

—Creo que lo básico sería la fuente de alimentación, el sistema de navegación, el soporte vital del que te estás encargando y los motores ¿Me salto algo?— a diferencia de James, Eve si necesitaba dormir, no la estaba afectando en exceso el cansancio ni mucho menos pero podía ser que en una situación como esa se saltara algún paso de reparación básica, a final de cuentas ella era la única que no había estado durmiendo a causa de ser la que estaba pilotando la Black Winged Beast.

Las piezas amarradas de metal flotaban a su alrededor lentamente, solo controladas por el cable que la pelinegra usaba a modo de cuerda. Su voz se distorsionaba un poco por el casco pero por suerte aún era entendible. Había muchas más cosas que pensar una vez hubieran reparado los sistemas elementales de la nave no obstante prefería no ofuscarse con esos detalles ya que el trabajo que ya tenían sobre sus hombros era arduo.

El cyborg continuaba trabajando con las compuertas de presurización, era una tontería querer arreglar todos las las conexiones a la vez, lo mejor sería aislar cada sección e irla reparando poco a poco de forma individual. No era un trabajo muy exigente, pero ocupaba especial atención al detalle, todo debía estar totalmente hermético y sin fugas. Mientras trabajaba, estaba pendiente por si llegaba alguno de los drones, los necesarios para enviarle los trozos de metal a la mercenaria, pero al cabo de un tiempo quien llego no fueron los drones, sino la propia Eve, es cierto que aviso que vendría ella misma, pero James esperaba que solo fuese alguna broma o algo similar – Lo mejor para maximizar el trabajo, es repartirnos las tareas, yo me encargare del sistema atmosférico una vez termine de sellar esta sección – Le contesta el Cyborg mientras sigue trabajando con las soldaduras – Necesito que me indiques las secciones que quieres conectar al soporte vital, para ir aislándolas del resto y colocarles las debidas entradas de presurización – Había que sellar las secciones que no se fuesen a utilizar, para evitar una fuga masiva de recursos.

El Cyborg termino de cerrar las compuertas y les estaba haciendo un escaneo para ver que tan efectivo era el cierre – Cierre perfecto – De forma automática era imposible cerrarlas bien, no estaba funcionando del todo, pero era como la sección de un submarino, dos compuertas, que permitían el cambio atmosférico sin problemas y luego se abría la de salida – Solamente necesitamos los motores, la navegación y la energía, con ello podremos desplazarlo por el espacio hasta el ingreso a un planeta, aunque por cómo está la situación será un solo viaje de ida si aterrizamos en la superficie – Le dice a la mercenaria. El sistema de soporte vital no era necesario para esa tarea, pero sí lo era si las reparaciones buscaban ser eficientes en cuestiones de tiempo y ahorrar materiales de sustento en los trajes espaciales – Yo me encargare de ir al puente de mando a revisar la navegación, tu mientras tanto cuando termines con el generador revisa los motores, si nos dividimos estas dos tareas terminaremos antes de tiempo – Lo siguiente era revisar el sistema atmosférico para cerciorarse de que funcionara el soporte vital sin ninguna falla.

Tal parecía que el mercenario no estaba nada desencaminado cuando de ese tipo de reparaciones a gran escala se hablaba, no había que engañarse, aún estaban caminando sobre un pedazo de metal, sin energía ni nada que lo hiciese funcionar esa declaración no estaba ni cerca de ser refutada. Mientras él trabajaba su respuesta fue bastante clara, tanto que sentía que eso de “indicarle” era una manera sutil y educada (si esos adjetivos se le podían atribuir a James) de ponerse de acuerdo, o tal vez reconociendo su identidad como nueva propietaria de la nave.

―Creo que está bastante claro: necesitamos conectar el núcleo de poder, el puente de mando, donde están los sistemas de navegación y la sala de motores, podrías hacerlo en el puente de mando primero ya que de todos modos te pasarás por allí― le indicó hablando de manera bastante paciente, observándolo trabajar. Ya con eso se preparó para irse, ya con las piezas de metal consigo.

―Conozco un lugar donde podríamos contratar mano de obra para terminar de reparar todos los sistemas, solo necesitamos hacer que esto― le indicó como para confirmarle que tenía planes más allá de simplemente hacer que ese pedazo de chatarra se moviera. Tras eso se marchó por los pasillos de la nave de regreso a la sala del núcleo. El resto del trabajo allí prometía ser rápido, al menos mucho más que recablear el sistema o como mínimo más estimulante.

Sacó de su traje el soplete que había llevado consigo. Tenía la característica que era capaz de funcionar en el vacío del espacio y se acercó al cableado expuesto de la fuente de poder. Lo que le restó no fue nada más que unir las piezas metálicas como si de un rompecabezas se tratase, soldándolas al suelo alrededor de la maquinaria y luego unas con otras, asegurándose de dejar cierto espacio entre los cables y el metal para poder retirarlas luego.

Esto, por supuesto, le tomó un tiempo, tiempo que también aprovecharon las unidades robóticas como para seguir con las reparaciones del casco externo de la nave, tal parecía que en la misma medida que los mercenarios avanzaban con las reparaciones los drones hacían lo mismo, que pese a su escaso número estaban en manos de alguien que no solo sabía pilotarlos sino que también sabría de ingeniería, unir unos pocos cables no sería nada para ella, el único inconveniente era que el proceso sería lento.

