*Off: Atención, antes de rolear en este tema, debo advertir que es posible que no pueda responder con regularidad a este tema, debido a situaciones con mi universidad que no me permiten gozar de mi tiempo en su plenitud, por lo menos durante este semestre, por adelantado te agradezco por considerar rolear conmigo ^_^*

Casualmente, el día de hoy mis clases se han prolongado más de lo esperado, todo esto porque un profesor pidió mi ayuda con un trabajo del consejo estudiantil, un trabajo que realmente no me importa lo mas mínimo, pero que debido a que se me ofreció créditos extra en las clases de educación física se volvió más llamativa.

- Maldición… realmente detesto las clases de educación física, me cae de maravilla que me ofrezcan un trato como ese en estos momentos… -

Y es que a pesar de que soy bastante buena en todas las asignaturas que se pueden evaluar por escrito, con educación física no es el caso, y mi condición física no me permite llegar al promedio de los demás, en parte eso es a causa de mi habilidad especial.

- me pregunto si aún puedo encontrar una tienda abierta, se me antojan un par de latas de café… -

Y justo en el momento en que me encuentro cruzando por el parque que queda cerca de casa, escucho un inusual aumento en los pasos que resuenan en la fría noche de la ciudad, que normalmente a esta hora y por esta zona se encuentra tan calmada y silenciosa que comparar a este parque con un cementerio no estaría del todo fuera de lugar, nuevamente, en parte esta clase se silencio es una razón por la que me gusta el lugar donde vivo. Tratando de no sugestionarme demasiado continúo mi camino por el parque, después de todo, a veces si suceden cosas inusuales sin tener una causa real.

- Oye nenita, ¿qué haces tan sola en una noche como esta y en el parque? ¿Acaso esperas a alguien? –

Mis pasos se detienen al sonido de la voz carente de toda elegancia o respeto aparente, como cabría de suponer, también existen esta clase de porquería en la colonia del Eden, y yo he tenido la desgracia de encontrarme con algunos de ellos antes.

- ¡La noche aun es joven! Apenas son las 7:30 de la noche, y estoy seguro de que no tendrás problemas si te vienes a pasar un rato con nosotros… -

Esta vez parece que son solo 6 de ellos, aunque conforme se van acercando me paro firme e intento mantenerme alerta a sus movimientos dándoles la cara, pero en total silencio y sin hacer contacto visual.

- ¡Jajajaja! ¡Sí! El Karaoke está abierto aun a esta hora, también todos los Bares e incluso los Hoteles, si quieres ir directo al—esperen, esta chica, yo la conozco… ¿ella no es acaso aquel demonio blanco del que hablaba Yamanaka el otro día? Aquel que barrio con toda su pandilla en menos de una hora… -

- ¿Eh? ¿De que hablas? ¿Acaso había alguien así que fuera tan debilucha?... ¡si hasta parece que no come correctamente! –

Los merodeadores de repente empiezan a hablar entre ellos como si tuvieran una conferencia, realmente no tengo tiempo que perder escuchando sus estupideces por lo que dando un suave suspiro intento continuar con mi camino, empiezo a dar un paso cuando los últimos dos merodeadores se ponen en mi camino sonriendo maliciosamente como si acorralaran a una presa.

- Oye oye, no te molestes por lo que dicen estos sujetos, a pesar de tu apariencia estoy segura que podrás divertirnos un buen rato, y adivina que, si cooperas también tú te divertirás. –

- De todas formas no es como si te fuéramos a dejar escapar, ¡jajajajaja! –

Mi mirada se levanta levemente cruzándose con la de los dos hombres que bloquean mi camino, se puede notar mi enojo en mi mirada pero también un vestigio de aburrimiento, finalmente una pequeña sonrisa se muestra en mi rostro.

- Oh, perdón por eso, me temo que han malinterpretado una cosa, no me estaban dejando escapar, yo soy la que los pensaba dejar escapar… pero siendo que lo piden con tantas ganas, no veo problema por mi parte, ¡vamos a divertirnos! –

Con esa declaración, mi mano se dirige hacia el pecho del sujeto directamente frente a mí, el último en hablar y el primero en recibir un poco de lo que tengo, en cuanto mi mano toca su pecho, el vector de fuerza que mi mano ejerce sobre su humanidad es amplificado en su magnitud y cambiando ligeramente su dirección hacia arriba, como resultado el sujeto sale volando por los aires con gran velocidad hasta caer a un poco más de 10 metros del lugar sobre unas escaleras de piedra, el impacto lo deja inconsciente al momento.

