Sin más preámbulos, nos aventuramos hacia una trayectoria en concreto al seguir los firmes pasos del Yasei, limitándome a mantenerme detrás de su posición durante la agitada marcha bajo el manto lluvioso que seguía proporcionándonos la espesa jungla. En todo momento, mis manos permanecían ocupadas por la determinada arma HMG al entablar su agarre por su metálica composición de forma constante, mostrándome alerta ante un posible peligro que pudiera presentarse ante nuestra presencia una vez más. Los pasos por el barro eran continuos al igual que mi silencio, mostraba mi atención al entorno con la cautela de prevenir algún tropiezo por las estructuras irregulares del camino, esperando durante el transcurso la llegada a nuestro nuevo destino. Evidentemente, tenía absoluta preferencia por alcanzar la nave nodriza, pero tampoco rechazaría un poco de reposo en algún lugar seco durante unos cuantos minutos. Ante la molesta emanación de la lluvia torrencial, podía ceder por adquirir un periodo de descanso en el refugio donde nos dirigíamos pese a mi urgencia por reunirme con mi instalación aérea, quizá tal actividad de suma calma ayudase tanto a mi estado físico como emocional respecto a los sucesos recientes.- Con que dejase de llover ya conseguiría cierto alivio…-No sabía con certeza cuanto tiempo había transcurrido de este territorio con este clima, quizá lo suficiente como para empezar a preocuparse por una posible inundación en determinados tramos que pudiéramos encontrarnos más adelante, no me sorprendería en absoluto que tuviéramos que rodear algún charco de ciertas proporciones al llegar a un determinado punto del recorrido. Ante tal posibilidad, solo cabía esperar que tal contratiempo no llegase a ocurrir al ser motivo de malgastar más de nuestro tiempo al tomar una ruta alternativa, bastante agua llevaba recibiendo por parte de los elevados nubarrones.

Al cabo de cierta duración de la marcha, parecía que habíamos llegado al objetivo secundario que se nos fue facilitado dentro de las opciones al conocer a un distinguido habitante del territorio, visualizando lo que parecía ser un orificio rocoso yacente en una pared compuesta de tierra y piedras apegadas con cierta intensidad. En esta ocasión no obtuve indecisiones en cuanto se me fue invitado a adentrarme, aventurándome al interior al hartarme considerablemente de permanecer mojado por culpa de este tiempo, demasiadas horas mojado podían agotar la paciencia de cualquiera. No pude evitar sentirme ligeramente aliviado al percatarme del abandono del golpeteo de las correspondientes gotas de agua tanto por mis hombros como por mi cabeza, siguiendo con la iniciativa de seguir avanzando a medida que mis pisadas resonaban por el rocoso pasillo de forma estrepitosa debido a la manifestación del eco, captando una elevación de la temperatura ambiental poco a poco a cada paso que dedicaba al interior de la elaborada cueva. El simple hecho de visualizar un determinante y palpitante foco de luz en la lejanía además de la ascendente temperatura que emanaba su alrededor, resultó más que obvio que me encontraba ante la presencia de mi elemento favorito siendo posible su participación al haberle concedido una base compuesta de trozos de madera seca, contando tal elaboración con múltiples cenizas por los alrededores cercanos al epicentro de la fogata.-Supongo que no debe llevar mucho tiempo desde que fue elaborado.-Pude deducir en mis pensamientos a través de una analítica visual.

Mientras el anfitrión del cálido lugar se desprendía del agua de su pelaje, me ocupaba de extraer mí achicharrada mochila sujeta a mi cuerpo para apoyarla en la misma pared en donde iba a posar mi espalda, adentrando tanto mi ametralladora HMG como mi escopeta SG en su agujereado interior, teniendo aún tal recipiente dañado la capacidad de guardar mis determinados objetos al contar con suficiente material en sus dimensiones como para mantener en su interior los susodichos objetos. A continuación, pasé a asentarme en la superficie del suelo además de retroceder la parte superior de mi composición corporal para que la determinada pared se encargase de concederme apoyo al usarla como un firme respaldo, alzando mis rodillas al flexionar mis piernas con la intención de posar el lateral de mis codos sobre dichos salientes. Liberé un débil y prolongado suspiro mientras me tomaba mi tiempo para permanecer inmóvil en esa misma postura tras asentarme, manteniéndome en silencio durante mi distraído avistamiento a las llamas del fuego, dejando que mi presencia reposase durante los próximos minutos por un tiempo indefinido.

