La situación era algo anormal, los habían enviado a este planeta desconocido a explorar la flora y la fauna, al menos a los científicos, el trabajo de Belcross y los demás soldados era protegerlos, todo en teoría muy esquematizado y organizado, pero la nave que los había traído los dejo tirados en el planeta. Todo nos lleva a que actualmente tenían suministros contados pero estaban en una buena ubicación, tenían agua y otros recursos, el problema y esto lo genero una de los científicos, es que al ser la única mujer del grupo tenia cierta paranoia con que los demás podían propasarse con ella, cosas como esa ponían a prueba el auto control de Belcross ¿Cómo era posible que en una situación donde tenían que racionar alimentos y demás pensar en cosas banales como esas? Al menos ese era el pensamiento del gigante, probablemente los demás soldados no pensaran así y si como temía la científica.

Él no tenia problemas con las distribuciones extrañas de los soldados y la científica a la hora de dormir, se limitaba a pasar la noche recostado de una piedra que trajo de las cercanías y la coloco al lado del fuego. Los días como hoy pasaban normales, hacían intentos para comunicarse, buscaban leña para mantener vivo el fuego y tomaban turnos para bañarse, que como cosa rara la mentalidad de la científica dificultaba aun esas tareas, no sabían mucho sobre la fauna nativa del planeta y era sumamente peligroso alejarse del campamento, aun así ella no quería que nadie la “espiase” y se alejaba en el lago. De repente se escucho un grito proveniente del lago, Belcross quien se encontraba montando guardia en el campamento fue corriendo hasta el lugar pensando que algo malo había pasado.

Cuando llego se percato de que la científica estaba observando lo que parecía ser una piedra brillante, oro por su tonalidad amarillenta – Pensé que algo malo había pasado… - dice haciendo caso omiso a la vestimenta o falta de ella, de la mujer – por favor termine rápido y no vuelva a hacer un escándalo como ese, no sabemos que clase de bestias hay en las cercanías – luego de decir eso se coloca detrás de una formación rocosa en el lago, ahí se limito a esperar a que la mujer terminase lo que estaba haciendo para que ambos volviesen al campamento. La roca cortaba visión directa, con ello evitaba la posible reacción a que la estuviesen “espiando” pero estaba lo bastante cerca para asistirla en caso de algún peligro.

Por unos momentos se distrajo y bajo la guardia, eso permitió que algo con un extraño aleteo se acercara bastante, tanto que cuando Belcross se dio cuenta de ello se puso inmediatamente frente a la roca solo para ver a un insecto gigante. Podía arrojarle la piedra pero el impacto provocaría gran cantidad de ruido, justo lo que no debía pasar, de modo que comenzó a acumular energía en su brazo, planeaba explotar a la criatura en el aire, pero comenzó a alejarse, dándole así una sensación de alivio pues no tenia que emplear la fuerza y podrían terminar todo con bastante calma. Se disponía a regresar nuevamente a la posición anterior cuando hablo la científica, haciendo varias preguntas, algunas bastante tontas – Mi nombre es Belcross, sobre si vi al insecto gigante me toca decir que si, y sobre si he visto su ropa tengo que decir que no, se supone que es usted misma quien tiene que cuidar sus cosas y recordar donde las coloca – dice Belcross dándole completamente igual que la científica no tuviese nada encima, como se menciono con anterioridad para él era un asunto completamente sin importancia.

Se puso a analizar unas cosas, si en verdad ella no tenia su ropa cerca, podría ser un problema que volviese al campamento así, habría que pensar en algo, quizas volver el mismo a la carpa de la científica y traerle algo de ropa. Ambos no eran conscientes de que algo los estaba siguiendo desde que llegaron al planeta, se encontraba en la espesura acechante y vigilante, era algo nativo del planeta, pero no era amistoso, pensaba en el grupo como posible comida, pero estaba hasta cierto punto intimidado por la presencia de Belcross y las armas de los soldados, era muy inteligente esa criatura pero no había visto nada como lo anterior mencionado y se mostraba cauteloso, esperando su oportunidad.

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La mujer tenia un comportamiento bastante extraño, sobre todo porque de forma algo torpe intento agarrar su toalla, se aproxima además soltando algunas frases, la primera le hizo arquear una ceja – No le digo que hacer, solo recalco lo obvio, son sus cosas y tiene que cuidar…. – no termino la frase cuando escucho el resto del comentario, inmediatamente alzo la mirada y observo en todas direcciones, había algo que antes no estaba ahí, un olor a azufre, una simple formación rocosa o algún animal, independientemente de la situación podía notarse como del cuerpo de Belcross comenzaba a brotar un ligero vapor rojo, su expresión cambio de relajada a algo mas parecido a molestia – algo nos observa – bajo la mirada para observar a la mujer, aparentemente el nerviosismo de lo que podría estarlos vigilando le hizo perder el equilibrio y le pidió que la cargaran – sin problemas, solo no se mueva – alzo a la mujer, poniendo luego su brazo derecho en forma de letra L para que pudiese mantener el equilibrio y no se cayera.

Comenzó a caminar a paso ligero hacia el campamento, no tardo mucho aunque se le quedaron mirando cuando vieron a la mujer que traía en sus brazos – no se les ha perdido nada – lleva a la científica hasta su carpa y la baja hasta el suelo – listo, aproveche para cambiarse – luego se levanta y camina hacia el encargado de comunicaciones, no tarda en notar algunos pasos de los demás soldados – si se acercan a esa carpa antes que salga la científica los hago puré ¿esta claro? – tenia suficiente con lo que podría estar asechando como para tener que lidiar también con un grupo de soldados que no podían mantener la compostura. El oficial de comunicaciones le informa que el primer transporte se había retirado por un desperfecto y que su grado de urgencia le impidió avisar a tiempo, según habían enviado otro transporte que estaría llegando en unas cuantas horas, una buena noticia para variar.

El gigante decidió que era mejor asegurar el perímetro, por ello se adentro en la espesura, no avanzo ni diez metros cuando encontró una especie de roca brillante, parecía roca volcánica y tenia el mismo olor a azufre, se dio la vuelta un momento para ver que tan lejos estaba del campamento. Un sonido algo raro, un resoplido había sonado, Belcross se dio la vuelta rápidamente solo para recibir un golpe que lo mando volando directo al campamento y le hizo estrellarse contra la roca en medio del campamento, el impacto tuvo tanta fuerza que la pulverizo y alzo una nube de polvo. La roca volcánica comenzó a aproximarse al campamento hasta mostrarse como una enorme criatura que tenia un aspecto similar a un golem, cubierto de placas rocosas y que escupía un aliento similar al fuego. Los soldados abrieron fuego pero sin mucho éxito, siendo que el animal logro tomar a uno con una de sus patas y se disponía a comerlo, pero en eso una fuerte ráfaga de energía salió de la nube de polvo golpeando a la criatura en la mano, esto permitió al soldado escaparse de lo que podría haber sido una fuente segura – ¡Te aplastare! – exclama Belcross desde el lugar del impacto, las marcas de su cuerpo brillaban con bastante intensidad.

El gigante estaba enojado, muy enojado, esta cosa estaba siguiéndolos desde hacia bastante tiempo, probablemente estuviese pensando en que serian un buen almuerzo, pero se equivocaba, ninguna criatura mágica o no, pondría en peligro a sus compañeros, no mientras el estuviese presente. Con un fuerte rugido Belcross se abalanza sobre aquella monstruosidad, un combate un poco intenso entre esa cosa y el gigante era completamente inminente.

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