- ¡Hiiii! ¡Se los dije! ¡Es el demonio blanco! ¡Vámonos de aquí! –

- Oh no, ya les di esa oportunidad antes, ¡ahora se quedan conmigo! –

En un momento doy un pequeño salto hacia el sujeto que estaba a punto de escapar para acortar distancias y realizo el mismo tratamiento que el anterior sujeto, lo único que cambia en este caso es que utilizo mi mano izquierda y que esta vez el sujeto cae en el suelo firme.
Tan pronto como los sujetos notan que están bajo amenaza real, empiezan a hacer lo mismo que todos hacen siempre, esto es atacar a algo que no pueden manejar ni comprender, mi expresión se hace más evidentemente alegre, pero mi sonrisa no denota alegría como tal, sino más bien placer sádico, al próximo que se aproxima con un bate de baseball simplemente le dejo golpear, pues al momento que el palo de madera toca mi cuerpo, cambio la dirección a una contraria y el sentido por uno directamente opuesto en el vector de la fuerza que el brazo ejerce sobre el bate, como resultado toda la fuerza que fuera a recaer sobre mi resulta recayendo en los brazos del sujeto, los cuales se doblan en un ángulo anormal con rapidez haciendo un sonido de crujido al instante, el sujeto cae al suelo gritando de dolor mientras que otro más se acerca por mi costado a mi espalda, portando un cuchillo, pero una vez más, al tocar la punta del filoso material a mi cuerpo, redirijo el sentido al lado opuesto e incremento la magnitud de la fuerza con que el hombre intenta apuñalarme, como resultado el cuchillo se rompe y los brazos del hombre se dirigen con una enorme fuerza hacia su propio estómago, provocando que el sujeto caiga de rodillas y vomite a los pocos segundos debido al impacto directo en su estómago.

- ¿Qué tal? Divertido, ¿verdad? ¡Esta noche no la podrán olvidar de tanta diversión que tendrán! –

- ¡Maldita perra! ¡¿Qué demonios eres?! ¡Te hare pagar por esto! –

Como si no hubiera visto lo que ha pasado, el hombre se abalanza con un puñetazo hacia mi estómago, mirándolo con desdén simplemente me quedo parada mientras que el brazo del sujeto es destrozado por su propia fuerza multiplicada por aproximadamente 4 veces. Todo esto está marchando demasiado fácil, pero entonces recuerdo un detalle importante, hace un tiempo que no hago esto y por la emoción del momento he olvidado, que mi limite se encuentra en usar mi poder 5 veces, y este límite se ha alcanzado ya.
El recordatorio de este límite me llega en forma de un punzante dolor de cabeza que logra hacerme perder la compostura, casi al punto de ponerme de rodillas. El chico que quedo aun en pie me mira con terror, lo cual es una suerte pues en este momento me encuentro vulnerable, pero pronto se dará cuenta de que no soy más una amenaza y empezara a atacarme.

- Demonios… por esto es que normalmente procuro terminar con todos de un solo golpe… uugghhh… -

Con mis manos agarro mi cabeza fuertemente, en un intento de apaciguar el dolor por un momento, después de todo he realizado muchos cálculos complejos en un muy corto periodo de tiempo, por lo menos durante 45 minutos no podré hacer mucho y por ello empiezo a pensarme una forma de huir del lugar, después de todo mi casa no está muy lejos de mi ubicación actual…

Eve llevaba ya mucho tiempo desaparecida. Solo capturada por ocasionales cámaras de seguridad y la vista periférica de toda persona con la que se encontrara, nadie hablándole nunca directamente, solo si acaso escuchando comentarios sobre su forma de vestir o el estado de sus ropajes. Eso en realidad no le importaba en lo más mínimo. Si bien a esas alturas por el calibre de sus recurrentes acciones delictivas, no solo limitadas a agresiones o robos sino incluso (y liderando la lista de crímenes en número) asesinatos, más que nada a su desconocimiento y parcial desinterés por las normas sociales, aun no era buscad activamente por las fuerzas de la ley, debido a que ella no era más que una “niña revoltosa” más al lado de las organizaciones criminales con quienes no tenía conexiones más que algún trabajo ocasional.

El no tener protección alguna de organizaciones criminales contra la policía era, de hecho, su mayor defensa, ya que no había nadie que pudiera delatarla, es más, ni siquiera tenía un nombre como tal mas allá de aquel apodo que le habían dado hacía tantos años en el pasado, por lo que mientras no se pasara por el distrito judicial no tendría problemas con que la persiguieran, por lo que pudo seguir su vida durmiendo en casas abandonadas  y comiendo a base de tiendas de conveniencia, aprendiendo cómo funcionaba la sociedad desde sus eslabones más bajos, en efecto, pese a presentarse como “El Jardín del Edén” distaba mucho de ser un paraíso, no mientras personas como ella u otras con intensiones mucho más siniestras siguieran en esas tierras, movidas por su avaricia y acumulando poder.

Esa noche particularmente salía distraídamente de una tienda de conveniencia donde el encargado la miraba con ojos menos fríos por ser una clienta habitual, comprando allí lo usual, una lata grande con una bebida energética y algún tipo de carne seca que amablemente, como un gesto casi paternal (o esperando que siguiera gastando su dinero mal habido en ese lugar) se dio el gusto de calentar en el microondas antes de entregárselo.