Durante mi estado de inmovilidad voluntaria escuché las palabras del Yasei, emitiendo un mensaje que se podía resumir al simple consejo de ‘Pasad la noche aquí, seguiréis por la mañana´, un método que había pensado anteriormente de hacer justo cuando posé mi primera pisada en el interior de este agujero rocoso. Al pensar que era innecesario comunicar nada ya que supuse que nadie querría seguir caminando bajo la pesada lluvia, en vez de entablar alguna conversación tomé la iniciativa de extraerme la cinta blanca del pelo para así, comenzar a escurrirla delante de mi posición nada más enrollarla sobre sí misma. Como mero entretenimiento además de método de sustracción del agua inmersa en tal complemento, ejercí cierta fuerza en la presión concedida sobre la enrollada cinta a medida que emanaba ciertos chorros de agua por doquier, pasando a secar la prenda una vez que pude eliminar el agua yacente por su tela.-Supongo que estaréis de acuerdo con lo que acaba de decir.-Exclamé finalmente, quería asegurarme de que se habían decantado por la opción de la que yo había supuesto que iban a elegir, facilitada por aquél felino corpulento. Tal frase la hice liberar de mis labios durante mi avistamiento al dormido cuerpo del Yasei, preguntándome cómo podía dormir tan plácidamente ante la presencia de unos desconocidos que además, permanecían lo suficientemente armados como para acabar con su vida.- Aunque es cierto que su ayuda nos viene como anillo al dedo…Al menos si yo estuviera en su lugar, me resultaría imposible adquirir el sueño con desconocidos cerca, sobretodo si son mercenarios.-Transmitía por mi cabeza tales pensamientos durante mi observación al Yasei.

Parecía que por fin sus dos acompañantes se daban cuenta que Corvo tenía un papel de bastante importancia en la misión, evitar que sus miserables vidas terminaran como habían ido transcurrido, causando molestias a unos pocos pero, a la larga, siendo ignorados para la humanidad, si querían conseguir llegar de una pieza a la nave, ambos deberían empezar a medir su lenguaje, por que el médico, aunque impasible, tenía una paciencia limitada, que al llegar a su límite podía causar que un mero masaje para destensar músculos resultara con la muerte, o algo peor. Yun, se mostró bastante afable, cosa que pilló de improvisto a Corvo, quien creía que la fémina había conseguido desprenderse de las emociones más perjudiciales para su ser como la empatia.

-Si consigues que llegue a la nave vivo da la deuda por saldada - Respondió con su tono de siempre- Pero si muero, espero que durante el resto de tus días recuerdes que, aún siendo capaz de hacer temblar la tierra, has sido incapaz de hacer algo tan insignificante como mantener a alguien con vida, aunque me imagino que proteger no está en tus labores habituales, ser incapaz de defender a alguien implica que eres inepta cooperando con otros, y que tu uso real se basa simplemente en ser fuerza bruta reemplazable. Te reto a que demuestres que estoy equivocado, y si refutas mi teoría, te ganarás mis respetos, damisela-  Concluyó con una reverencia llena de picardia.

La marcha hasta la guarida del Yasei transcurrió sin demasiado a comentar, el trió de visitantes del planeta disfrutaron de la vistas de plantas, plantas, plantas y para variar, mas plantas. El recorrido no fue ni un paseo por los prados ni la escalada de una montaña, y lo mas interesante que pasó es que nadie abrió su bocaza para incordiar a nadie, o al menos Corvo no se dio cuenta, dado que tanta tranquilidad en un entorno tan salvaje le ponía los nervios de punta.

