Una pequeña sonrisa se dibujaba en los labios de la pelirroja al fijarse en el llamativo letrero de aquel local… “Desire”, aquel sin duda había sido un nombre bastante acertado teniendo en cuenta el ambiente que lo rodeaba, aunque para su gusto resultaba demasiado simple, pero a juzgar por lo concurrido del lugar, parecía que había tenido bastante éxito. Era curioso lo que unas simples letras acompañadas de una fuerte luz de neón rojiza conseguían… Dianna observaba a la gente que esperaba con paciencia en la entrada como si fueran una panda de idiotas descerebrados. Aquel lugar no tenía nada de especial, era un local pequeño, con una música estridente y de mal gusto, una bebida de mala calidad y con un precio abusivo…Ni siquiera el personal resultaba lo suficientemente atractivo como para creer que se debía a ellos una parte del repentino éxito de aquel lugar.  

La razón que había llevado a la pelirroja hasta ese lugar no era en absoluto por diversión, de otro modo habría elegido locales de mayor categoría, pero desgracia para ella, la persona que buscaba aquella noche parecía tener un gusto peculiar por los clubs de ese estilo. Eso le hacía pensar en lo fácil que le resultaría manipularlo o llamar su atención. Conocía perfectamente lo gustos de su futura presa, los había estudiando en los últimos días lo suficiente como para saber que le resultaría imposible el no fijarse en ella aquella noche.  Hasta el mínimo detalle de su apariencia estaba pensado para hacerlo. Su cabello, aunque era de un pelirrojo natural, aquella noche poseía una tonalidad escarlata bastante llamativa, su mirada normalmente de un caoba suave había pasado a un celeste blanquecino y su vestuario dejaba muy poco a la imaginación, tratándose este de un ceñido vestido negro con la espalda por completo descubierta y un escote en V que parecía no dar abasto para cubrir sus pechos, que de forma natural no eran tan llamativos. Una apariencia basta, que rozaba el mal gusto…aquel era su disfraz.

Con aires de superioridad, ignoraba por completo al gentío que aguardaba en la entrada para dirigirse directamente al personal mostrándoles sin mediar palabra una pequeña invitación, permitiendo su entrada al acto. Por supuesto se trataba de una invitación completamente falsa, pero aquellos idiotas no eran lo suficientemente buenos en su trabajo como para diferenciarla de la original, incluso un profesional hubiese tenido problemas para hacerlo.

El ambiente en el interior no mejoro la opinión que poseía de aquel lugar, como esperaba, todo se encontraba abarrotado hasta el punto que resultaba agobiante. Sabía dónde se encontraba aquel hombre, pues siempre solía sentarse en el mismo lugar, un reservado cerca de la barra donde podía ver todo de lo más cómodo y en el que las chicas le dedicaban algún que otro espectáculo.

Deslizándose entre la multitud con naturalidad, conseguía llegar hasta la barra, donde comenzaba a mirar de un lado a otro como si estuviese perdida, aunque sabía perfectamente lo que hacía- ¡Ey! ¡O-oye! – Exclamaba con una dulce voz que apenas se hacía escuchar por encima de la música lo suficiente como para llamar la atención del camarero. Y no solo eso, su baja estatura no le facilitaba el hacerse notar entre el resto- ¡Oiga! – Exclamaba de nuevo dando un pequeño respingo para llamar la atención del barman, obteniendo el mismo resultado. Formando un pequeño mohín con los labios parecía que fuese a ponerse a llorar en ese instante, siendo en ese momento en el que sentía posarse una mano sobre su hombro, provocando que girase y se encontrase con un tipo que le triplicaba el tamaño. El cual comenzó a explicarle antes de que saliese corriendo, que su jefe le había invitado a tomar asiento con él. La expresión de Dianna se iluminaba al tiempo que le agradecía el gesto, mostrándose en ese momento como una dulce chica a la que habían ayudado y de la que sería muy fácil aprovecharse. Todo estaba yendo mejor de lo que había planeado.