Con una bolsa en una de sus manos y una lata de una bebida energética fría en la otra caminó tranquilamente hacia el parque para disponerse a cenar. Bostezó cuando faltaban un par de cuadras antes de que pudiera penetrar en aquel lugar, eso era malo, si no bebía esa cosa pronto podía llegar a desmayarse en el peor de los lugares. Aunque si bien no le importaba mucho donde dormir, desmayarse por horas en plena calle era algo  inevitablemente malo.

Tras unos minutos de caminata finalmente entró al parque, directamente se sentó en unas escaleras, unos jóvenes la miraron por sobre el hombro mientras comía, bromeando entre ellos sobre lo pobre que parecía y tras un par de comentarios sobre cómo debía “apestar debajo de esa ropa” simplemente pasaron de largo sin causarle mayores problemas. La chica de cabellos oscuros ni siquiera los miró a los ojos, no tenía por qué tratar con basura como esa “Si hubieran tocado mi comida hubiera sido una historia diferente” pensó antes de darle un sorbo a su bebida energizante, sintiendo como su cerebro comenzaba a despertar por la cafeína y la taurina salidas de aquel liquido celestial que tan mala reputación tenía entre los nutricionistas.

Sus ojos se abrieron repentinamente y casi daba un salto al notar que una de las personas que anteriormente había intentado insultarla ahora estaba postrada frente a si, probablemente con varios huesos rotos. “Tuvo mucha suerte. Mucha gente muere por menos de eso.” Tomó el último bocado de carne y con lata en mano se acercó al joven inconsciente, metió su mano en la chaqueta de este y sacó su billetera. Simplemente tomó el dinero que este tenía con total naturalidad, era más sencillo que trabajar, por supuesto, por eso lo hacía. Le tiró la billetera en la cara pero aun así este no despertó.

- ¡Maldita perra! ¡¿Qué demonios eres?! ¡Te hare pagar por esto! – resonó en la distancia

Ahora levantada, aun dando sorbos a la lata que estaba entre sus dedos, aun fría por algún tipo de tecnología de refrigeración, movió la cabeza hacia el lugar donde había otras personas cuatro postradas en el suelo y de donde el grito había salido. Si no oponían resistencia también los desinflaría, a pesar de que le diera bastante igual el dinero lo hacía por otra razón, esos insultos que le habían dado, ahora que tenía cierta ventaja, les saldrían caros de dos maneras, la primera, por supuesto de manera monetaria, la segunda, mucho más peligrosa. “John Smith” leyó la joven de la identificación del joven, tenía toda su identificación personal, entre ellas su dirección según la cual se podía adivinar su clase social, esas eran cosas que ciertas manos pegajosas ansiarían y pedirían con hambre, puesto que todo precio era poco en comparación a lo que podrían sacar de una casa.

A medida que caminaba calmadamente iba a notando algo extraño, una joven con cabellos blancos y ropas de estudiante postrada en el suelo, tomándose la cabeza mientras otro joven la miraba estupefacto, con la boca abierta, temblando y pálido del miedo. “Es extraño” Pensó esta, al parecer tan absortos en su propio mundo que no notaban la silenciosa presencia de la pequeña quien de uno en uno iba tomando el dinero e identificaciones de aquellos inconscientes cuatro cuerpos, de los cuales uno estaba herido de muerte, pudiendo llegar a morir por la falta de sangre circulante en su cuerpo. El dinero y las identificaciones fueron a parar a uno de los bolsillos de la chaqueta de Eve.

Finalmente dio un par de notorios pasos al frente, quedando al lado del chico que al notar como miraba a la chica casi saltaba del miedo. Por mientras Eve simplemente la miraba como cualquiera miraría un show en la televisión,  bebiendo tranquilamente lo que quedaba de su bebida energética para finalmente lanzarla lejos como la basura que era. Volvió la mirada al muchacho, era una advertencia silenciosa mientras una de sus manos se posaba en el bolsillo de la chaqueta en el que se encontraba su navaja, la cual abrió deslizando el dedo por el filo de esta aun sin sacarla de su bolsillo, no necesitaba su navaja, tenía un arma más poderosa que no usaría a menos que este comenzara a molestar. Volvió la mirada hacia la albina y soltó como si ni fuera de gran importancia, mirándola con sus fríos ojos color gris metálico. —No has matado a nadie— Casi como un susurro.