Aparte de un posible resfriado futuro, Corvo había obtenido una revelación, por muy variable y falta de control que tuviera la ciudad actual estándar, era mil veces más preferible a una selva llena de seres con un intelecto nulo pero con una sed de sangre inhumana. La seguridad de la ciudad se mantenía bajo unos pretextos creados para mantenerse a si misma e ignorando al ciudadano promedio, podría tener una organización que pesaba toneladas y que sólo una tela de araña impedía que se cayera al foso de la brutalidad que nosotros mismos hemos creado con nuestro egocentrismo y falsos objetivos personales, pero eso era mil veces mejor que una selva donde no hay ser que no te quiera muerto y en su estomago.

El refugió era bastante acogedor, en comparación con la selva. Un sitio cerrado, sin decoraciones inútiles ni pretensiones, era un mero agujero hecho en una montaña a base de ¿zarpazos?, las marcas que había en las paredes eran de procedencia animal, Corvo se vio tentado a preguntar por el origen del refugio, pero no tardó en unir cable y deducir una respuesta bastante plausible, el Yasei utilizó su fuerza para perforar la roca, algo increíble, todo fuera dicho, y que consiguió poner aún mas nervioso al doctor.

La respuesta del felino respecto al tentáculo le decepcionó, su ímpetu y sed de conocimiento seguían siendo una arte del mecanismo que formaba a Corvo Attano, las piezas estaban oxidadas y no acababan de cuadrar dado que su uso había estado cambiado de forma brusca, antes Corvo buscaba conocimiento por mero entretenimiento, hoy en día saber cualquier cosa le evitaba conocer a la parca. Se sentó al lado de la hoguera improvisada, usó un par de cuchillos limpios que tenía para quitarle la mayor parte de la piel y de posibles impurezas a un cacho tentáculo que había recogido y lo mantuvo cerca del fuego un rato >Ya que me he molestado en recogerla, tendré que sacar algo de ello< Se dijo a si mismo.

Asegurándose de que la carne no se quemara, se quitó su sombrero y chaqueta, ambos empapados, y las dejo relativamente cerca del fuego medio tendidos en las marcas de la pared para que se secaran cuanto antes mejor, sabía que con su camisa y pantalones que llevaba estaba muy absurdo con la máscara, pero a´´un no se habían ganado el derecho a ver su rostro.

Dando por sentado que todos pensaban quedarse la noche en el lugar, sacó unos cuantos recipientes en los cuales se deslumbraban distintos potingues. -Elegid puré insípido de carne, puré insípido de verduras, puré rancio de pescado o puré de ingredientes sorpresa y para variar, sin gusto alguno, si vamos a alojarnos aquí, será mejor tener energías cuando las bestias quieran convertirnos en su cena. Dijo sin ápice alguno de humor u ironía.

Imagen que me vino a la mente al imaginarme la última escena descrita:

Si había alguna oportunidad de que la mercenaria y el médico se llevarían bien, este ultimo la arruino por completo con sus comentarios. Yun se había formado una imagen muy distinta de su compañero, pero ahora lo veía solamente como un pedante inútil - ¿Así que esas tenemos corvo? - No agrego mas y siguió al Yasei por la selva. Alumbraba el camino con la leve luz de su antorcha, hasta que llegaron a una cueva. Ella se puso a revisar las paredes, pasando su mano sobre las mismas, habían muchas marcas con forma similar a un cuchillo, no es que fuese una geóloga ni nada por el estilo, pero estas marcas no eran naturales, esa cueva había sido excavada - Por lo menos no esta lloviendo aquí dentro - Se sentó al lado de corvo mientras este montaba la comida.

