Recuerdo del primer mensaje :

Por orden de Atlas cuando la piloto fue dada de alta, recibió una escolta de la nave hasta la zona residencial, no quería correr ningún riesgo. En ese lapso de tiempo, el Cyborg estuvo en una misión de rescate, parece que había una flota que se topo por accidente con un enorme campo de meteoritos. La empresa le tomo mas tiempo del que había imaginado y su preocupación tanto por la piloto como por los niños crecía enormemente. La colosal nave regreso al espacio aéreo de la estación Kosmov, aunque Atlas tenia que rendir algunos informes así que tuvo que pasar por los cuarteles. Todo se le hizo pesado en exceso, estaba demasiado aburrido y estresado como para poder tomar en serio la burocracia sobre una misión de rescate. Fueron horas de rendir cuenta, tanto de los sobrevivientes como de los gastos médicos. Aunque la Spirit of Fire era autosuficiente, parecían querer saber cuanto gastaba la nave en recursos, como si tuviesen que reponer o algo similar. En fin, ese asunto termino cerca de las cinco de la tarde.

El Cyborg fue nuevamente al muelle de carga donde se subió a un transbordador que lo bajo hasta Edén, tenia un asunto muy importante que atender, algo que a sus ojos era mas importante que los informes. Fue dejado en el terminal de tierra y llevado en auto. Podía llegar en medio segundo en el Raiser pero no usaría su unidad blindada para un paseo por la ciudad. El transporte termino por dejarlo frente a un edificio algo particular y retirarse. Ingreso en el interior del edificio, subiendo las escaleras hasta toparse con una puerta ya conocida para el Almirante. Se trataba del apartamento de la piloto Musa Perséfone ¿su motivo para estar ahí? El que tendría cualquier persona en su posición, desde lo que paso en la nave hace cuatro meses no había parado de pensar en ella y en los niños. No pudo llegar antes por la misión en el campo de asteroides, pero apenas termino vino tan rápido como pudo.

Toco el timbre del departamento, se encontraba bastante intrigado. No sabia realmente que esperar, aunque cargaba un pequeño obsequio en sus manos para la piloto, si se tenia en cuenta lo que ocurrió era probable que recibiera un portazo en la cara. Aun así por intentar no perdía nada, con ver que ella estuviese bien le bastaba así que si efectivamente recibía un portazo no pasaría nada.

El Cyborg permanecía abrazado a la piloto, buscando calmarla, pensaba por unos momentos que al fin podría descansar la piloto. Error fue ese pensamiento cuando ella comenzó a hablar, sobre que buscaban quitarle a sus hijos, el Cyborg no iba a permitir que nadie le pusiera un dedo encima a su familia – no tienes que hacer lo que te pida, tampoco tienes que pagarme nada – le dice el Cyborg – tienes mi palabra de que nadie te pondrá un dedo encima, ni tampoco a nuestros hijos – sus ojos cambiaban de color a azul celeste. Estaba ingresando a distancia en las computadoras de la Spirit of Fire, dando instrucciones de que escanearan los datos del mecha experimental que aun estaba en el hangar y los de la capsula, que encontraran lo mas rápido posible la ubicación tanto de la base como del personal a cargo del desarrollo y guía de esa unidad – puedes estar tranquila musa

Las siguientes palabras le habían hecho pensar bastante, ya no solo por los intentos de esa gente de quitarle a su familia, serian castigados de eso no había la menor duda, pero le preocupaba el estado psicológico de la piloto. Se le notaba demasiado estrés, Atlas estaba llegando a pensar que nada de lo que dijera podría arreglar la situación – Musa, tu no estas sola en esto y no estarás nunca – realmente le entristecía eso. Termino de escuchar sus palabras – es cierto que las circunstancias de ambos no han sido las mejores, aun cuando he hecho lo imposible por volver a verte, solo he podido lograrlo en 2 ocasiones, pero estos encuentros no tienen que ser sinónimo de ser malos – en ese momento le da un fuerte abrazo, aproximandola mas a su cuerpo ya con mas firmeza, y pasando la mano derecha detrás de la nuca ajena aproxima su rostro dándole así un profundo beso en los labios. Se mantuvo en el beso y el abrazo por un rato, en ese punto el cyborg buscaba que ella se dejara de evasivas y que tomara ya una decisión con respecto a la situación de ambos.

Algo tenía él, sólo él, sus solas palabras lograban tranquilizar a esa simple humana tan temerosa y torpe… Se aferró lo más que pudo al cyborg y entre sollozos hundía sus orbes en los ajenos. Frunció un poco el ceño acongojada a punto de reclamarle sus últimas palabras pero le fue imposible, abrió sus párpados de par en par sorprendida sin esperarse el beso, le empujó un poco del pecho pero fue imposible separarse. Su corazón volvió a palpitar demasiado rápido, sus mejillas se volvían a teñir de un notable carmesí y como si fuera por arte de magia el miedo y la tristeza se fue. Lentamente cerró sus ojos dejando salir las últimas lagrimas que rondaban en sus ojos, comenzó a corresponder aquel beso aferrándose lo más que pudo a las ropas de él.

Tras unos segundos el aire comenzó a faltar, separando un poco sus labios de los ajenos, entre suaves jadeos buscaba recuperar el aire. - No es justo… - Reclamó en un tenue hilo de voz. - No es justo que un solo beso me ponga así… Deja de hacerlo… - Pidió rozando sus labios con los ajenos. - Déjame en paz ya, Atlas… - Murmuró mientras lentamente comenzaba a desanudarle la corbata terminando por retirarla. - ¿Por qué me gustas tanto?.. - Se cuestionó a sí misma antes de volver a unir sus labios con los ajenos haciendo de aquel beso más profundo. Comenzó a desabotonar la camisa hasta llegar a su abdomen y sin avisar metió sus manos entre su ropa deslizando aquellos finos dedos teniendo contacto con su piel. - No me gusta tu traje especial que traes siempre… De verdad aprecio que vinieras sin él… - Sí, quería asegurarse de que así era por eso buscó tener un contacto más directo. - Llévame contigo… Llévame a tu nave… Déjame compartir mis noches contigo hasta que nuestros bebés nazcan y estén bien… Una vez estén lo suficientemente grandes los dejaré contigo, así si llego a morir sé que se quedarán bien en tus manos… - Levantó su mirada, con su mano derecha acarició la mejilla de él mientras dejaba la izquierda en su pecho. - Es el trato que te ofrezco para que no estés lejos de ellos. Si no sentimos amor del uno por el otro no pasará nada, lo único que nos unirá serán los bebés… Si no llego a enamorarme de ti me permitirás partir sin replicar… ¿Aceptas?.. - Era la única manera de que ambos “ganarían” ese tipo de discusión sin sentido, ella aseguraría de que sus hijos no terminarían en malas manos ni de que sufrieran ningún riesgo, él, la tendría cerca y a sus hijos y le daría una oportunidad para que todo comenzara a ser como debió desde un principio.