El dolor de cabeza se intensifica conforme pasan los segundos, en un intento por centrar mi atención en otra cosa empiezo a contar los segundos que pasan, pero es inútil y el dolor solo se siente más fuerte. Mis rodillas tocan el suelo y mi percepción del exterior se ve afectada, casi puedo escuchar el agitado respirar del ultimo rufián que quedaba en pie, junto a algunos sonidos extraños, como de metales chocando.
”¿Otro sujeto?... ¿o acaso el que queda ha traído algo metálico para golpearme?... en cualquier caso, ¡tengo que moverme y escapar!”
Mi mente me permite pensar por lo menos en un plan de acción, intento con ansias de retomar fuerza en mis piernas, las cuales aún parecen responderme y con lentitud me levanto un poco, por lo menos lo suficiente como para poder correr en cuanto así lo decida, levanto mi rostro hacia donde se supone que esta el ultimo sujeto para así saber dónde golpeara y poder actuar en consecuencia, pero lo que mis ojos rojizos reflejan no es precisamente lo que me esperaba encontrar, mi expresión, que claramente demuestra dolor, cambia ligeramente, mi mirada por lo menos, ahora también demuestra sorpresa, y es que junto al sujeto se encuentra una chica, de inhumanas características, particularmente en sus ojos, los cuales no reflejan nada, parece nada más que una bestia salvaje o un cazador preparado para el ataque.
”¿Más problemas? ¿Acaso me he metido en tantos problemas solo por entrar a un parque? ¡Maldita sea! ¡Pero aún más maldito sea el momento en que deje mi guardia abajo!”
Con este último pensamiento doy un paso hacia atrás, para quedar frente a frente con la chica, la cual no parecía ser del mismo nivel que los sujetos de hace poco, aun con mi percepción alterada, logro escuchar las palabras de la chica, algo inesperadas para alguien que es compañera de aquel grupo, a menos que no sea ese el caso, pero claramente no soy de esperar a un salvador, por lo que aun abrazo la idea de escapar mientras pienso en ganar tiempo.

- Eh?... ah, sí, no puedo permitirme meterme en problemas, y mucho menos por escoria como esa… tu… ¡que asuntos tienes aquí? No parece que vengas con ellos, parece que más bien, eres alguien muy diferente… -

El sujeto restante pierde la compostura, y sus nervios están al límite de la cordura, al ver que aún no he caído, supone que puedo seguir, y decide por tratar de subir su posición en la situación, para lo cual toma la tonta decisión de tomar rehenes, en un desesperado intento por escapar, o en el mejor de los casos controlar la situación. El hombre se abalanza entonces hacia la chica de cabello azulado, mientras supone atraparla por el cuello y someterla con su otro brazo.

- ¡¡si te mueves, le cortare la cara a esta niña!! –

Contando sus pollos antes de que siquiera nacieran, el hombre ataca a la recién llegada de forma descuidada, aunque ni él ni yo sabíamos, esa sería la peor decisión que podría haber tomado en su vida aquella pobre alma…

Off: No te preocupes, de hecho, llegas en buen momento, estaba a punto de rendirme con el tema, bienvenida seas =)

La albina se notaba notoriamente nerviosa, no era algo que fuera sorpresivo en cuanto a la situación, después de todo Eve era una completa extraña para ella. Sin embargo la desaliñada pequeña no parecía ser consiente de aquellas resoluciones tan lógicas, pero tampoco parecía molestarse por aquel trato por parte de la contraria, después de todo estaba tan acostumbrada que ni siquiera le importaba, sin embargo al escuchar sus palabras se llevó el dedo pulgar a los labios pensando en una respuesta, no era una chica de muchas palabras, después de todo, aunque lo fuera no contaría la historia de su vida directamente.

—No tengo ninguno… Supongo…— Su único asunto allí era el comer y eso ya lo había hecho, ahora tenía las identificaciones y el dinero de aquellas personas en el suelo, inmóviles, como cadáveres capaces de respirar aun. Pero ¿Por cuánto tiempo? Casi se había olvidado del hombre a sus espaldas cuando este la atrapó por el cuello y colocó lo que describía como un objeto filoso justo frente a su cara, gritando para darse valor a sí mismo y escandalizar a las otras dos chicas. Eve no conocía la reacción de la contraria pero ella seguía apacible como siempre, como si no hubiera pasado nada, bueno, con una excepción debido a que sacudió la cabeza. “Gritas mucho” Pensó, por sus parpados medianamente cerrados se podía notar adormecida pero ese ruido tan fuerte actuó como fuerza que forzó el despertar de aquella mirada depredadora, los ojos de una serpiente que como lanzar atravesaban todo ser que se cruzara con esta.

La menor alzó la mirada hacia este hombre que parecía más asustado que enojado, quien por un segundo bajó los ojos hacia esta. La mano de la “rehén” seguía en su bolsillo y finalmente su dedo índice hizo presión sobre el filo de su navaja logrando que un hilo de sangre de color azul eléctrico saliera de su cuerpo. Finalmente unas palabras coherentes salieron de sus labios. —Me molestas— Y con esas palabras su  mano con una espina, parecida a una extensión safírica de su uña atravesó de lado a lado la muñeca del hombre, haciendo que los huesos de su mano se soltaran de los de su antebrazo y que este llorando por el dolor de su miembro perdido permanentemente se retorciera en el suelo.

Eve parecía el polo opuesto a Yuriko, ya que ahora liberada se notaba que no mostraba ni el más mínimo disfrute, sino algo silenciosamente más aterrador, una mirada que pese a sus pupilas reflejaba la más simple naturalidad, incluso como una rutina. Pero eso no era todo, no iba a perdonarle la vida, cuando hacía algo siempre lo terminaba. Por lo que antes de que antes del hombre descubriera la bestia con la que se había encontrado pisó con fuerza su cuello, estrangulándolo con la suela de su zapato. No era un gran espectáculo como las ejecuciones anteriores, no era satisfactorio ni mucho menos, simplemente con el peso de la mercenaria haciendo presión sobre la tráquea del hombre que por haber estado gritando ya no le quedaba aire con el cual sobrevivir. A los pocos segundos dejó de moverse, aún estaba vivo, su respiración ahora que la chica había retirado su pie era débil, pero seguía respirando.