Yun no le prestó mucha atención, saco de la bolsa en su espalda los restos del tentáculo y los puso al fuego, clavándolo en la misma antorcha que había traído - Querido corvo ¿recuerdas lo que me soltaste hace unas horas? - Su tono de voz era bastante pausado - He de reconocer que daba por sentadas algunas cosas y llegue a pensar que me equivocaba, pero tu me recordaste que mis suposiciones anteriores no eran erradas, simplemente eres un pedante inútil que no es capaz de valerse por si mismo en esta selva - Extiende uno de sus dedos hacia corvo, enviándole una pequeña esfera traslucida, del mismo color que el aura que emitía al combatir contra el monstruo - Recuerda que solo estas vivo porque yo retenía a nuestro querido amigo de varios brazos - El cuerpo de corvo estaba comenzando a vibrar, causándole punzadas de dolor bastante agudas - No solo puedo hacer temblar la tierra, también puedo acabar contigo tan fácil como aplastar un huevo - La máscara del médico exploto por causa de las vibraciones, siendo totalmente visible el rostro, de sus ojos salían algunas lagrimas de sangre - Que tengas buenas noches - Le guiña un ojo y se levanta, tomando su trozo de carne y se sienta en el lado opuesto de la fogata.

Eso que hizo Yun fue darle a corvo una pequeña provocada de los dolores y daño que ella sufría, no lo mataría, pero seria suficiente como para callarle la boca.

A medida que comenzaban a desarrollarse los acontecimientos entre Corvo y Yun, tomé la iniciativa de mantenerme al margen al preferir no entrometerme en asuntos ajenos cuando ya tenía mis propios dilemas actualmente, además de que siempre me resultaba entretenido ver las discusiones siempre y cuando no me afectasen de manera indirecta y tal trifulca entre ambos no llegase demasiado lejos. Me limité a escuchar la aportación verbal de la mercenaria como método de distracción mientras el frío abandonaba mi mojada composición en proceso de secado, resultándome innecesario arrojar mi mirada hacia sus ubicaciones cuando sólo me bastaba con la manifestación acústica, dedicando mi campo visual a la brillante presencia de la fogata sin poder evitar captar la conversación debido a la cercanía. En un breve periodo de tiempo, arrojé mi mirada a los ordenados potingues que permanecían cerca de la posición del matasanos de turno al yacer repartidos por la superficie terrestre, reservándome a sólo contemplar tales recipientes al no haber ningún contenido que pudiera apetecerme en estos momentos.-Ahora sólo me apetecería un buen vodka…Con zumo de naranja.-Exclamé para mí mismo a través de mis pensamientos. Extrañaba profundamente una buena dosis de alcohol el cual, me serviría de gran ayuda para aumentar la temperatura corporal y subir mi moral a la par, la verdad es que no recordaba un momento mejor que éste para darle a la botella dado que en esta ocasión podría resolver mis dos principales inconvenientes con mayor rapidez.

En vista que no había nada aceptable para la consumición y el enfrentamiento entre mis ``camaradas´´ había tenía una corta duración, no quedaba nada más que hacer que dormir un poco, objetivo que tardé en alcanzar al no encontrarme en un lugar que pudiera considerar seguro a la vez que cómodo. Sin embargo, mi sueño resultó ser ligero debido a las condiciones que pude mencionar anteriormente, entrando en un estado de ausencia donde el menor ruido o alteración del oscuro ambiente pudiera provocar el abandono de mi letargo. Antes de que pudiera darme cuenta, mi visita al mundo de los sueños fue realizada sin abandonar mi posicionamiento de asentamiento, manteniendo en uso un trozo de la pared como mero respaldo para mi espalda. En aquél estado de sueño no pensaba en nada ni en ninguna recreación física se presentó en mi adormecida mente, solamente me limitaba a dejar mi cuerpo reposar con total inercia, como si solamente fuera un juguete del que sus jóvenes dueños se habían cansado de jugar y habían guardado en algún baúl. Durante aquella fase de descanso mi cuerpo experimentó cierta pesadez como si la gravedad hubiera aumentado, resultándome sencillo el abandono a toda interacción con el mundo exterior al encontrarme sumido en una ligera pero constante periodo de sueño, manteniéndome de brazos cruzados durante el proceso con una de mis piernas flexionadas. No resultaba ninguna sorpresa que había pasado una mala noche, por lo que durante la elaboración del sueño me decantaba por no pensar en nada de lo recientemente ocurrido, queriendo olvidarme de todo lo relacionado con la realidad durante la duración del descanso.