— Me gustaría saber desde cuando empece a aceptar trabajos de este calibre... — Suspiró para si mismo. Su queja no fue escuchada nada más que por él. Normalmente no aceptaba trabajos tan... simples, sin embargo la paga era buena, pero aun así no le gustaba para nada. Lo único que sabia era que tenia que matar a alguien, o capturar, el decidía cual de las dos opciones según fueran las cosas. — Espero al menos me divierta un poco, si es demasiado simple voy a estar muy decepcionado. Diviertame bastante, linda dama. — Murmuró jugando con la foto entre sus dedos mientras la observaba con aburrimiento. Los que habían tomado la foto ni siquiera lo habían podido hacer, estaba borrosa, pero aún así se podía apreciar algo de su objetivo, y casi le daba lastima tener como objetivo a una joven atractiva que en otra circunstancia no hubiera dudado en intentar seducir.

No había hecho demasiado por ocultarse a pesar de ser buscado por el hecho de que era un "criminal" a los ojos del gobierno de Eden, él se consideraba un sobreviviente más que un criminal. El único dato valioso que había obtenido de quien lo había contratado era que la joven aquel día probablemente vendría a cierto lugar . «Desire... lindo nombre. » Pensó mirando el letrero del local. Dudaba un poco si el informante que le había dado el dato estaba en lo correcto, pues no parecía un mal local, pero bien sabia él que habían mucho mejores que aquel. De todas formas entró sin mucho rodeo, no le costó demasiado infiltrarse en el lugar, aparte que la capucha si bien era algo simple, era efectivo para pasar desapercibido, igualmente entrando en el local, se la quitó, dejando su rostro al descubierto. Su ojo mecánico junto al humano empezaron a observar el lugar. No estaba su objetivo, al menos de momento. Y como de todas formas no iba a perder el tiempo, se acercó al barman y pidió una vaso de Vodka, vaso que no tardó en comenzar a beber mientras seguía mirando a los presentes  sin interés alguno. La música era mala, el vodka no era tampoco muy bueno y el ambiente no le gustaba demasiado tampoco, sin embargo hizo un esfuerzo por no irse del lugar tan solo por si llegaba su objetivo, que esperaba que fuera pronto o probablemente iba a terminar ebrio si continuaba pidiendo tragos.

No supo realmente cuanto tiempo pasó entre que él bebía uno que otro trago y miraba en silencio mientras su espalda reposaba en una pared. Había rechazado varias invitaciones para bailar, no tanto porque quienes se lo pedían no eran de su agrado, sino que pocas veces solía mesclar la diversión con el trabajo, en aquel sentido era "correcto" una palabra que pocas veces se podía aplicar a su persona. Como fuese, luego de su larga espera pasó algo que le llamó fuertemente la atención.  — Oh... Hasta que llegaste... — Susurró con una sonrisa ladina en su rostro. Si, había divisado a alguien que al menos se parecía un poco su objetivo, no podía asegurar que era ella, pero en cuanto al físico... no había duda que era similar. — Lo siento, preciosa.. puedes cambiar cuanto quieras, pero esa figura te delata un poco.. ~ — Rió leve. Se alejó de la pared, y se acercó un poco a la "sospechosa" de ser su objetivo del cual siquiera sabia el nombre. Obviamente guardó distancias, no estaba del todo seguro que era ella y lo mejor era observar la situación antes que empezar a actuar. Una vez mantuvo una distancia prudente, comenzó a seguirla de forma disimulada hasta donde iba junto a un tipo que de apariencia no le agradaba para nada. « Dudo que esa sea su presa... veamos a donde me lleva, señorita. » Realmente odiaba aquellos tipos de trabajos, pero quien sabe si este le ofrecía un poco de diversión.