No pasó un solo segundo, un nuevo pisotón y el ruido desagradable de un hueso roto hicieron que esa débil respiración se detuviera y para colmo de esa vida recién cegada la pequeña victimaria se inclinó y sacó del bolsillo de este su billetera, sacando un pequeño fajo de billetes y guardándoselo en el bolsillo, no necesitaba la identificación de un cadáver. Después de aquel movimiento descartó la billetera dejándola caer al tiempo que se daba la vuelta para mirar a la estudiante, dando lentos y tranquilos pasos al tiempo que su arma blanca formada del misterioso material que se asemejaba al profundo mar cambiaba de forma volviéndose un brazalete alrededor de la muñeca de esta permitiéndole  cerrar el puño, estirándolo y volver a mirar frente a frente a la otra y con extrema calma comentó.

—Gritaba mucho— y volviendo a mirarla con ojos adormilados, como si nada hubiera pasado prosiguió —¿Tienes asuntos aquí?—

Realmente no me preocupaba en lo más mínimo aquel sujeto, llegados a este punto, entre más me quedaba mirando los ojos de aquella chica, más me convencía de que la verdadera amenaza, y la que no quiero enfadar ahora es a ella, por suerte, conforme pasa el tiempo, mi condición se estabiliza, ya debo llevar cerca de 10 minutos desde que alcance mi limite, hace falta tener mente fría y por lo menos toda mi atención para manejar esta situación.
Tal y como me suponía, en cuanto el pobre sujeto atrapo a la chica, está claramente ni cambio su expresión al respecto, no se movió, no se inmuto, y en cuanto ella decidió hablar, un destello azulado salió desde sus dedos, lo siguiente que sucedió fue un pequeño espectáculo de sangre, donde una mano fue amputada, y el sujeto realmente expresaba muy bien la definición de dolor, revolcándose en el suelo, gritando desgarradoramente y perdiendo su vida lentamente.
Pensándolo en retrospectiva, incluso si ella no hubiera hecho nada más, con que nadie hubiera acudido en ayuda del sujeto, este igual habría muerto por desangramiento. Pero evidentemente, a aquella chica eso le tenía sin cuidado, usando su pie asfixia al sujeto hasta que este dejo de moverse, y finalmente aplasto su columna y tráquea, aplicando una devastadora carga con su pie.
En ningún momento sentí alguna mala impresión al respecto, después de todo, yo sería capaz de realizar prácticamente lo mismo, de hecho, incluso podría haber desprendido su cabeza del lugar con mi pie, pero lo ligeramente escalofriante era que en ningún momento cambio su expresión, ligeramente movió sus ojos, de esa forma no solo es muy difícil averiguar sus intenciones, sino que además es difícil averiguar sus métodos o personalidad. La chica toma entonces el dinero del cadáver de su billetera y finalmente se acerca a mí, esta es una situación compleja, no estoy segura de si esta chica quiere seguir conmigo, o si quería ayudar, en cualquier caso, ahora se encuentra cerca de mí, preguntando mis asuntos en el lugar. Claramente no puedo decir que no, pues aun necesito llegar a casa, además que lo último que quiero es mostrarle mi espalda a esta chica, me da la impresión de que en cuanto me dé la vuelta, me atravesara seguro, pero tal vez, lo mejor sea tratar de ganar algo de tiempo.

- De hecho… si, me encuentro en una cacería… estoy buscando al líder de la pandilla a la que pertenecen estos sujetos… recibí información de que se reunirían aquí esta noche, pero solo encontré a estos 6, además parece que me pase un poco con la emoción del momento… y ahora estoy tomando un respiro… -

Por supuesto, casi en su totalidad lo que dije fue mentira, pero en mi perspectiva, es mejor dar a pensar que no estoy débil y que tan solo me he agotado un poco, que dar a entender que me encuentro vulnerable, y que solo quiero largarme del lugar, por el bien de este plan, tomo un profundo respiro y me paro derecha, como si ya no estuviera falta de aliento, además, trato de mostrar una sonrisa confiada mientras me fijo en el brazalete azulado que la chica tenia, hace menos de 5 minutos no tenía ese brazalete, y después de asesinar a aquel sujeto, ahí se encontraba, parece que se trata de un material cristalino, a juzgar por la versatilidad que ha mostrado, seguramente ella lo manipula a voluntad, si tan solo no fuera escalofriante, seria incluso algo interesante investigar un poco sobre su anatomía, sea lo que sea, no tiene más que la apariencia de un humano, pero definitivamente es algo más, esta chica podría llegar a ser muy interesante, si no fuera porque no tengo idea de lo que piensa…

La mirada de la pequeña se perdía en el más mínimo detalle, los autos de la calle, las moscas que pasaban entre ellas dos o tan siquiera frente a su mirada o diminutos movimientos en los límites del parque. No era porque tuviera el más mínimo de miedo de ser encontrada y capturada sino porque la verdad no me importaba tanto la respuesta de la albina, a pesar de que fuera ella quien hubiera preguntado.