Al cabo de unas cuantas horas que tuvieron una duración similar al de unos míseros minutos, el estruendo ocasionado por el corpulento Yasei como la luz del día que concedía cierta luminosidad al interior de la cueva, consiguieron fácilmente mi despertar que no fue para nada placentero ni mucho menos. Realmente no había descansado todo lo que mi cuerpo necesitaba por lo que tardé unos segundos para acostumbrarme a la reincorporación muscular, estirando firmemente mis brazos hasta oír un débil chasquido en mis huesos que permitían un mejor despertar a mi corpulencia para así, proceder a levantarme de mi improvisado`` asiento´´ rocoso.-Por lo menos, ya estoy seco.-Pensé detenidamente mientras observaba mi vestimenta, haciendo hincapié en tal detalle al palpar mis prendas secas que yacían ocupando el labor de cubrir mi cuerpo. Al recoger tanto mi armamento privado como mi mochila semidestrozada, me dispuse a salir de la cueva con la intención de acostumbrarme a la luz solar cuanto antes, concediendo unos pasos por la estructura del refugio natural hasta poder emerger al exterior a un ritmo calmado. Como reacción involuntaria, alcé uno de mis brazos con la finalidad de cubrir mis ojos hasta su total percepción de la luz rebosante por los alrededores, retirando tal extensión de mi rostro en cuanto mis pupilas se pudieron adaptar al entorno.

Al volver a contar con total nitidez en mi campo visual, pude visualizar la silueta del anfitrión de la cueva marcharse a través de unas tranquilas pisadas sin tener mucho reparo en esperarnos siquiera, aventurándose él sólo hacia una dirección en concreto. Acto seguido, realicé una rápida comprobación de los objetos ofensivos que portaba con la intención de comprobar que no me había dejado ningún arma atrás, comprobando a través del tacto y la vista que aún portaba todas las armas que me agencié desde el comienzo de esta exploración forestal. Sin más demora, comencé a seguir la lejana silueta del Yasei con unas pisadas un poco apresuradas entre la forestación, debía aprovechar esa ayuda si quería reunirme con mi nave nodriza cuanto antes. Ante la impaciencia de susodicho Yasei, no tuve tiempo de exponer un debate acerca de si deberíamos seguirlo o no con los demás, supongo que el prescindir de alguien que portaba sabiduría sobre el terreno no era una buena idea. Debido a las prisas, mis aliados deberían espabilar si querían seguirme antes de perder mi presencia de vista, aun pudiendo otorgarles cierto avistamiento por mi parte al no ser cubierto de momento por el frondoso manto de la correspondiente vegetación.

para lo peor, el infierno podía estar acechando, pero Corvo tenía preparado una solución para eso y mucho más.

La mercenaria estaba comiendo calmadamente del trozo de carne cocida, estaba bastante calmada pese a la situación y actitudes de sus compañeros, el médico en particular le había hecho replantearse unas ideas sobre su persona que tenia al principio, pero una actitud reciente quizás reanimo las mismas opiniones de antes - Así que aparte de arrogante eres un mentiroso oportunista ¿eh? - Se ríe bastante por ese cambio de actitud - Me gusta eso que lo sepas, mientras no te quieras pasar de listo de nuevo podremos llevarnos bien - Corvo no era una persona ajena a la mercenaria, no directamente él, sino las personas como él, casi siempre solo velaban por ellos mismos y dependiendo de la situación eso podría ser algo muy bueno o muy malo. Una vez terminara de comer, Yun se iría a una zona de la caverna donde apoyaría su espalda contra la pared para echar una siesta. No dormía profundamente, según el dicho mantenía un ojo abierto, la región era muy peligrosa y no podía darse el lujo de bajar la guardia.