Caminando tras aquel tipo se abría paso entre el gentío, resultándole aquel mastodonte de lo más útil en aquel momento. A primera vista parecía el típico guardaespaldas con mucho musculo y poco cerebro, al que no le costaría demasiado tumbar gracias a sus juguetitos…aunque aquello era algo que prefería evitar a toda costa. Realizar un trabajo limpio y rápido sería lo idóneo en ese caso.  Según se iban acercando a su verdadero objetivo, el fuerte aroma a licor y trabajo se hacía cada vez más fuerte, algo que le resultaba de lo más desagradable a la pelirroja, la cual no pudo evitar arrugar suavemente la nariz en un gesto involuntario de disgusto, aunque había que ser demasiado detallista para fijarse en ello, ya que su expresión dulce y de chica poco inteligente no desaparecía en ningún momento.

-Tu jefe debe ser un buen hombre, no todos se molestarían en ayudar a una chica como yo – Necesitó alzar considerablemente la voz para ser escuchada por aquel hombre, el cual se dedicó a responder con un simple movimiento de cabeza. No parecía demasiado interesando en ella más allá de lo encargado por su jefe, pero claro está, si ni siquiera era capaz de mirarle por más de cinco segundos seguidos, sería complicado averiguar hasta el punto en el que había conseguido captar su interés- Es la primera vez que visito este lugar…la verdad es que no estoy muy acostumbrada a ellos – De nuevo, tuvo que forzar algo más de lo normal sus cuerdas vocales para hacerse escuchar y esta vez, la respuesta por aquel hombre fue nula, ni siquiera se había molestado en dedicarle una simple mirada. El único gesto que volvió a recibir por su parte, fue en el momento en el que llegaban al reservado y se apartaba cediéndole el paso con la mano.

En aquel momento le invadió una extraña sensación, como si alguien estuviese controlando todos sus movimientos. Con un gesto casual y de lo más disimulado, echaba un rápido vistazo a su alrededor, sin encontrar nada que le resultase sospechoso. De todas formas, aun teniendo razón, sería increíblemente complicado dar con alguien entre todo el gentío, sin contar con la escasa visibilidad que ambientaba en local. El juego de luces parpadeantes, que iban y venían con tonalidades de lo más variadas que casi provocaban que tuviese dolor de cabeza, no eran de demasiada utilidad para dar con alguien…siendo esta una buena razón por la que había decidido dar el golpe en aquel lugar.

Desechando sus preocupaciones, se centraba por completo en los hombres que tenía frente a ella, sobre todo en uno, el cual desde el primer momento en el que la vio no paro de recorrer su cuerpo con la mirada de un modo que no podría llamarse sutil precisamente. Dianna se acercaba tomando asiento a su lado, aceptando al instante la copa que le ofrecían-  Muchas gracias, no sabe lo complicado que me estaba resultando conseguir algo para beber – A pesar de esto no probó ni una sola gota de aquella bebida, la cual podría estar perfectamente manipulada- Su hombre ha sido muy amable, si no fuese por él me habría costado la vida llegar hasta aquí – Añadía regalándole una agradecida sonrisa al mencionando, el cual de nuevo, prefirió desviar la mirada y centrarse en otras cosas que en responder a su gesto. ¿Tal vez sentía pena por la pobre chica a la que estaban tomando el pelo? Aquel pensamiento le resultó bastante divertido.

Como esperaba, aquel hombre no tardó demasiado en intentar acercarse a ella. Colocando la mano sobre su muslo, comenzó a soltar las típicas frases que Dianna se sabía más que de memoria. Prácticamente no escuchaba nada de lo que decía, limitándose la mayor parte del tiempo a sonreír como una tonta, manteniendo la mirada en todo momento centrada en él como si realmente le estuviese prestando atención, hasta que en un descuido, su copa fue a parar sobre el regazo de aquel hombre- ¡Perdona! – Exclamaba apenada, colocándose rápidamente de rodillas entre sus piernas tras tomar un par de servilletas con las que le limpiaba- Soy tan torpe... siempre me dicen que tenga cuidado y no aprendo… - Frotando la zona hizo que lo que se encontraba en el bolsillo de aquel hombre sobresaliera lo suficiente como para poder cogerlo sin que se diese cuenta. Él se encontraba demasiado distraído con las vistas que le regalaba Dianna desde su posición como para percatarse de la jugada. Aquel era un truco tan viejo que aun se sorprendía que diese resultado.