Sin embargo la respuesta fue tan extraña y en cierta medida, surrealista, que tuvo que volver sus ojos, clavando su mirada vacía en las sangrientas lagunas de la contraria, limitándose a analizar su respuesta parte por parte, llevándose el dedo índice de la mano faltante de brazalete al labio superior en un intento de pensar, había algo extraño en lo que había dicho y cuando notaba algo extraño era porque era algo equivocado, la mayoría de las veces algo bastante evidente.

—No tienen tatuajes ni marcas— pronunció en casi un susurro, desviando la mirada a los cuerpos a su alrededor. Los había registrado, en especial a su cabecilla por lo que si hubiera notado algún tatuaje o marca típica de una pandilla o mafia (como la falta de uno de sus dedos). Además de que no había tomado eso en cuenta en su razonamiento pero no la habían reconocido, lo cual lo hacía aún más difícil, aunque, de nuevo, la menor no lo había considerado en el momento de su deducción.

—No pertenecen a ninguna pandilla— concluyó moviendo su dedo de sobre sus labios a jugar con aquel mechón de sus cabellos que sobresalía delos demás estrangulado por una banda elástica que seguía como accesorio. Dio un par de pasos al frente estrechando la distancia entre ellas dos, no excesivamente como para invadir su espacio personal pero ahora eran menos de 30 centímetros los que separaban a las dos chicas, algo peligroso para ambas pero Eve ignoraba (en más de una manera) ese peligro por su parte a pesar de ser consciente de que no era superpoderosa.

Inclinó la cabeza hacia un lado tras varios segundos de incomodo silencio como si esperara una clase de respuesta de ella. “¿Intentó mentirme? ¿Por qué?” intentaba descifrar desde lo profundo de su memoria. Sinceramente esa curiosidad había sido como una chispa que hacía que la chica de ojos singulares se atrajera cual polilla a la luz de la estudiante. Siendo que no ser por eso se habría ido hacía un rato ya, simplemente dejando aquella pregunta a medias siendo lo más probable.

La menor finalmente bostezó, volviendo a apagar aquella ínfima llama que luchaba por aparecer en sus ojos de la manera que fuera. No era que sintiera el bajón de alguna clase de adrenalina o tan siquiera de su azúcar, simplemente estaba comenzando a aburrirse por no decir que volvía a tener hambre como si su quisquilloso cuerpo reclamara alguna compensación por las gotas de sangre recién utilizadas para cegar el alma de aquel ser que yacía en el suelo. “Tengo hambre” repitió sin alejar por un segundo su mirada de los ojos de la contraria. Una ráfaga de viento se presentó finalmente en el lugar sacudiendo los cabellos y ropa de ambas así como la de los cuerpos de alrededor, era sorprendente que aun en un refugio como ese se dieran el privilegio de emular el viento, como emulando incluso las cosas no tan importantes del mundo del que venían o de casi cualquier otro y con una cara de “¿Y bien?” esperó la respuesta de la contraria ¿Lograría mantener su atención? ¿O tan siquiera querría hacerlo?

En cuanto aquella chica escucho mi excusa para estar aquí, sentí de alguna forma que no saldría bien, sus ojos no se inmutaron con escuchar nada de lo que dije, parecía más bien que estuviera prestando atención a otras cosas, excepto en el momento que termine de dar mi explicación, unos segundos después de ello sus ojos inhumanos se clavaron en mis rubíes, una sensación ligera de molestia se sintió en mi interior y como resultado pequeñas y casi imperceptibles gotas de sudor aparecen en mi frente, aun sin darme cuenta, ni siquiera empezar a derramarse, un poco de tensión acaba de brotar de mí, pero no por la temporal perdida de mis poderes como hace unos segundos, sino por lo que podría ser una inminente confrontación, si no llego a jugar mis cartas correctamente.
”Maldición, esto no está bien, ella está descifrando la mentira demasiado rápido!”
La chica dice en voz baja pero lo suficientemente audible para mí lo que es evidente, ninguno de los sujetos que se encuentran con nosotros tiene la marca de un tatuaje, algo que todo pandillero real debería tener con el fin de diferenciarse del resto de ellos, o por lo menos para identificar a sus camaradas.

En cuanto la chica llega a la conclusión de que la parte más importante de mi argumento es mentira, realiza un gesto con su mano y segundos después la distancia entre nosotras se reduce drásticamente, naturalmente doy un paso hacia atrás ante tal movimiento brusco, si tuviera ahora mis poderes activos, podría haber respondido a lo que podría tomarse como una declaración de guerra, pero el dolor en mi cabeza aun es persistente, y no puedo hacer nada más al respecto.
”No! Aun no puedo permitir que esto termine así! Si ella ataca, con ese poder suyo que aún no conozco, estaré frita! Piensa, piensa… aun estimo que me hacen falta 10 minutos para recuperar mis poderes, pero con el dolor de cabeza no podre aguantar lo suficiente… debo tratar de desviar el tema, ya sé...”
Lentamente muevo mi mano, la pongo sobre mi estómago y mientras un tic nervioso invade mis cejas, finalmente exclamo.