Tras cuarenta minutos de soldar lo mejor posible la chatarra de modo que esta protegiera el cableado la mercenaria habló por la radio a sus compañeros ―He terminado en la fuente de poder, no hay nada con que activarlo todavía. Voy a ver la sala de los motores para ver que se puede hacer desde el interior.― y tras lo dicho, empacó todas las herramientas que había traído consigo y caminó hacia la parte interior de los motores.

Lo cierto era que tanto trabajo comenzaba a hacer algo de mella en la mercenaria, a final de cuentas ella era la única que no había estado durmiendo hasta aquel momento y si bien su cuerpo se mantenía un poco más activo de lo normal debido a sus costumbres y constante consumo de alimentos aún necesitaba algo de descanso. Una vez en la sala principal de los motores se encontró lo que esperaba a juzgar por el aspecto externo de la nave. “Otro desastre…”

Ya ni siquiera se quejó, abrió las compuertas de los conductos de energía de ambos motores, en sí la maquinaria no estaba tan mal, era maquinaria militar, especializada para sobrevivir tras explosiones, aunque era cierto que estaban algo chamuscados. ―Voy a necesitar piezas extras…― estaba mirando la parte más pequeña de los motores, el controlador del interior que manejaba los pulsos que resultarían en el movimiento, el generador de los pulsos en sí era muchísimo más grande, debería verlo desde el exterior. De momento se limitó a revisar entre las puertas cercanas una sala de refacciones, la cual encontró, era algo normal tenerla para ese tipo de reparaciones. “Menos mal… No quiero ni imaginarme estar haciendo esto si la nave ya estuviera siendo saqueada”

Trabajar en un ladrillo volador no era la tarea más eficiente del mundo cuando solo eran dos, pero considerando que solo necesitaban arreglar partes concretas todo era más estable. A petición de Eve, la primera área de trabajo seria el puente de mando, pero primero lo primero, revisar el sistema atmosférico porque si eso no servía, no era útil para nada ponerse a trabajar en otras secciones. Moviéndose por las paredes usando pequeños saltos, el Cyborg se posiciona justo donde está el generador atmosférico, inspeccionando que cosas podría tener bien y que cosas fallaban. Para su suerte, el aparato no tenía grandes daños, solamente tenía cosas deterioradas probablemente por la falta de mantenimiento, nada que no pudiese reparar en pocos momentos. Soldar las piezas o ajustar algunos engranajes no fue complicado gracias a sus herramientas integradas, solo hubo que acomodar algo del aislante de los cables para evitar un corto cuando se encendiera nuevamente – El sistema atmosférico funciona de nuevo – Hablo por el comunicador mientras se disponía a realizar las pruebas.

Era un proceso sencillo, la energía con la que funcionaba era un sistema de respaldo porque toda nave necesitaba tener separado en cierto modo el soporte vital de la energía principal de la nave, no era que funcionara aparte, sino que en caso de falla, la seguridad interna no se fuese comprometida. Uno por uno enciende los distintos sistemas y dentro de las áreas selladas previamente todo comenzó a llenarse de aire. La minuciosidad del Cyborg a la hora de trabajar las junturas evito una fuga, y los valores de energía indicaban que el generador, como todo equipo militar, podía trabajar de forma autónoma más de un año sin la necesidad de la energía principal de la nave – Ya se puede usar esta sección sin equipo presurizado, la temperatura poco a poco irá a aumentando hasta los 25 grados – Explica una vez más – La única manera de entrar es por las compuertas que estuve trabajando, es un proceso lento pero necesario, esta algo rudimentario pero tarda cerca de 20 segundos en equiparar la atmósfera, el dispensador de alimentos seguramente ya funciona, no garantizo el sabor pero es seguro consumir los suministros – Tras decir eso se va a la compuerta, ingresando en la sala intermedia, esperando que se selle completamente antes de abrir la otra y volver al resto de la nave.

James era un Cyborg bastante modificado, no requería apenas dormir así que se mantenía durante mucho tiempo operativo, no sentía cansancio por las horas que estuvieron trabajando. Ahora el objetivo del mercenario era el puente de mando, era un trecho largo desde donde estaba, pero había que ir manualmente. Dando salto de un lado a otro, aprovechando los distintos conductos y pasillos, se dio cuenta que la nave estaba en general bastante mal, si no fuese porque Eve decía tener contactos para conseguir mano de obra, podrían fácilmente pasar tres meses como mínimo para poner todo eso a punto. Una vez llegó se dio cuenta de que todo estaba hecho un asco, las distintas pantallas estaban salidas, los marcos de las distintas ventanas al exterior también estaban dañados, era un trabajo de pesadilla poner todo el puente de mando a punto para conectarlo al soporte vital – Esto es más complicado de lo que parece, tendré que cerrar las compuertas exteriores para que esta zona sea habitable, dependeremos del sistema de navegación para ver por dónde vamos – Dicho eso a su compañera, James se pone a trabajar primero en los distintos paneles, para asegurarse de que cuando active el sellado, se cierren las compuertas, una vez finalizado ahí iría a verificar si las conexiones estaban todavía en un estado aceptable.