Se despierta como todos los demás y hace unos ejercicios de estiramiento para tener sus músculos listos para cualquier eventualidad. Sus poderes le hubiesen permitido el mismo efecto, pero no era de su agrado abusar de los mismos para tareas tan mundanas, luego estaría cansada en una situación importante y no podía permitírselo en ese planeta. Se retraso un poco, recogía sus cosas, entre ellas las bolsas, no le costó nada de trabajo alcanzar al resto del grupo. Ya quedaba poco para que pudiesen irse de ese planeta.

¿

Acto 4: Duro como la piedra

El grupo camina por la selva de forma constante, no hay rastro de lluvia cerca, así que la visibilidad es relativamente buena. La región actual es menos frondosa así que tampoco hay muchas plantas cubriéndoles la vista. El suelo del bosque poco a poco va perdiendo vegetación hasta que esta completamente seco, y hay muchos guijarros por todos lados. La caminata de cerca de un par de horas los había llevado a una zona algo mas escarpada y bastante cerca de la ladera de una montaña. Todo de momento era bastante tranquilo, fuera del hecho que había bastantes menos arboles que antes estaba todo correcto, y sin muchos contratiempos alcanzaron lo que parecía la entrada a una cueva. Regulos se quedo mirandola, arrugando el rostro como si no le gustara la idea de adentrarse ahí.

"Es el camino mas corto a la otra cara de la montaña, tengan mucho cuidado, no se separen y sobre todo no hagan ruido."

Estaba directamente dándoles una orden, era como si fuese el capitán de un escuadrón hablando con unos reclutas en su primera misión. Al entrar a la cueva, verían poco a poco que se perdía la luz del exterior, pero había formaciones rocosas con una fosforescencia natural, en apariencia podrían ser joyas o bien podrían ser minerales sin importancia. De repente el interior de la cueva parecía temblar y empezaron a caer algunos peñascos del techo. Era un terremoto natural, pero no podría haber pasado en el peor momento. Una enorme roca que estaba en una plataforma más arriba cae por el costado justo en medio de Regulus y los mercenarios, por la inclinación del camino esa piedra comenzó a rodar colina abajo y los mercenarios tuvieron que correr para no quedar aplastados.

La roca los alcanzo, pero por una elevación de última hora fue como si diera un salto sobre ellos, cayendo a sus espaldas a unos cinco metros. El derrumbe los lleva de vuelta a la entrada de la cueva cayendo el techo de la misma poco después y cortando el camino con el Yasei. En ese momento escucharían varios crujidos, como si algo muy pesado estuviese moviéndose. Al darse la vuelta y mirar en la dirección donde había caído la roca, verían a un enorme animal de unos seis metros de alto. La piel era negra como el carbón y completamente rocosa. Lo primero que le ven los mercenarios hacer es rugir, seguido rápidamente por una especie de llamarada viscosa que sale de su boca, dirigida hacia los mercenarios. Eso era una especie de substancia que poseía el animal en el interior de su cuerpo, la producía de forma natural, pero tenia la misma consistencia que la lava y era bastante mas caliente. Los mercenarios se habían topado con el súper depredador de la región.

• Las heridas de Corvo Attano estan curadas por completo.
  
• Objetivo actual: Sobrevivir.
  
• Monstruo
  

Llevábamos unas buenas horas sin más contratiempos, recorriendo un determinado camino a medida que seguíamos al habitante de turno por diversas zonas, realizando un continuo paseo cuya ruta formaba parte de la trayectoria de una de las cuevas del territorio.-Ese mensaje me resulta demasiado obvio...-Contesté a través de mis pensamientos, dejando pasar tal comunicado y así, adentrarme con todos los demás asistentes en el interior de la cueva para proseguir el viaje. En el momento en el que comenzó a producirse el temblor en las estructuras internas de la cueva, casi pierdo el equilibrio que me mantenía en alza al desplazar mi fuerza de apoyo a un lateral de mi ubicación involuntariamente, resultando ser al final un breve traspiés una vez que pude adaptarme a tal movimiento sísmico. El hecho de portar armas en una determinada mochila había provocado que el descontrol de mi cuerpo ganase intensidad, no siendo suficiente para tumbarme al modificar la posición de mis piernas, ejerciendo cierta resistencia férrea con la ayuda de un agarre de una de mis manos a la composición de la pared más cercana. –Venga, como si no hubiera tenido suficiente…-Al percatarme de la lluvia de peñascos, la primera medida que se me vino a la mente de manera instantánea fue la de cubrir mi cabeza con el brazo que portaba el arma correspondiente además de con la susodicha arma, siendo la mejor solución por el momento al estar en un lugar donde no podíamos refugiarnos de tal fenómeno al estar bajo aquél volátil manto rocoso. –Mierda, debemos avanzar rápido si queremos salir de esto.- Sin embargo, antes de tomar la iniciativa para establecer una rauda carrera al trote hacia adelante, ocurre el peor contratiempo dentro de las posibilidades actuales.

