El despertador sonaba. Molestaba a mis oídos. Hoy no tenía que trabajar, pero me levantaría como. La gente no entendía si tenía la oportunidad de dormir, algo que amaba con mi vida como mi labor, despertarme a horas tan…temprana. Sinceramente, tomar un café en el balcón de mi casa, ver la avenida y sentirme cálida entre mantas era algo que me relajaba. Luego de eso me bañaría y cambiaría para así irme a hacer las compras. La tranquilidad que se respiraba, los pocos vehículos que transitaban las calles y los cielos dejaban oír una calma que a las nueve a.m. sería imposible. Se podía escuchar a la ciudad descansar, y los pocos que tendrían que salir antes de su casa… iban con aquel silencio total para no molestar a nadie. Porque internamente seguían dormidos.
Mis manos estaban algo frías por lo cual a la media hora había entrado a mi casa. Cuando deje la manta sobre el sillón quede en mis interiores de vaga. Si, esos deportivos y bombachudos que sus costuras no picaban, no hay necesidad de usar aquellas armas mortales dentro de un ambiente que nadie puede ver, o donde nada interesante va a pasar. De camino al baño quedaron por ahí tirados, yendo así a encender el agua caliente. Mi baño duró una hora completa, abuse del agua. Estaba tan linda que no quería salir. Usé tres toallas, una para el pelo, una para el cuerpo y otra para los hombros y corrí a mi habitación descalza. El suelo es de madera, pero luego de ese calor lo sentía todo frío. Abrí mi placard de par en par, note la escases de ropa que allí había, eso ocurre cuando dejas todo en tu oficina porque pasas más tiempo allí que en tu casa. Así tome una falda laaarga hasta el suelo, ajustada y hasta la cintura. Ciertamente alargaba mis piernas y el entrelazado de atrás le daba un toque sensual. Tranquilos, los interiores esta vez eran mejor, quizá al salir a la calle encontraría al amor de mi vida, ¿Quién sabe? Una camisa negra dentro con un cuello que llegaba hasta mi mentón, y mi pelo recogido. De abrigo llevaba un saco fino y uno más grueso, terminando encima con algo tipo un chal de piel sintética. “Supuestamente voy a hacer las compras”. Los zapatos eran unos con unas lindas plataformas. Los detallaría más pero cualquiera en su cabeza pensaría en robármelos.
Tomé la bolsa de las compras y me dirigí a la feria que abría en el parque cercano de mi casa. Ciertamente entre que compré verduras, los huevos, un poco de carne, y algo para tomar, ¡AH! Y algo para volver a casa y tomar un té con algo rico, había llevado una hora de robar miradas y suspiros. Estoy en una edad donde eso me gusta, lo disfruto. De joven no pude, pero ahora sí. Me fui a sentar a una banca de camino, pues no es que me había agotado pero aquel aire gélido era reconfortante. Pero mi vista no pudo pasar por alto algo, algo lindo. Por ende terminé levantándome de aquel asiento y caminando hasta allí, a pocos pasos deje mi bolsa y me puse incómodamente de cuclillas. Fui a estirar mis manos para tocar aquello tan suave, pero cuando pude ver ese movimiento dela respiración… me alarme.
-¿Ey? ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?