- Ah-ah, esto es aburrido, de repente me ha entrado un poco de hambre, ¿no sientes lo mismo?… oye, ¿quieres ir a comer algo? Yo invito… -

Esto era todo, la mejor excusa y forma de evitar el tema y mantener la “paz” en la situación fue esta, era tan avergonzante que incluso mis blancas mejillas encontraron sangre suficiente como para sonrojarme ligeramente, de hecho, incluso a mí me ha hecho sentir que es una excusa demasiado plana para todo, pero por lo menos por el momento es lo mejor que tengo, así que esperando lo mejor, espero la respuesta de la joven, que ahora que lo analizo, parece de cierta forma una versión contraria a mí...

Era cuando menos interesante observar las reacciones de la albina de ojos de rubíes. Se la notaba algo nerviosa, y eso era aunque la pequeña ni siquiera se concentraba en entender las reacciones de la contraria, pero era algo notorio, llegar hasta el punto de llegar a sudar. “¿Qué tiene que temer? ¿Piensa hacerme daño?” pensó por un efímero momento; de ser así debería eliminarla en el intente. Atravesar su garganta de una sola puñalada sería en definitiva la cosa más segura e ideal a realizar.

Sin embargo mientras ve se pensaba en si acabar con ella o si no ella dijo algo que llamó su atención. ¿La invitaría a comer? ¿Entonces estaba nerviosa porque era tímida de alguna manera? Ella realmente no estaba segura, sin embargo de sus labios salieron unas palabras afiladas como cuchillos. —¿Entonces debo tomármelo como una disculpa por mentirme?— Sin embargo sonaba más como una pregunta sincera que como una acusación directa. Tras unos segundos bastante contados en el que el ambiente podía cortarse con un cuchillo finalmente alzó los hombros con poco interés y cortó los treinta centímetros que las separaban a base de dos pasos.

Lo que en principio pudo interpretarse como un ataque directo resultó al final en Eve tomando el antebrazo de Yuriko para seguirla a donde fuera. Ahora que le había invitado a comer era poco probable que se librara de la niña hasta que estuviera satisfecha a menos que la atacara y aun así era posible que se deshiciera de una traicionada y poco amigable Eve que solo se fortalece de sus heridas.

—Vamos— Terminó por avisarle finalmente. Sinceramente era poco probable que la albina quisiera permanecer rodeada de hombres inconscientes y un cadáver, en especial conociendo que dentro de lo ineficientes que eran las autoridades en ese lugar al menos tendían a encontrar rápidamente los cuerpos. Con el brazo de la chica de ojos de rubíes tomado con cierta fuerza con su mano diestra comenzó a caminar en dirección a la otra salida del parque por la que ninguna de las dos había entrado (aunque Eve no sabía por cual había entrado Yuriko) y justo en la salida se detuvo esperando a que ella la guiara hacia el lugar donde iba a invitarle una cena, probablemente, la mejor cena que habría tenido en meses.

Tal vez la chica de cabellos azulados no lo tomaba en cuenta pero su agarre podía tomarse como una advertencia más, no solo porque su dedo lastimado estaba pegado al brazo de la otra, lo cual por sí mismo podía ser mortal, sino también porque en esa mano estaba el brazalete cristalino, que en el peor de los casos podría llegar a ser mortal. Aunque mirándolo de cierta manera, con Eve todo podía llegar a ser mortal. A lo lejos ya se podían escuchar las patrullas sonar, si no se iban dentro de poco probablemente ambas se meterían en un gran problema. Por la parte de Eve no le preocupaba ni en lo más mínimo, ya en teoría la perseguían, pero era probablemente los hombres desparramados alrededor apuntarían con el dedo a la albina diciendo que ella es la culpable, tal vez por rencor, tal vez porque genuinamente pensarían eso, pero era cierto que en madera de testigos todos estarían en contra de la estudiante. Eve bostezó, comenzaba a aburrirse, lo cual era notorio, quería saber a donde la llevaría, después de todo, ella invitaba, lo justo sería que ella eligiera el lugar. Los ojos de Eve se volvieron a ver directamente a los de la contraria. Sus intenciones seguían siendo un misterio hasta para si misma. “¿Vale la pena matarla ahora que puedo?”