Una gigantesca roca se precipitó sobre el trayecto, de forma que ocultó la presencia del Yasei con su enorme composición, separándonos de su compañía irremediablemente además de cortar el camino por completo. –No me jodas...-Susurré entre dientes, contemplando aquél obstáculo hasta poder percatarme de que estaba inclinándose hacia mi ubicación, iniciando un desplazamiento con el que iba ganando velocidad a medida que iba girando sobre sí mismo.- ¡JODER!-Grité ante mi sorpresa, dando media vuelta en el acto para efectuar una carrera con todas mis energías, alejándome cuanto podía de la bola rocosa a medida que regresaba hacia la entrada de la cueva. Con total apresuramiento, establecía un veloz retorno al inicio de susodicha cueva con la mera intención de no ser aplastado, evitando mirar atrás por temor de tropezar durante la huida al estar corriendo en un entorno irregular. Volviendo a pasar por la ruta que recientemente había transcurrido al estar mi vida en juego,  me concentraba en mantener mis piernas en constante funcionamiento, prestando atención a la ubicación de la entrada como mis apresuradas pisadas de vez en cuando. Al cabo de unos breves minutos, tanto mi presencia como mis aliados salimos al exterior como alma que lleva el diablo, iniciando el descenso de la actividad muscular de las piernas en cuanto volvimos a ser alumbrados por el sol.

Una vez que mi composición corporal cesó de realizar su anterior acción, me agaché levemente para posar mi mano libre sobre una de mis rodillas, descansando de pie mientras intentaba disminuir la aceleración de mi pulso. Durante el descanso, volví mi mirada atrás para visualizar el cambio del recorrido mientras me recuperaba, contemplando que nuestro camino se había vuelto inaccesible.- ¿Es que he contratado a un gafe en mi tripulación?- Inmediatamente, me vino a la cabeza la imagen de Corvo al encajar en la definición como alguien cenizo y lúgubre, siendo el más indicado para ese puesto. Inmediatamente, un poderoso rugido provocó que volviera a prestar atención al ambiente, depositando mi campo visual en la trayectoria bloqueada para así, percatarme de la existencia de una extraña forma de vida que tenía cierta similitud con el entorno.- ¿Pero qué…?-Es lo máximo que alcancé a decir ante un inminente y reconocible ataque por su parte, obligándome a ejercer un arrollador salto hacia un lateral de mi posición con el fin de evadir, pasando a girar sobre mí mismo durante unos cuantos centímetros. Al finalizar de rodar, clavé mi rodilla izquierda en el suelo mientras flexionaba mi pierna derecha, apuntando a la ubicación de aquella criatura con mi ametralladora HMG con los brazos en posición.- ¿Quieres jugar? Pues juguemos.-Pensé en voz alta para mí, iniciando una lluvia de perforantes balas de acero al apretar el gatillo, reincorporándome lentamente durante la sucesión de disparos. Confiaba en no gastar mucha munición, ya que seguramente aquella mujer de pelo moreno volvería a ser la que más daño aportaría al nuevo enemigo, entendiendo que pudiera abatirlo fácilmente ante un poder que ya me habría gustado haber tenido en esta vida.