Durante unos estresantes segundos que parecieron minutos, el silencio gobierna absolutamente el parque, después de todo lo que había sucedido hasta ahora la niña responde a mi propuesta con una pregunta que aunque no es ofensiva, sí que es tajante al punto que hasta pude sentir como si un puñal me hubiera atravesado el pecho con sus palabras. Luego de otro momento de incomodo silencio, la niña incluso se acerca más, instintivamente doy un paso hacia atrás pero es muy poca distancia y de todas formas puedo notar que ella está directamente frente a mí, sin embargo, la sorpresa está en que la sensación de contacto que me transmite mi cuerpo  es de las manos inesperadamente suaves de la niña, agarrando mi antebrazo sin decir nada lo cual me deja helada en mi sitio por un tiempo, hasta que ella misma pide que empecemos la marcha.
“Acaso… ¿está dispuesta a tomar mi oferta?...”
Mi sorpresa no termina pues la niña incluso me lleva con una considerable fuerza hasta la salida del parque, hasta encontrarnos en la salida contraria por la cual yo entré. Tras lo cual finalmente la niña parece esperar a que yo lidere el camino, miro de reojo hacia el lugar donde me tiene agarrada, ya que normalmente no necesito realizar actividad física, soy bastante débil cuando no estoy en capacidad de usar mis poderes, por lo cual el agarra era bastante fuerte para mí, y seguramente me dejaría marca por el resto de la noche, pero teniendo en mente que gracias a todo esto aún estoy con vida e intacta en general, definitivamente debo llevar a esta chica a aquel restaurant cerca del parque que probé aquel día.

- Muy bien… entonces vamos por aquí, es un lugar bastante delicioso donde venden el mejor espagueti que he probado… -

Aun intentando mostrarle una sonrisa que se nota forzada, empiezo a caminar llevando a la pequeña de mi brazo, una imagen que para los desconocidos podría verse como bastante normal, pero que aún ahora me generaba estrés como no tenia en mucho tiempo, por suerte, pronto tendré de vuelta mis poderes, de esa forma por lo menos no tendré que preocuparme por sus poderes…

A la albina aún se la notaba algo nerviosa, algo por no decir mucho. Siendo que Eve comenzaba a fijarse y sospechar de ello. “¿Está planeando algo?” escuchó sus palabras. Tal vez estaba pensando en lastimarla tendiéndole una trampa. Si lo hacía Eve se sentiría increíblemente traicionada. No era algo normal el que fueran amables con ella. Por eso una cosa como la traición haría que su ira surgiera. No descansaría hasta el punto en el que la persona que la hubiera traicionado sufriera la perdida de cada gota de su sangre. Un pensamiento algo extremista, propio de alguien tan extraño como ella.

Por un momento, antes de seguirla en su caminata la criminal entrecerró la mirada intentando predecir las intenciones de la contraria con resultados bastante ineficientes. Por más obvio que era el hecho de que de alguna manera le tenía miedo ese pensamiento ni siquiera se le pasaba por la cabeza. Era como estar drogada, como si su capacidad de medir el sentido común fuera nula o directamente inexistente.

—Tu piel es bastante suave— comentó Eve ya caminado por fin con ella. Tal vez tendría mucho más cuidado desde ese punto en adelante. No quería que le hicieran daño porque le dolía. “Debería ser bastante fuerte. Ella sola tiró al suelo a todos esos sujetos” pensó, mientras que con su mano libre pasaba el dedo índice suavemente por la piel de esta, experimentando la suavidad de una piel casi como la de un bebe sin notar la marca que hacía con su otra mano al agarrarla con cierta fuerza, si llegaba a darle con más fuerza tal vez incluso le dejaría un moretón con la forma de su palma, peor por supuesto, no consideraba ninguna de esas cosas, puesto que ella pensaba que casi todas las personas eran medianamente resistentes, a menos que solo fueran basura como los sujetos que dejaron atrás rápidamente.

—¿Qué es espagueti?— su mirada se clavó, como ya era normal, en los ojos de la contraria. Sin detenerse ni por un segundo. Para ella, la comida de las tiendas de conveniencia y la comida deshidratada del espacio era caso todo lo que conocía. Por no hablar de bebidas alcohólicas, de las cuales si conocía unas cuantas y había probado unas cuentas más a pesar de su supuesta menoría de edad tanto aparente como psicológica. Observaba las calles y escuchaba a lo lejos finalmente el sonido de las sirenas de policía, más para ese punto ya se encontraban en la esquina. Sin duda la identificarían como la criminal si solo se basaran en pruebas. Pero si no lo hacían habría un gran consenso.

Al poco tiempo simplemente ignoró la supuesta escena o el posible problema al que se encontrase. No le importaba, ya había hecho cosas peores que esa en el pasado. Ahora mismo solo le importaba el conocer si la albina quería lastimarla o molestarla o sus intenciones eran sinceras. Confiaba en su promesa de una extraña comida gratis que desconocía. Solo deseaba que no fuera nada demasiado amargo, realmente no le gustaban las cosas amargas. No tenía mucho más que hacer más que seguirla y esperar a que esta la respondiera. Podía ser algo incómodo ya que la misma mercenaria no era del todo comunicativa, diciendo solo un puñado de palabras cada vez que tenía que hacerlo pero por lo demás, silente como si de un androide se tratara, pudiendo ser confundida con uno si no fuera por el pequeño calor que infundían su mano y dedos, el calor suave que solo podía infundir un ser vivo.